pamplona - Una de las medidas más significativas que incluye el proyecto de Ley de modificación de diversos impuestos para 2018 es la desaparición, el 1 de enero de 2023, de todas las deducciones por inversión en vivienda habitual, incluidas las VPO compradas a partir de ahora. “Es una deducción siempre discutida, y de hecho el Estado la retiró hace años porque comprobó que el beneficio se trasladaba al constructor o promotor”, apuntó Aranburu, quien dijo que la medida forma parte de la estrategia por fomentar el alquiler frente a la compra.

Hasta entonces seguirán funcionando como hasta ahora para quienes ya las disfruten. Esto es, con todas las restricciones que se han ido añadiendo desde el año 2012, cuando se produjo el primer gran repliegue de estas deducciones. Merece la pena repasar, al menos telegráficamente, cómo han evolucionado los últimos años de una deducción que costó 72 millones a las arcas forales en 2016.

Aquellos que adquirieron su vivienda habitual antes del 1 de enero de 2013 tienen derecho a una deducción del 15% (hasta del 30% en el caso de las familias numerosas) de las cantidades satisfechas con el límite de 7.000 euros anuales y 15.000 si se trata de tributación conjunta, sin limitación de renta. A partir de esa fecha y hasta el 31 de diciembre de 2015, la deducción se restringió para las nuevas adquisiciones en vivienda habitual a lo que se llamó rentas bajas: de 20.000 a 22.000 euros en 2015, el doble en caso de declaración conjunta. Al año siguiente, estos valores volvieron a situarse más abajo: 24.000 de renta en 2016 por norma general, 27.000 euros para padres con uno o dos hijos y 30.000 para familias numerosas, y en el caso de régimen conjunto, 48.000 euros por norma general con un máximo de hasta 60.000 euros si se trata de una familia numerosa. Los valores podían ser modificados en caso de que hubiese miembros con discapacidad. La última modificación, de 2016, respeta esos mismos valores pero limita las deducciones a las VPO y las casas en los municipios con menos de 10.000 habitantes.

Una vez entre en vigor esta medida, si es que finalmente se aprueba en el Parlamento, no se generarán nuevos perceptores de deducciones por vivienda a partir de 2018, aunque se cumplan los requisitos de 2016. Lo único que se hará desde entonces y hasta el 31 de diciembre de 2022 será mantener las que ya estuviesen consolidadas. E incluso estas, el 1 de enero de 2023, habrán desaparecido por completo.

pensiones y alquiler Dos cambios en el Impuesto sobre la Renta afectan a los planes de pensiones y los alquileres. En el primero de los casos, se adapta la norma foral a la estatal, que funciona desde hace diez años con los mismos valores que ahora se adoptan en Navarra. Se elimina la reducción del 40% en las prestaciones que se recuperen en forma de capital. Este cambio, sin embargo, sólo afecta a las aportaciones realizadas a partir de 2018, porque se establece un plan transitorio para los planes de pensiones existentes.

En el caso de los alquileres, los arrendadores sólo podrán reducir el 40% de los rendimientos por alquiler si lo hacen a través de Nasuvinsa. Por último, se establecen medidas para mejorar a las personas con discapacidad, como la no consideración de pagos en especie de las cuotas pagadas por empresas para la contratación se seguros, con límite 1.500 €.- A.I.R.

Un cambio “de filosofía”. Aranburu tuvo que explicar de nuevo qué movió al Gobierno a cambiar la deducción por hijos de la base a la cuota. “Es una cuestión de filosofía, y no hacemos sino volver a lo que tenía Navarra en 1990”, explicó. Apuntó que la decisión de incrementar en 100 euros la deducción por cada hijo menor de 3 años se hace para cumplir “con el Plan de Infancia”, y cifró en 10.000 las familias que ser verán beneficiadas por el cambio. No obstante, dijo que “es un camino abierto e incluso en el trámite parlamentario se puede mejorar”.