En un año de urnas, desgranamos con los consultores Mikel Gómez y Juan Muñoz-Baroja, y con el profesor de la Universidad de Navarra Jordi Rodríguez Virgili, muchas de las claves electorales que determinarán la agenda informativa desde ahora hasta diciembre.

Municipales y forales

Juan Muñoz-Baroja: En política una de las cuestiones más importantes ha sido manejar los tempos, y hoy todo sucede tan rápido y es tan efímero, que creo mucho más efectivo comenzar en sí la campaña cuanto más pegada esté la fecha electoral, porque casi nada aguanta el paso del tiempo. De aquí a mayo quedan cinco meses tremendos. Pienso que lo más lógico hubiera sido que se adelantaran las generales, porque las municipales van a ser unas primarias, y una no victoria del Partido Socialista en mayo le va a suponer un lastre enorme. En el caso de Navarra veo todo mucho más estable. En las últimas elecciones forales el PSN por fin se desligó de UPN o de los miedos a avanzarse en otro terreno. De tal manera que le permite caminar mucho más libre y a UPN al revés, le impide buscar socios. 

Mikel Gómez: El abandono de UPN de dos figuras en el Congreso, y la ruptura de Navarra Suma trastocan estratégicamente el escenario.

Jordi Rodríguez Virgili: Las municipales y autonómicas van a ser la primera parte de un único partido. En Navarra vamos a ver intentos entre los partidos de diferenciarse mucho más y mayor tensión electoral. 

Juan Muñoz-Baroja: ¿Hay mayor volatilidad en el voto? Sí, pero de una generación, por simplificar, de 50 años para abajo. Y el porcentaje de población que va a votar mayoritariamente va de 50 hacia arriba. El reto de nuestro oficio está en hacer cosas diferentes que permitan a los candidatos cada vez más individualizados, al margen de las organizaciones políticas, incorporar nuevos elementos. 

Jordi Rodríguez Virgili: La participación no es igual en unas municipales y autonómicas que en las generales. La volatilidad es una tendencia en todo el mundo sobre todo en los jóvenes. Eso significa que la gente está más dispuesta a cambiar. Luego no quiere decir que lo haga, pero sí que está más dispuesta. Otra tendencia general es que cada vez se retrasa más la decisión del voto y por eso ganan importancia las campañas electorales. En ese presentismo continuo y carrera de cierta saturación e infodemia, la gente a veces desconecta para reconectar en los últimos días de campaña, cuando pocos votos descuadran escaños que pueden ser decisivos. 

Mikel Gómez: Como ha dicho Iván Redondo, la gente joven se adscribe más a temas que a una identificación partidista e incluso ideológica, pero no tiende a participar demasiado. Veremos qué participación tienen las elecciones forales navarras. En las anteriores fue de un 72%. Creo que puede haber una caída de voto en sectores o barrios donde el poder adquisitivo es menor, donde hay mucho descontento con los políticos, o donde no se están haciendo políticas para estos sectores o para los jóvenes.

Juan Muñoz-Baroja: Los políticos están reproduciendo un modelo muy antiguo, es normal que la gente esté saturada. La dificultad y la oportunidad están en reproducir otras cosas. Ahí está nuestro papel de spin doctors con talento, habilidad o narices suficientes para imponerse a las organizaciones políticas. No repartir rositas, folletitos o bolígrafos, sino estar en los barrios cuando no se te ve la aleta del tiburón de sacar algo a cambio. Hablar con naturalidad con gente en la calle y conocer sus problemas.

Jordi Rodríguez Virgili: El político tiene que estar donde esté la gente. En los mercados, en las redes, en los medios. Lo malo, como dices, es cuando solo aparecen en época electoral, por el interés te quiero Andrés. Uno de los retos de la política es la gestión de la escucha. Tienen que escuchar a los ciudadanos y es importante que la gente se sienta escuchada. 

Juan Muñoz-Baroja: Recuperar el papel de empleado de los ciudadanos. Nosotros teníamos diseñado en diciembre todo lo que íbamos a hacer hasta mayo. Y huimos en unas municipales de hacer mítines. Los partidos en general no tienen músculo para llevar a la gente, pueden hacer uno o dos actos de campaña. En el fondo, para el ciudadano normal no dejan de ser impostados; afiliados que van porque tienen la obligación de ir. ¿Por qué un mitin? ¿Para qué? ¿Transmite algo? Músculo en aquellos que puedan hacerlo, pero nada más. 

“Veremos qué participación tienen las elecciones forales. En las anteriores fue de un 72%. Creo que puede caer”

Mikel Gómez García - Politólogo

Mikel Gómez: El mitin ya sirve de muy poco y son mucho más fáciles actos como un café al que invitas al final a la prensa y das un canutazo informativo. Estamos hablando de unas autonómicas y decimos que es complicado, pero una de las acciones estratégicas que permitió a López Obrador ganar en México vino por ser el único político que ha recorrido todos los municipios de un país enorme. Hizo un esfuerzo de cercanía. No sé si a nivel foral tenemos políticos que visitan todos y cada uno de los municipios. 

