El PSN vuelve a ganar unas elecciones en Navarra 37 años después. Los socialistas no eran primera fuerza electoral desde 1986, con la excepción de las atípicas elecciones europeas de 2019 a las que UPN no se presentó y que se celebraron al mismo tiempo que las forales. Este domingo lo fueron en el conjunto de la Comunidad Foral, con prácticamente diez mil votos más que hace cuatro años. Pero también en Pamplona, en Tudela, en la Comarca de Pamplona y en las principales localidades del territorio.
Un éxito sin paliativos que se traduce en dos diputados y tres senadores para el PSN, y que los socialistas tratarán de rentabilizar ahora en la formación del futuro Gobierno de Navarra, pendiente de negociar con Geroa Bai y Contigo-Zurekin. “Esto demuestra que el PSN está fuerte. Y eso es algo que tenemos que poner en valor de cara a la formación del Gobierno progresista liderado por el PSN en Navarra”, argumentó María Chivite, que subrayó entre aplausos que “el PSN está más fuerte que nunca”.
La euforia estaba más que justificada anoche en la sede del Paseo Sarasate, donde la secretaria general, María Chivite, salió a celebrar los resultados acompañada por el secretario de Organización, Ramón Alzórriz, uno de los grandes triunfadores de la noche, y del resto de dirigentes del PSN. Con la palma de la mano levantada en representación de “los cinco representantes que el PSN lleva a las Cortes Generales”.
Pero si la victoria tiene un nombre propio ese es sin duda el de Santos Cerdán, que anoche compareció en Madrid junto a Pedro Sánchez para celebrar lo que seguramente será un nuevo Gobierno socialista. El diputado navarro, secretario de Organización del PSOE y mano derecha del presidente del Gobierno no solo sale reelegido, sino que ve reforzada su apuesta por una política de alianzas que previsiblemente volverá a facilitar el Gobierno de España a Pedro Sánchez, aunque sea de una forma más precaria que hasta ahora. Ya no es que el PSN necesite la abstención de EH Bildu en Navarra, es que su voto deberá ser afirmativo en Madrid, y eso puede acabar facilitando las cosas también en Navarra.
Si había alguna posibilidad, como habían confiado Javier Esparza y UPN de que el PSN se viera obligado a girar en el camino iniciado hace cuatro años, se disipó prácticamente al iniciar el recuento. Rápidamente quedó claro que los socialistas ganarían en Navarra y que el PSOE podría seguir gobernando con los mismos aliados que en la Comunidad Foral.
Y aunque estas elecciones nada tienen que ver con las del pasado mayo ni con la formación del Gobierno de Navarra, los socialistas apelan ya a su condición de primera fuerza para ganar peso en el Ejecutivo foral. Algo que habrá que negociar a partir de hoy, y que el PSN quiere acelerar tras el impasse que ha supuesto la campaña electoral. "Buscaremos un acuerdo de Gobierno en los próximos días", avanzó Chivite.
Superadas las elecciones llega ahora el proceso de investidura, en Madrid y en Navarra, y con los resultados sobre la mesa todo parece un poco más fácil. Pero el tiempo corre y las diferencias siguen siendo importantes entre los futuros socios de Gobierno. Es el proceso que se viene ahora, y que habrá que culminar antes del 28 de agosto. Una vez digeridos unos resultados electorales que los socialistas navarros tardarán en olvidar.
