Andoni Ortuzar y Carles Puigdemont han hecho oficial con una fotografía de elevado calado político lo que ya era una realidad: PNV y Junts han intensificado sus relaciones en un momento en el que sus votos se antojan determinantes para la estabilidad en el Estado, y donde esa influencia brinda a su vez a Euskadi y Catalunya una oportunidad histórica para avanzar en el plano de sus reivindicaciones nacionales. El presidente del EBB del PNV se ha reunido este viernes en Waterloo, en Bélgica, con el president exiliado desde el procés de 2017. El encuentro, el primer contacto oficial que mantienen ambos dirigentes, se prolongó durante dos horas y media y tuvo lugar en la residencia de Puigdemont. Según PNV y Junts, analizaron la forma en que pueden “intensificar y optimizar las relaciones entre ambos partidos y entre Euskadi y Catalunya”, en un momento en el que los votos de PNV y Junts son decisivos para conformar un nuevo Gobierno español de Pedro Sánchez.

La relación entre ambas formaciones se remonta a los tiempos de la antigua Convergència, con quien existía un vínculo histórico y emocional muy fuerte, y en los últimos tiempos se había mantenido viva por diferentes canales, especialmente a través del secretario general de Junts, Jordi Turull, también presente en el encuentro en Waterloo. Pero sí es cierto que tras el procés se pudo trasladar una sensación de distanciamiento, tras el intento fallido de mediación del lehendakari Urkullu con el propio Puigdemont y el entonces presidente Rajoy, con el objetivo de evitar movimientos unilaterales por ambas partes (la declaración de independencia catalana, y la suspensión del autogobierno por parte del Estado español). En paralelo, Junts mantuvo en la última legislatura una estrategia de confrontación frente a la mesa de diálogo con el Estado que propugnó ERC. No obstante, al final de la anterior legislatura, ya se pudo observar una recomposición clara de los puentes entre el PNV y Junts a todos los niveles, con la comparecencia conjunta en el Congreso para denunciar la Ley de Vivienda de Sánchez por invasión competencial.

Desde ese hito se ha llegado hasta aquí, a una legislatura donde la mayoría de Sánchez ya no va a ser tan holgada y necesita sí o sí los votos del PNV y Junts. Este nuevo contexto brinda a Junts la oportunidad de influir y hacerse imprescindible, al contrario de lo que sucedía en el anterior mandato de Sánchez, donde el socialista podía esquivar al grupo de Míriam Nogueras pactando con ERC y EH Bildu. En la entrevista con Andoni Ortuzar publicada por este periódico el pasado fin de semana, el presidente del EBB ya reconocía que la relación con Junts es “más cercana” y prácticamente “diaria” en los últimos tiempos, y planteaba la necesidad de que exista “una cierta concertación, un cierto entendimiento” para ordenar la negociación entre Sánchez, Euskadi y Catalunya. No estaba postulando al PNV como mediador entre Sánchez y Junts porque no es necesario y cada uno tiene sus canales bilaterales, pero sí proponía un triángulo Euskadi-Catalunya-Madrid que dé estabilidad al Estado español y permita avanzar en el plano nacional a Euskadi y Catalunya.

De la reunión con Puigdemont no se ha salido con una acción concertada o una estrategia común, pero han estrechado la relación y ambos líderes comieron juntos tras el encuentro. Existe muy buena sintonía. El regreso de Ortuzar y Aurrekoetxea estaba previsto para las 23.00 horas, tras una escala en Frankfurt. La jornada fue maratoniana, puesto que el vuelo de ida lo habían tomado a las 7.00. La cita estaba en agenda desde agosto.

El PNV se ha mostrado ya favorable al marco negociador que plantea Puigdemont, quien exige a Sánchez que concrete la amnistía antes de su investidura, y más adelante le irá planteando las demandas sobre la autodeterminación. El PNV coincide en que hay que desjudicializar un conflicto que es únicamente político, e incluso ha echado un capote a Junts recordando que el Frente Popular, precisamente del PSOE y de partidos de izquierda, ya amnistió a Lluís Companys en 1936. El PNV, que sigue teniendo autoridad en Madrid como partido de orden y centrado, legitima también a Puigdemont como interlocutor con esta foto en Waterloo, frente a quienes lo siguen descalificando y tildando de prófugo de la justicia. Este movimiento convierte al PNV en el segundo actor que mueve ficha, tras la reunión pública de la líder de Sumar, Yolanda Díaz, con el president.

Todo pasará por Junts y PNV

Este eje de influencia PNV-Junts tendría utilidad más allá de las grandes reivindicaciones relacionadas con el reconocimiento nacional. En el día a día, ambos partidos le complicarían a Sánchez la aprobación de leyes que vulneren el autogobierno, y girarían el eje del debate hacia el centro, frente a los debates que antes polarizaba Podemos con la vivienda, o las tasas a banca y energéticas. Ortuzar ya avisó en la entrevista con este periódico de que “o buscan el acuerdo con el PNV y con Junts, o las cosas no saldrán”. Esta situación puede servir para desmentir a aquellas voces que auguran una legislatura de brillo e influencia de Bildu, con el PNV en segundo plano, como insinúa el PP para que los jeltzales rompan con Sánchez.  Al PSOE no le bastaría ahora con ERC y Bildu, sino que PNV y Junts serían imprescindibles.

"Papel decisivo"

Por parte del PNV, estuvieron en la cita Ortuzar y el burukide del área de Organización, Joseba Aurrekoetxea, quienes intercambiaron posiciones con Puigdemont y Turull “de cara a unas negociaciones que todavía no han comenzado”. En una nota enviada tras el encuentro, el PNV destaca que los 5 votos jeltzales y los 7 de Junts serán “determinantes” para la conformación de un Gobierno en el Estado. En el encuentro, compartieron sus posiciones y expectativas. “La visita al president Puigdemont en Waterloo la teníamos agendada desde hace tiempo, en el marco de los contactos periódicos que venimos manteniendo con Junts. Ha sido un encuentro muy cordial y provechoso en el que hemos valorado el modo en que podemos intensificar y optimizar las relaciones entre ambos partidos y entre Euskadi y Catalunya”, explicó Ortuzar, para añadir que también analizaron la coyuntura tras las elecciones del 23 de julio y el “papel clave, decisivo” de los dos en cualquier “eventual investidura”.

Puigdemont, por su parte, ha agradecido al PNV a través de la red X, antes conocida como Twitter, la visita "muy provechosa" para analizar el escenario político y los objetivos de sus respectivos países.