Agentes del CNI grabaron a Juan Carlos I con Bárbara Rey
Utilizaron cámaras ocultas situadas en un chalé del antiguo CESID utilizado para encuentros sexuales
pamplona - El rey Juan Carlos I y otras altas personalidades, entre ellas un ministro y un secretario de Estado, fueron grabados de manera subrepticia en sus visitas secretas a un chalé ubicado en a la calle Sextante de Madrid, donde mantenían relaciones íntimas con sus acompañantes. Un grupo de espías del CNI colocó, sin el conocimiento de sus jefes, cámaras ocultas de alta resolución en el interior del altillo de un armario empotrado del dormitorio principal, que estaba ubicado en la primera planta del edificio. Los mismos agentes se encargaron de retirar y sustituir las cintas de manera periódica. En varias de ellas aparecían juntos don Juan Carlos y la actriz Bárbara Rey, según aseguró a Okdiario uno de los agentes que participó en aquella operación y visionó las grabaciones.
Los autores del espionaje al rey emérito pertenecían a un grupo de agentes de los servicios secretos que estaba enfrentado con la dirección del antiguo CESID, que después pasó a llamarse CNI. Se quejaban de que su jefe, el general Alonso Manglano, había promocionado a agentes afines a su línea mientras a ellos los arrinconaba o castigaba con medidas disciplinarias. Los funcionarios se sentían pisoteados, después de haber participado en misiones antiterroristas arriesgadas en el sur de Francia o contra agentes de servicios extranjeros en Madrid.
A pesar de que la instalación de una base operativa en la calle Sextante era un asunto de alto secreto, sólo conocida por la cúpula del CESID, ese grupo de agentes operativos, enemistados con el general Alonso Manglano, pudieron acceder a su interior sin ser detectados y colocar los equipos de grabación en la vivienda, que nació como una base operativa de los servicios secretos, pero degeneró en un nido para amantes. Seguidamente, pusieron en marcha su plan de venganza y de castigo contra la cúpula del CNI.
“Estaban convencidos de que para presionar a sus superiores podían aprovecharse de Sextante porque sabían que lo visitaban a menudo, y por separado, el rey, Manglano y un ministro muy ligado al Centro. El equipo técnico permaneció instalado en el chalé desde 1993 a 1994, aunque periódicamente hacían comprobaciones o lo retiraban unos días por medida de seguridad. Las grabaciones, finalmente, fueron rescatadas por el director, pero ellos completaron su plan de extorsión”, recuerda ahora uno de los exagentes que conoció muy de cerca la operación de la recuperación de los vídeos.
A lo largo de los últimos años han ido acumulándose pruebas sobre la existencia del chalé y las grabaciones ilegales. Cuando, a mediados de 1996, un juez militar ordenó el registro de la celda del coronel Juan Alberto Perote en la prisión de Alcalá de Henares se encontró con un documento con una relación de cintas magnetofónicas y de vídeo que habían estado archivadas en la sede del CESID. En el índice de cintas destacaba un registro con la siguiente anotación: “Cinta de vídeo, calle Sextante”. - D.N.
Uso de fondos reservados. El diputado de En Comú Podem en el Congreso Joan Mena quiere que el Gobierno le aclare si, como han publicado algunos medios de comunicación, el antiguo CESID -actual Centro Nacional de Inteligencia (CNI)- utilizó fondos reservados para comprar “el silencio de una conocida actriz española que mantenía un presunto romance” con el Rey Juan Carlos I.
Desmentido. Bárbara Rey emitió ayer un comunicado en las que niega haber efectuado grabaciones (diferentes a las del CNI) con fines coactivos al rey Juan Carlos y haber cobrado del CNI como consecuencia de lo anterior.
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