Mientras desde varios sectores ajenos al independentismo –el último de ellos, el empresariado catalán– se defiende una ley de amnistía siempre y cuando el mundo secesionista prometa no recurrir de nuevo a la unilateralidad; Carles Puigdemont irrumpió ayer en escena, en un nuevo aniversario del 27-O, para reivindicar aquella declaración unilateral de independencia (DUI) que aprobó el Parlament en 2017 y emplazar al soberanismo a no hacer “renuncias” a lo que se empezó a construir entonces. “Mientras tanto, tenemos que procurar que todo lo que hagamos no comporte renuncias ni deconstruya lo que empezamos hace seis años, a pesar de que a algunos les parezca poco y a otros les parezca demasiado”, verbalizó en un tuit trasladando un mensaje rotundo: “Ni renunciamos ni renunciaremos”. De hecho, advierte de que no lo han hecho “por más dificultades que haya y por más esfuerzos que algunos hagan por retractarse”, apostillando que en estos seis años han preservado la DUI “de la pulsión amnésica o devaluadora de algunos”. A su juicio, se mantiene “viva” para cuando el independentismo se una “en una única estrategia, superando tentaciones partidistas”.

El 1-o “no fue delito”

Por su parte, la expresidenta del Parlament durante aquella DUI, Carme Forcadell, confía en que “ojalá haya investidura de Pedro Sánchez”, porque “significará que Catalunya ha avanzado mucho nacional y socialmente”. Ahora bien, matizó que no tiene claro si ese desenlace llegará, porque las negociaciones “no acaban de ir demasiado bien”. Precisamente, sobre una de las cuestiones que encallan esas conversaciones, la de la definición política de qué significó el referéndum del 1-O, Forcadell es tajante: “El 1-O no fue delito, evidentemente”. “¿Qué delito fue? ¿Contra qué? ¿Contra quién? El delito nos lo cometieron, la violencia la utilizaron contra nosotros. ¿Pero qué delito cometió la gente yendo a votar pacíficamente? ¿Está tipificado? No conozco ningún delito que diga que la gente no puede votar”, recordó. De hecho, aunque ella y otros dirigentes independentistas fueron condenados por el Tribunal Supremo, precisó que el Tribunal Europeo de Derechos Humanos ha admitido a trámite sus recursos. “Estamos convencidos de que el TEDH dirá que nuestro juicio fue injusto, porque no había delito”.