El Gobierno de Navarra tiene en marcha ya dos tercios de los fondos extraordinarios que prevé recibir de la Unión Europea a través del programa Plan deRecuperación Next Generation. Se trata de ayudas europeas aprobadas tras la pandemia y que tienen por objetivo impulsar la recuperación económica a través de actuaciones centradas en la transición energética y medioambiental. Todo un reto desde el punto de vista administrativo y de gestión, ya que todas las actuaciones deben estar finalizadas antes del verano de 2026.
En total, el Ejecutivo navarro tiene previsto recibir con este objetivo un total de 553 millones. Una cifra provisional que todavía puede aumentar, y que se ha destinado a la puesta en marcha de 134 proyectos distintos, o actuaciones de gestión, como les ha denominado el propio Gobierno, que tras el reproche inicial de la Cámara de Comptos ha hecho un esfuerzo importante para garantizar la transparencia de un proceso al que ha tenido que ir adaptándose sobre la marcha.
Todos estos proyectos están ya en fase de tramitación administrativa, y dos terceras partes de la inversión prevista, 368 millones, es ya gasto autorizado. Lo que supone que el Gobierno ha puesto en marcha ya el proceso de licitación de los contratos y ha abierto la convocatoria de subvenciones. Además, la mitad de los fondos europeos previstos, 271 millones, están en fase de adjudicación o concesión.
Una Iniciativa novedosa
Son cifras importantes a juicio del Gobierno, que alcanza el ecuador de plazo del ejecución del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, como se denomina oficialmente a estos fondos europeos, con el trabajo bien encarrilado. Quedan ahora tres años más para culminar los proyectos ya que en caso contrario habría que devolver el dinero.
La novedad principal de estos fondos reside precisamente en el origen de su financiación. Por primera vez en la historia la Unión Europea ha recurrido a la deuda mancomunada para apoyar la inversión y las reformas en los estados miembros. En total, 672.500 millones, de los que España prevé recibir 140.000 millones, 60.000 millones mediante transferencias no reembolsables y el resto, un máximo de 80.000 millones, en préstamos.
Lo hace no obstante mediante unas reglas estrictas que pretenden garantizar una ejecución adecuada de las ayudas, de forma que la inversión se destine a los objetivos establecidos y en el plazo determinado. De hecho, la UE ha fijado diversos hitos y objetivos que hay que cumplir para poder acceder a toda la financiación prevista, incluidas reformas internas vinculadas a la política de gasto presupuestario.
Se trata de una experiencia inédita en la Unión Europea en cuanto a volumen de financiación como a sistema de ejecución, que ha requerido además la implantación de una plataforma informática para garantizar el control y la transparencia de las ayudas. Una herramienta novedosa que se va construyendo sobre la marcha y que ha supuesto un quebradero de cabeza añadido. Pero que previsiblemente servirá para apuestas futuras similares por parte de la UE, que aunque sea de forma lenta avanza en una gestión presupuestaria cada vez más unitaria.
De momento, España va alcanzando las metas fijadas, que tienen como fecha tope de gasto junio de 2026. El pasado octubre recibió el visto bueno de la Comisión Europea para desarrollar la segunda parte del Plan de Recuperación, dotado con 93.000 millones, que incluye además una revisión de los plazos inicialmente fijados. Su desarrollo se llevará a cabo por diferentes vías. Por un lado a través de los proyectos estratégicos, denominados PERTE, que impulsa directamente el propio Gobierno central. Ypor otro a través de las administraciones autonómicas y municipales.
Los fondos en Navarra
Se ha creado así una doble relación administrativa en la ejecución de los fondos. Entre la UE y España, por un lado, para garantizar el cumplimiento de los compromisos adquiridos; y entre el Gobierno central y las comunidades, que son quienes tienen las competencias para llevar a cabo muchas de estas actuaciones.
