70%

Participación

En la consulta de ERC participaron 6.272 militantes de un censo de 8.500, lo que supone cerca del 70% de la militancia con derecho a voto. El 94,6% rechazó investir a Sánchez si no se acuerda una mesa de negociación que aborde el conflicto catalán.

319

‘nOes’

El en la consulta del partido republicano obtuvo 5.953 votos (94,6%), mientras que el no recabó 319 (5,4%).

Pregunta. La pregunta de la consulta estaba redactada en negativo: ¿Está de acuerdo con rechazar la investidura de Pedro Sánchez si previamente no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación?

No vinculante. La consulta no era vinculante y en realidad tanto un triunfo del sí como del no dejaba en las manos del consejo nacional del partido, el máximo órgano entre congresos, la decisión final en el debate de investidura pero permite a ERC ir con más fuerza a la negociación con el PSOE.

pamplona - ERC eleva su presión sobre Pedro Sánchez después de que sus bases rechazaran ayer por abrumadora mayoría investir al líder socialista si, como rezaba la pregunta formulada, “no hay un acuerdo para abordar el conflicto político con el Estado a través de una mesa de negociación”. Con una participación del 70% de la militancia, votaron a favor de no respaldarle el 94,6% y solo un 5,4% dijo no a la necesidad de ese obligatorio escenario. La formación de Oriol Junqueras ha puesto como condiciones al PSOE que el diálogo debe establecerse “entre iguales”, entre gobiernos y no solo entre partidos, que fije un calendario para que no se eternicen las conversaciones, que cada uno pueda acudir a las reuniones con su propuesta bajo el brazo -que en el caso republicano sería abordar el ejercicio del derecho a la autodeterminación y la amnistía de los políticos soberanistas encarcelados- y que se den garantías de cumplimiento de lo que pueda acordarse. Los republicanos apelan a Sánchez a que dé a conocer cuanto antes su propuesta.

Y es que aunque desde la Moncloa se ha virado ligeramente al reconocer someramente que existe un problema político y no exclusivamente de convivencia, que había sido el lema sostenido por Sánchez durante meses y en plena campaña electoral, el propio líder de ERC reconoció ayer en Euskadi Irratia, en un cuestionario por escrito, que el escenario no es igual que el del pasado julio, cuando sus diputados estaban dispuestos a facilitar la investidura del presidente en funciones. La sentencia del procés, como ya avisó Esquerra, lo complica todo. “La situación ha variado mucho y ERC tiene muy claro su voto negativo”, aseveró Junqueras, en tanto que ya no bastan “no gestos ni cambio de posiciones, sino acciones”. “Sánchez tendrá que decidir si ahora cede ante la derecha conservadora y nacionalista o si de verdad abre la vía de Gobierno progresista. Está en su mano”, indicó el republicano, quien recalcó: “Mirando a los intereses de Catalunya, está por ver si el PP y el PSOE son las misma cosa, por el momento parece que sí”.

A nadie se le escapa que también ERC siente el aliento en el cogote de JxCat. No solo porque algunas encuestas vuelven a acercar a la marca del tándem Puigdemont-Torra en unas hipotéticas catalanas, sino porque el independentismo menos pragmático no entendería que ERC pusiera alfombra roja a Sánchez simplemente por el temor a una nueva repetición electoral y sin visos de avanzar en la vía del procés, aunque sea bilateral.

Por ello Junqueras tuvo que recordar que su fuerza política fue la más votada en los últimos comicios y que hizo una propuesta al resto de partidos independentistas para acordar la dirección del voto ante la investidura, si bien aclaró que en caso de que finalmente no haya un acuerdo la decisión recaerá en ERC y, decida lo que decida, confía que sus electores lo entiendan.

Y ello considerando que siempre ha sido JxCat quien ha abogado por la unidad de acción. “Los ciudadanos siempre tienen libertad para expresar lo que quieran, pero nuestra lucha no es contra otras fuerzas independentistas, el contrario es otro”, valoró el máximo dirigente republicano y encarcelado por la causa del 1-O. “Si alguien nos toma por traidores, que venga a la cárcel y nos lo diga. Que quede claro que nadie tiene más ganas de conseguir la independencia de Catalunya que yo o ERC. Nadie”, insistió, en una alusión velada a los exiliados, caso de Carles Puigdemont.

ERC sí tiene claro que exigirá a Sánchez “un compromiso explícito” de que cumple con las garantías que se establezcan en la mesa de negociación. Lo corroboró su portavoz, Marta Vilalta, que no ahondó en cuáles serían éstas.

ERC aboga por un diálogo entre gobiernos porque son “los que representan a la ciudadanía de cada territorio”. “La mesa tiene que tener un segundo pilar, que es un diálogo sincero, sin condiciones, donde se pueda hablar de todo”, explicó Vilalta, emplazando a Sánchez a que haga “lo que todo demócrata tiene que hacer”, que es “política” y “aparcar los tribunales”, la judicialización y la “represión”. Desde la Moncloa llaman a la responsabilidad porque solo el PSOE y la izquierda posibilitará un diálogo de estas características. Pero ERC presiona: o el PSOE se mueve o no habrá investidura.

Como también presiona JxCat, en su caso sobre ambos partidos. Lo adelantó el pasado viernes Elsa Artadi y lo ratificó ayer su portavoz, Laura Borràs. Las condiciones posconvergentes para avalar la investidura de Sánchez pasan por reconocer a Quim Torra y Carles Puigdemont como interlocutores, e incluir la figura del relator internacional, admitiendo además “la prisión y el exilio como actores políticos en la negociación también en la figura del vicepresident Oriol Junqueras”.

JxCat pide una mesa de negociación en la que planteará el derecho de autodeterminación de Catalunya, que el Estado debe reconocer que se va abordar un diálogo de igual a igual, y que cualquier decisión acabará con una votación para que los catalanes decidan su futuro. Asimismo, solicita como gesto del Gobierno que retire todos los recursos al Tribunal Constitucional contra las iniciativas del Parlament respecto a la autodeterminación. - D.N.

El PP presiona a Cs. “Pedro Sánchez ya ha elegido y ha quemado sus naves”. Con esta frase insistió el líder del PP, Pablo Casado, en su negativa a facilitar que el líder de los socialistas sea investido presidente. Da igual la fórmula: Gobierno de coalición o abstención. El PP no estará en ninguno de esos dos escenarios, según recalcó Casado ayer. “Represento a un partido que no puede ser humillado”, mantuvo el líder de los populares, que sostienen que Sánchez podría tener el apoyo de Cs si deja a Unidas Podemos fuera del Gobierno.

¿Sin Gobierno en Navidad?

Frustración socialista. El PSOE teme que el calendario anunciado en campaña por Pedro Sánchez, que suponía la formación de Gobierno en diciembre, no pueda cumplirse por las conversaciones con ERC de cara a la investidura, ya que la formación republicana querrá un proceso negociador más largo. El optimismo inicial se ha topado con el ritmo de ERC, con quien el equipo negociador del PSOE, encabezado por la portavoz parlamentaria socialista Adriana Lastra, se reunirá esta semana en el Congreso en una fecha aún por determinar. Estos equipos negociadores deberán explorar si es posible la abstención de los 13 diputados republicanos en el Congreso que facilitaría la investidura de Sánchez. Cuando comience la negociación con ERC y aunque el PSOE intente apurar los ritmos, serán los republicanos los que marquen el proceso en el que exigirán garantías de cumplimiento. En la campaña, Sánchez veía posible formar Gobierno en diciembre y, para conseguirlo, propuso no cerrar el Congreso en Navidad y poner en marcha un plan antibloqueo.