La guerra del republicano Jean Ocaña por "limpiar la historia de España y Francia" y dignificar la memoria de su padre ha conseguido una dulce victoria: el Ayuntamiento de Albacete ha homenajeado a su padre, José Ocaña García, republicano exiliado a Francia y víctima de los nazis que estuvo cinco años preso en el campo de exterminio y trabajo esclavo de Mauthausen.

La historia de Jean Ocaña inspiró en enero de 2020 una moción de Geroa Bai en el Parlamento de Navarra, que se hizo eco de la batalla judicial que el hijo de republicanos españoles libraba en Francia para intentar que la Gran Cancillería de la Legión de Honor francesa -una de las máximas distinciones civiles y militares de la República- retirara a Franco las medallas que le concedió en 1928 y 1930.

La iniciativa de Geroa Bai, impulsada por el parlamentario Mikel Asiáin, fue apoyada por todos los grupos hace justo un año y ayudó a que la petición llegara a la mesa de la Secretaría de Estado de Memoria Democrática. "La moción del Parlamento de Navarra es una maravilla: me dan ganas de presentarme en París y clavarla en la puerta de la Gran Cancillería", reconocía en agosto del año pasado Jean Ocaña, contactado por este periódico.

La idea era hacer un posicionamiento político claro de apoyo a la reclamación de Ocaña, y conseguir al menos que el Estado español instara al francés a revisar la política de medallas de la Gran Cancillería. La petición también llegó al Senado de la mano de Koldo Martínez, senador autonómico y también miembro de Geroa Bai.

Pero a día de hoy esa iniciativa está parada en la Cámara Alta y la Gran Cancillería, dirigida por el oscuro general Puga -cuyo pasado contó en este periódico el mismo Jean Ocaña- es reacia a retirar las condecoraciones a Franco, con el pretexto de que no se pueden retirar a un muerto porque no podría presentar alegaciones.

Adoquines 'stolpersteine' en Albacete

Así las cosas, el reconocimiento de la ciudad de Albacete -de donde era originario José Ocaña y donde nació su hijo- a la memoria de las víctimas del nazismo ha aliviado la dureza del camino de quienes reclaman una aplicación efectiva de las leyes de Memoria Histórica.

Hace dos meses, la ciudad manchega colocó 25 adoquines en honor de 25 vecinos que fueron víctimas de los nazis. Entre ellos el padre de Jean, que viajó hasta Castilla-La Mancha para asistir al acto. Los adoquines son estilo 'stolpersteine', un formato -se puede ver en la foto- idea del artista alemán Günter Demnig y que en Pamplona tiene una réplica parecida para quienes fueron víctimas tras el golpe del 36.

La diputación lo amplía

En ese homenaje, Ocaña agradeció el gesto del consistorio y añadió que, de alguna manera, iniciativas como estas deben servir para "denunciar la complicidad del franquismo en el dramático destino de los exiliados españoles". De ahí que batallas judiciales como la suya, apoyada por el Parlamento foral, tengan sentido.

No será la única iniciativa de este tipo. La semana pasada, la Diputación de Albacete acordó por unanimidad extender la iniciativa de adoquines stolpersteine a toda la provincia, de donde eran 181 personas que terminaron en campos nazis.

Todos los grupos presentes en la diputación -PP, PSOE, Ciudadanos y Unidas Podemos- apoyaron el texto, surgido de la iniciativa del único representante del partido morado.