Esta relación se está desarrollando a través de diferentes convenios entre los ministerios y las consejerías del ramo, que a su vez reparten después su gestión en los departamentos competentes, que no siempre son los mismo.Esto ha generado cierta disparidad de datos en cuanto al número de subproyectos impulsados por el Gobierno central y las actuaciones desarrolladas en Navarra, así como los plazos de ejecución.
El Programa de Impulso a la Rehabilitación de los Edificios Públicos (PIREP) por ejemplo es un único subproyecto ministerial, pero en Navarra se lleva a cabo en cuatro actuaciones diferentes gestionadas por tres departamentos. Yno siempre de forma directa, ya que en ocasiones se delega la ejecución en ayuntamientos o entidades como la UPNA.
En todo caso, el plazo de ejecución final depende de los distintos acuerdos firmados con los ministerios, que fijan sus propios objetivos, plazos y criterios de financiación al margen de los que la UE ha puesto a España. Por lo que, más allá de las metas intermedias que haya podido determinar Europa, el Ejecutivo foral tiene todavía la mitad del camino por delante para cumplir con éxito el gran reto en el que se ha convertido la ejecución de los fondos europeos Next Generation.
Rehabilitación y energías limpias
Navarra avanza en los proyectos financiados con ayuda europea al ritmo que va marcando el Gobierno central y con el objetivo de ejecutar toda la inversión prevista en los años asignados, toda antes de 2026. Lo que implica que buena parte de la inversión se va a llevar a cabo a partir de ahora, una vez se vayan resolviendo las distintas licitaciones y convocatorias en marcha y las que se puedan aprobar en los próximos meses.
Es por eso que, llegados al ecuador del ámbito temporal del plan (2020-2026), el dibujo es muy diverso según departamentos del Ejecutivo foral. Algunos apenas cuentan con proyectos financiables con ayuda europea, mientras que otros han visto reforzada su apuesta presupuestaria con los objetivos fijados por la UE. Es el caso por ejemplo de Vivienda, el departamento que más fondos prevé recibir (92 millones), fundamentalmente para la rehabilitación y la eficiencia energética. O el de Industria, que cuenta con 86 millones para cuestiones energéticas. Ambos tienen buena parte del trabajo adelantado. Otros en cambio están en una fase inicial, como pueden ser Educación y Cultura.Los motivos son diversos, pero fundamentalmente tienen que ver con que se trata de convocatorias más recientes y con mayor plazo de ejecución.
Hay otros casos en cambio en los que la financiación no cubre el total del proyecto, como puede ser la rehabilitación delPalacio de Rozalejo o algunas inversiones en tecnología sanitaria, por lo que en áreas como Memoria o Salud se ha superado ya el gasto financiable. La previsión del Gobierno foral en todo caso es que las cifras se vayan igualando conforme se vayan completando los proyectos en marcha, siempre con la fecha de 2026 como meta final.
Las actuaciones En cuanto a las actuaciones, 134 en total, la variedad también es amplia. Destacan sobre todo las inversiones relacionadas con la rehabilitación tanto de viviendas privadas como de edificios públicos, así como la transición energética y la modernización de las administraciones públicas.
Entre otras actuaciones, hay por ejemplo 47 millones para la rehabilitación de vivienda protegida y otros 22 para la rehabilitación energética de edificios. Navarra recibirá también 29 millones para la movilidad eléctrica; 23 para la realización de instalaciones de autoconsumo con fuentes de energía renovable y 12,5 para las zonas de bajas emisiones en entornos metropolitanos.
Hay también inversiones importantes previstas para la compra de tecnología sanitaria (15 millones), para la sostenibilidad del sector primario (11 millones) o para la modernización de la FP, que cuenta con dos proyectos de 10 millones cada uno. También hay cantidades importantes para el fomento del turismo sostenible, que suma en diferentes actuaciones inversiones por 50 millones. La situación administrativa de todos estos proyectos es variada, como lo son también los plazos respectivos, que en algunos casos se van modificando sobre la marcha.
