El partido que lidera la coalición gubernamental en Polonia, el ultraconservador y nacionalista Ley y Justicia (PiS), celebró su congreso para la elección de presidente ayer bajo el liderazgo de Jaroslaw Kaczynski, que sin rivales fue confirmado en el cargo. El PiS, que gobierna Polonia desde 2015 con mayoría absoluta, reunió en Varsovia a casi 1.500 delegados en una sesión a puerta cerrada en la que se elegeligió presidente y se modificó la estructura organizativa del partido y de sus agrupaciones locales.

Kaczynski, que desde 2003 ejerce un liderazgo incontestado al frente de esta formación, confirmó que se iba a presentar a la reelección como presidente del PiS y que, si sale elegido, este será su último mandato.

El congreso, que estaba programado para el otoño del año pasado y tuvo que retrasarse debido a la pandemia, sirvió para elegir también a un nuevo presidente del Consejo Político, un nuevo auditor nacional y un nuevo presidente del Tribunal Disciplinario. Igualmente se votó una modificación en los estatutos que sustituye el cargo de jefe del Comité Ejecutivo por el de secretario general.

Todos los pronósticos apuntaban a una reelección de Kaczynski y la confirmación de su autoridad entre las filas del PiS, que comanda la alianza conservadora del gobierno y que no cuenta con ninguna figura con la prominencia suficiente como para hacer sombra a su liderazgo.

Kaczynski abrió el congreso y enumeró los proyectos de los próximos años, con especial protagonismo para las inversiones derivadas del plan de recuperación económica pospandemia, bautizado como el Orden Polaco.

Entre los retos a los que se enfrenta el partido gubernamental están las constantes disensiones internas que sacuden a la coalición con la que gobiernan y la incógnita de la sucesión de Kaczynski al frente de una formación que se ha construido y mantenido unida en torno a él y que muchos definen como “personalista”. El PiS fue fundado en 2001 por Kaczynski y su hermano gemelo, Lech, que dirigió el partido desde el comienzo y hasta 2003, en que se convertirtió en alcalde de Varsovia.

Regreso. El expresidente del Consejo Europeo y exprimer ministro polaco Donald Tusk regresa a la arena política de su país y retoma el liderazgo de Plataforma Cívica (PO), principal partido de la oposición, con la esperanza de derrotar a la debilitada coalición conservadora que gobierna desde 2015. En un congreso celebrado en Varsovia también ayer, el hasta ahora presidente de PO, Borys Budka, anunció que, a su “petición e invitación”, entrega “las riendas del partido” a Tusk y abandona la dirección del partido tras “un año de enormes desafíos”. Tusk mantuvo una ronda de contactos con las figuras más prominentes de PO en las últimas semanas y hace poco se entrevistó con Rafal Trzaskowski, alcalde de Varsovia y uno de los nombres barajados como posible sucesor de Budka en la dirección de PO. La vuelta de Tusk ha sido criticada por algunas facciones más jóvenesde su partido, que pusieron en duda la pertinencia de su regreso en detrimento de una renovación generacional dentro de PO