“En Navarra vamos a ver intentos entre los partidos de diferenciarse mucho más y mayor tensión electoral”

Jordi Rodríguez Virgili - Profesor de Comunicación Políitica

Jordi Rodríguez Virgili: Los políticos tienen que ir por toda la Comunidad Foral, y que esas visitas no sean simplemente para contar, sino para reunirse con gente y escucharla. Ahí es donde hay que pensar y ser creativos. Más que gastar tiempo, energía y esfuerzos en hacer cosas que pueden seguir teniendo sentido, pero cada vez menos. Hay que explorar otras fórmulas de conectar y conversar con la ciudadanía. ¿Suma más ir a la campaña como presidenta? En principio sí, siempre se dice que el poder se pierde más que se gana, y tenerlo te da una visibilidad, un acceso a medios y una fuerza ante los propios ciudadanos de ser quien manda. Por contra también hay un desgaste. Eres responsable de los aciertos pero también de los fracasos. Siempre es más fácil hacer una campaña desde la oposición, donde pides cambio, y puedes prometer mejoras. Pero en principio estar en el poder, sea autonómico, municipal o nacional es preferible. ¿La situación aquí? En la no reedición de Navarra Suma se busca ensanchar el espacio electoral, un poco más de trasversalidad. Yendo juntos, Sergio Sayas y Adanero podían generar ruido con UPN. Así se da la opción a que pacten con el PP con la fórmula que sea y que esos descontentos con UPN, no se vayan o a Vox o a la abstención. Por parte de UPN el votante socialista descontento con el Gobierno o los pactos de Chivite con Bildu, puede ir a UPN, cosa que no harían estando UPN con el PP o Ciudadanos. Un UPN más centrado o moderado podría recuperar votante descontento del PSN. Y da más posibilidad de pacto. Con Navarra Suma es o mayoría absoluta u oposición, porque las posibilidades de acuerdo con los otros partidos eran nulas. Por separado, UPN tiene más margen de maniobra. Desde luego hay más opciones; que sean pocas parece evidente, porque la propia Chivite ha dicho que el PSN quiere reeditar el Gobierno de progreso y la fórmula actual. Pero también habrá que tener en cuenta que habrá cierta influencia de los resultados de las municipales y autonómicas en el resto de España, y se verá qué capacidad tiene Pedro Sánchez en los acuerdos.

“UPN lo tiene difícil, el PSN ha pactado con todos con todos los demás, lo que le permite ser caballo ganador en la suma”

Juan Muñoz-Baroja - Periodista y asesor

Juan Muñoz-Baroja: Yo no le veo nada nuevo al asunto. UPN lo tiene ciertamente difícil, porque una vez el PSN ha pasado el rubicón de pactar con todos los demás, le permite ser caballo ganador, en la suma con los demás, y la gente generalmente vota caballo ganador. Esparza evidentemente tenía que recuperar sus siglas, porque fue un fracaso rotundo el resultado de Navarra Suma, y un error de principio, para mí de manual. A UPN siempre le fue bien con su propia marca. Él tiene que buscar un espacio central, ya han marcado el terreno de lo que supone para la población navarra el pacto con Euskal Herria Bildu, pero no puedes seguir por ahí, él solo puede crecer a partir del descontento de la gente del Partido Socialista, de ciertas zonas donde realmente sientan que ese paso que ha dado el PSN les supera. Y para crecer, tienes que tener una posición mucho más centrada y abierta, y dejar el otro espacio, donde el PP no tiene pinta de tener gran rendimiento de voto, ni siquiera con los dos díscolos. UPN necesita recuperar el poder, y solo centrándose y exagerando el cambio hacia una Navarra plural y trasversal podrá alcanzarlo. Si no, es imposible, porque ya se ha demostrado que los números no le van a dar. Crecer por el centro lo tienes que sostener en el mensaje y en la acción política, y ahí está la dificultad de los partidos políticos que plantean las campañas para los más cafeteros, cuando las campañas con éxito jamás se proyectan hacia tus propios votantes. 

Jordi Rodríguez Virgili: Históricamente lo normal era pasar por la abstención, pero ahora con este crecimiento de la volatilidad, quizá eso haya cambiado. Javier (Esparza) dijo que tenían datos en ese sentido.

Generales

Jordi Rodríguez Virgili: Se habla de ‘la trampa de las expectativas’. Le pedimos al candidato todo. Que sea un tipo especialmente brillante, excepcional, y a la vez un tío como nosotros. Al final coges todas las demandas de la ciudadanía y es imposible cumplirlo todo. 

Mikel Gómez: Creo que el PP tiene unos límites de crecimiento si no cambia la estrategia, que parecía se iba a cambiar con la llegada de Feijóo. Y con eso juega Pedro Sánchez, que creo que va a trabajar muy bien el tema de la recuperación económica, solventando los problemas con medidas sociales que van a incentivar el voto de sectores de población desactivados a raíz de la pandemia. y creo que va a jugar la baza de la cercanía, que ya empleó en las primarias en las que recuperó el poder en el Partido Socialista. Cercanía muy parecida a la de Yolanda Díaz. El problema de ella es que me parece que entra poco en la confrontación y está dibujándose un perfil de izquierda buenista. Para la política en general ese mensaje es muy positivo, pero en las elecciones normalmente confrontas candidatos, ideas o políticas. Y Yolanda Díaz al huir de esa confrontación puede tener un problema. Su techo electoral es muy evidente. Puede ser llave de Gobierno, pero más allá me parece generar una expectativa demasiado grande.

