Berriozar homenajeó ayer, en el vigésimo segundo aniversario de su asesinato por terroristas de ETA, al subteniente Francisco Casanova, militar que trabajaba en el cercano acuartelamiento de Aizoáin. Al acto, organizado por el colectivo Vecinos de Paz, acudieron su viuda, Rosalía Saiz-Aja, y los dos hijos del subteniente, quien murió tras ser tiroteado en la puerta de su domicilio en Berriozarl. Familiares, autoridades, representantes políticos de diversas formaciones y ciudadanos recordaron a Casanova con una misa en la parroquia de San Esteban, si bien el acto central se desarrolló después en el monolito Puerta de la Libertad, erigido hace años en su memoria, donde se colocaron ramos de flores. Al homenaje acudieron el vicepresidente primero del Gobierno de Navarra, Javier Remírez, los consejeros Itziar Gómez, Carlos Gimeno, Bernardo Ciriza y Elma Saiz, por parte de UPN, su secretaria general, Yolanda Ibáñez, el vicepresidente y alcalde de Pamplona, Enrique Maya, o el senador Alberto Catalán.