Pedro Sánchez va a presidir en Madrid un acto simbólico de destrucción de más de mil armas incautadas a ETA y los Grapo. El acto, que tendrá lugar el próximo jueves, lo impulsa el Centro Memorial de Víctimas del Terrorismo y, según explica su director Florencio Domínguez, se van a aplastar con una apisonadora y a trasladar a una fundición un total de 1.400 armas que obran en poder de la Audiencia Nacional y que ya han agotado su recorrido judicial, es decir, que ya han sido objeto de un peritaje o ya no son relevantes como pruebas en los tribunales. La mayor parte de las armas, más de un 90%, son de ETA, seguidas por las armas de los Grapo y una pequeña representación poco significativa de grupos dispersos. Es un armamento que se remonta al año 1976.

En concreto, el proceso de destrucción se llevará a cabo en unas instalaciones de la Guardia Civil en Valdemoro. Una parte de las armas se aplastará, y la totalidad de ellas se llevará después a una fundición. Está previsto en el protocolo del acto que acudan miembros de las fuerzas de seguridad de todo el Estado, también la Ertzaintza, la Policía Foral y los Mossos d’Esquadra, además de una representación institucional vasca (los miembros del patronato del memorial, empezando por los vicelehendakaris Erkoreka y Mendia y la consejera Artolazabal, el alcalde de Vitoria) y una representación del Gobierno de Navarra).

El acto lo presidirá Pedro Sánchez. La noticia la dio ayer por sorpresa el Ministerio del Interior, aprovechando la visita de Grande-Marlaska a Euskadi para reunirse con el vicelehendakari Erkoreka y pasarse por el Centro Memorial de las Víctimas del Terrorismo. El acto va a llegar tres años después de la disolución de ETA, y casi diez después de que anunciara su cese definitivo, de ahí que nadie esperase a estas alturas un movimiento de estas características, aunque sí puede servir a Sánchez para sacudirse la presión de la derecha por el traspaso de prisiones o el acercamiento de presos escenificando la derrota de ETA.

Este acto previsto para el jueves día 4 se va a celebrar en el contexto de los preparativos para la inauguración del centro memorial, y servirá a Sánchez para escenificar un gesto simbólico hacia las víctimas del terrorismo y protagonizar un evento que puede suscitar el consenso de los grandes partidos estatales, entre los que se encuentra el PP, al tiempo que sus socios de Podemos tampoco plantearán grandes objeciones.

El anuncio llega en un momento en que el PP torpedea el traspaso de las prisiones a Euskadi y ve intereses ocultos para ofrecer una estancia privilegiada a los presos de ETA. La noticia, de hecho, llegó en la misma jornada en que Marlaska abordaba el traspaso de las prisiones con Erkoreka. El acto va a permitir a Sánchez afianzarse en el discurso de que el PSOE logró el fin de ETA, y sacudirse la presión mediática de la derecha por el asunto de las prisiones.

Según ha podido confirmar este periódico, la intención es que acudan a este acto miembros de las fuerzas de seguridad de todo el Estado, desde la Guardia Civil y la Policía española, hasta la Ertzaintza, Policía Foral y los Mossos. El Gobierno vasco tiene conocimiento de este planteamiento desde la semana pasada. Las armas que se destruyen son aquellas que han sido objeto ya de un peritaje, o que afectan a delitos ya prescritos. El ministro visitó ayer la sede del memorial y se reunió con el jefe de su equipo directivo, Florencio Domínguez. El centro va a participar en el acto de destrucción de armas, y también en la preparación del Día Europeo en Memoria de las Víctimas del Terrorismo, que se celebrará en Madrid el 11 de marzo.

No es la primera vez que Sánchez muestra su querencia por este tipo de actos simbólicos, como ya hizo con la entrega de miles de documentos del Estado francés, un acto al que acudió el lehendakari. El presidente recurre ahora a una fórmula similar, con el auspicio del Centro Memorial. Con este centro ha habido polémica también porque el Gobierno Vasco ha lamentado de manera reiterada que el Gobierno español lo margine a la hora de impulsar sus actuaciones, y que se promuevan movimientos unilaterales que no cuentan con el consenso de Lakua.