Juan Muñoz-Baroja: Yo discrepo. Para mí la gran e interesantísima incógnita de esas generales es el papel que va a jugar Yolanda Díaz. Lo que le hace diferente es que no confronta y ese es un elemento único y muy valorado por la opinión pública. En la medida que los otros dos confronten como estamos acostumbrados le va a diferenciar aún más. Macron introdujo una historia apartidista y se ha cargado a las organizaciones políticas en un país como Francia. Yolanda Díaz tiene muy claro, y hay un equipo que está trabajando muy seriamente en esa campaña, que no va a mostrar casi nada hasta después de las municipales y forales. Desde mi punto de vista, lo que habrá en juego en las próximas generales será un cambio de modelo. Hay muchos sectores de presión que quieren torpedear eso, y le están buscando las cosquillas cada dos por tres. Si ella materializa en estos momentos, no llega viva a diciembre, porque es el elemento fundamental del cambio que se puede producir en este país en reformas importantes, constitucionales, que enarbolaría un gobierno de izquierdas. Yo estoy convencido de que eso va a ocurrir. El futuro político de Pedro Sánchez depende de si le sale bien o no. Y ahí tiene el hándicap de qué va a ocurrir con lo que quede de Podemos. Yolanda Díaz se dibuja como un elemento muy trasversal ideológicamente, no solo de izquierdas, sino generacional.

Sobre el oficio

Juan Muñoz-Baroja: Hemos visto una eclosión de spin doctors que en el fondo son una especie de correveidiles del político. Para eso que cojan afiliados de los partidos. Yo creo que un spin doctor nunca debe pasar la línea del protagonismo público. Nuestro papel es siempre en la sombra. En el momento en que traspasas esa línea eres perjudicial. Nuestro trabajo es influir con el convencimiento por la cosa pública por encima de la ideología a la que tú representas. Y me parece indignante que este elemento no prolifera mucho.  

Mikel Gómez: Yo estoy en un momento muy crítico con mi profesión. Creo que la comunicación política se ha degradado muchísimo, y los consultores o asesores hemos contribuido en gran parte. Tenemos una comunicación política que ha olvidado la labor pedagógica y que tenemos que trabajar por lo público. Somos trabajadores públicos y el dinero que ingresamos por nuestro trabajo es dinero público, de la gente, a quien nos debemos. Bajarle tanto la calidad a la comunicación política, generar un producto de consumo muy rápido y efímero que no genera memorabilidad, va en contra de nuestro mercado como consultores. Estamos contribuyendo a destruir ese mercado, que es la democracia.

Jordi Rodríguez Virgili: Estamos tomando la parte por el todo. La comunicación electoral es buscar la diferencia, en qué me diferencio yo de los demás. Eso tiene una lógica y una dinámica concreta. Lo malo es que toda la comunicación política se reduzca o se lleve a esa campaña permanente. La comunicación política es servicio público y también hacerte entender, entender a los demás, llegar a acuerdos. Pero el que decide es el político, a diferencia del técnico.

Juan Muñoz-Baroja: Y si el político decide lo contrario a lo que tú le has propuesto no te puedes quedar. Este trabajo es muy pasional. Necesitas muchas dosis de implicación, porque el trabajo político es durísimo. 

MIKEL GÓMEZ GARCIA

Politólogo. Nacido en Vitoria-Gasteiz, en 1980. Politólogo por la UPV. Máster en marketing y comunicación por la UAB. Ha trabajado en campañas políticas en México, Colombia y en Vitoria-Gasteiz. Actualmente colabora como contertulio en Radio Vitoria. “Nos queda a los consultores el esfuerzo de llegar a sectores muy descontentos con la clase política y los medios de comunicación”, dice.

JORDI RODRÍGUEZ VIRGILI

Profesor de Comunicación Política. Nacido en Oviedo, en 1973. Vicedecano del profesorado de la Facultad de Comunicación de la UNAV. También da clase en el máster de comunicación política y corporativa que desde este curso la UNAV imparte en Madrid con la George Washington University. “Se mezcla la campaña permanente, la comunicación política únicamente como electoral, con el cortoplacismo del ahora mismo”, lamenta.

JUAN MUÑOZ-BAROJA

Periodista y asesor. Nació en Donostia-San Sebastián en 1971. Licenciado por la Complutense. Máster en El País. Trabajó en El País y Diario Vasco. En política llegó a la dirección de comunicación del PP vasco con Arantza Quiroga. Como asesor, su última campaña electoral fue para Borja Sémper, quitando las siglas del PP. Muñoz-Baroja asesora en la actualidad a empresas e instituciones y es contertulio en EITB.