- Si la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés, por la que nueve líderes independentistas fueron condenados a penas de prisión, no fue lo suficientemente dura, el presidente del PP, Pablo Casado, avanzó ayer su deseo de modificar la legislación para no dejar ningún resquicio a los movimientos separatistas. Los nueve expresos, ya indultados por el Gobierno de Pedro Sánchez, se libraron de la condena por rebelión porque durante los sucesos posteriores al 1-O no se produjo violencia alguna. Pues bien, el líder popular se comprometió a aprobar un delito de rebelión impropia que no requiere de violencia para conllevar una condena.

Durante el acto Unidad nacional y Estado autonómico frente al nacionalismo, celebrado en el recinto modernista Sant Pau de Barcelona, Casado planteó doce medidas en favor de la “libertad y la prosperidad”, que se comprometió a implementar si llega a La Moncloa. Las mismas incluyen aprobar el delito de referéndum ilegal y prohibir los indultos para la sedición y la rebelión. Respecto a la modificación del delito de rebelión, lo equiparó a los de “alta traición” que hay en otros países.

Precisamente, en el transcurso del acto Pablo Casado anunció que el exdelegado del Gobierno español en Catalunya Enric Millo presentará esta semana un recurso contra los indultos a los presos del 1-O, igual que han hecho dirigentes del PP que se sienten “agraviados, bien porque han sufrido ataques a su propio patrimonio y familias, o porque han visto menoscabada su labor de representatividad parlamentaria”.

Otras medidas anunciadas por el líder popular pasan por bajar los impuestos y potenciar el bilingüismo en la escuela catalana. No en vano, durante la convocatoria de ayer, que estuvo moderada por el líder del PPC, Alejandro Fernández, participaron representantes de entidades constitucionalistas como Societat Civil Catalana (SCC), la Asamblea por una escuela bilingüe, la Fundación Joan Boscà y la asociación S’ha Acabat.

Casado acusó a Pedro Sánchez de utilizar el diálogo con el independentismo “como combustible para su proyecto de ingeniería social”. Finalizó su intervención argumentando que el problema de Catalunya no es el resto de España, sino el nacionalismo, y llamó a “rebelarse” y a defender la libertad de todos los catalanes.

Pulso PP-Moncloa. Los 1.000 días recién cumplidos del CGPJ en funciones no han provocado que Pablo Casado haya aflojado su pulso al Gobierno de coalición del PSOE y Unidas Podemos. Muy al contrario, ayer dio un sonoro portazo a cualquier posibilidad de renovar el órgano de gobierno de los jueces al asegurar: “Que abandonen toda esperanza. No vamos a contribuir a esa politización del CGPJ, y para renovarlo tendrán que aceptar que los jueces elijan a los jueces”. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, acusó al presidente del PP de falta de madurez y de violar la ley y la Constitución por esta negativa.