Navarra va a aprobar dos leyes para poder gestionar y cobrar las tasas Tobin y Google, dos impuestos sobre transacciones financieras y servicios digitales que creó el Estado en 2020 y que ahora pasan a las competencias de la Hacienda Foral.

El cambio se incluye en la reforma de la Ley del Convenio –que fue polémica en Navarra por el motivo que se explica en esta misma página– que ya ha aprobado el Consejo de Ministros y que ahora está pendiente de que sea ratificada por el Congreso de los Diputados, algo que sucederá en las próximas semanas.

Hasta que se dé ese paso, el Gobierno foral ya ha adelantado los deberes y tiene preparados ambos textos legales –que ahora están en exposición pública hasta el 25 de septiembre– para hacer efectivos los impuestos tan pronto como se pueda.

Las tasas Tobin y Google, que así se han venido a llamar, tienen sobre el papel una gran potencia para recaudar. Pero, de momento, las grandes corporaciones y las tecnológicas han conseguido esquivar al fisco y las cifras reales de recaudación han estado muy por debajo de las previsiones. A partir de ahora será la Hacienda Foral la encargada de gestionar y cobrar el impuesto, que si deja 10 millones en las arcas públicas sería muy satisfactorio.

La provisionalidad

La tasa Tobin es la que va a gravar con un 0,2% las adquisiciones de acciones de sociedades españolas cotizadas siempre que estas empresas tengan un valor de capitalización bursátil de 1.000 millones.

El impuesto se aplicará con independencia del lugar en el que se efectúe le adquisición y correrá a cargo del que compre las acciones. En principio, afectaba a 56 corporaciones, pero ahora son menos. Son del tipo a las grandes: Inditex, Iberdrola, algunos bancos, Viscofán…

La tasa Google es un poco más rompedora, porque es un impuesto sobre activos intangibles, el valor de los datos y el conocimiento en el mundo digital.

Internet ha revolucionado la economía y “las actuales normas relativas al impuesto sobre sociedades no resultan ya apropiadas para gravar los beneficios generados por la digitalización de la economía”, recoge la memoria que ha elaborado la Hacienda Foral sobre esta ley. Alcanzará a las grandes tecnológicas –empresas con más de 750 millones de cifra de negocio–. A estas se les pone un arancel del 3% –por el uso de los datos y la publicidad– y hay que tener varias cosas en cuenta.

En primer lugar: que es un impuesto “provisional”, una medida transitoria hasta que la OCDE alcance un acuerdo mundial para fijar un impuesto único para evitar que cada Estado haga la guerra por su cuenta. En segundo lugar: no afectará a las actividades minoristas de comercio electrónico. Un apunte para otro debate: el impuesto utilizará la geolocalización para determinar cómo y dónde se paga el impuesto.

Malos datos en el estado

Es difícil prever cuánto recaudará Navarra con ambos impuestos. Lo que sí es seguro es que en su primer año de implantación en el Estado los resultados estuvieron muy por debajo de las previsiones.

El Gobierno central pensó que iba a ingresar 850 millones con la Tobin y 968 con la Google. Al final fueron 288 en la primera y 166 en la segunda. Es decir, alrededor de un 30% de lo que se proyectó.

El Gobierno de España trató de encontrar una explicación. En una pregunta parlamentaria fechada en noviembre de 2021, señaló a una notable bajada (del 47,1%) en el número de empresas con una capitalización superior a los 1.000 millones –las que quedan dentro de la Tobin– como uno de los motivos de la bajada en la recaudación.

Otro motivo es que en la previsión se contaba con gravar algunas figuras (como las operaciones intradía o las CFDs, virguerías financieras) que al final quedaron fuera del tributo. Y, por supuesto, está la esquiva por parte de las empresas. “Es posible que los agentes económicos hayan derivado sus inversiones a productos financieros no afectados con la finalidad de evitar la tributación”. Nada nuevo.

También la pandemia ha afectado, porque las previsiones iniciales se hicieron antes de que conociéramos el virus, reconoció el Gobierno de España en junio de 2022. En cualquier caso, “la Agencia Tributaria está analizando las declaraciones” y “no es infrecuente que las primeras declaraciones adolezcan de defectos u omisiones que tienden a subsanarse en las siguientes declaraciones”.

Con todo, si en un primer momento Navarra pensó que podía rascar 30 millones, quizá haya que pensar en bajar mucho esa pretensión y hacerse a la idea de que lo real puede estar en un 30% de esa cantidad.

Ley del convenio

La polémica reforma del ‘1,6%’

Críticas de Geroa Bai y EH Bildu. La incorporación a la Hacienda Foral de las tasas Tobin y Google se va a hacer mediante una reforma de la Ley del Convenio que levantó polémica en Navarra. No por los impuestos, sino por otros cambios que se introdujeron aprovechando el debate. De hecho, Geroa Bai se abstuvo por un desacuerdo y Saiz sacó adelante la reforma con Navarra Suma. La crítica, a la que se sumó EH Bildu, radica en que la reforma otorga, en el artículo 67.2 h), la capacidad de la Comisión Coordinadora –un órgano bilateral y de tipo técnico– para fijar nada menos que el índice de imputación de Navarra, el porcentaje que tiene que pagar por las competencias no transferidas. A partir de ahora, denunciaron Geroa Bai y EH Bildu, será una mesa técnica la que pueda acometer cambios sin que el Parlamento pueda decir nada.