Ya han pasado veinte años del asesinato de Angel Berrueta, pero la petición de “verdad y justicia” para su caso sigue tan vigente como el primer día. Quedó claro ayer, en el vigésimo homenaje a la memoria del panadero de la calle Martín Azpilcueta, muerto por los disparos de un policía nacional fuera de servicio y la cuchillada de su hijo dos días después de los atentados del 11-M La familia y los vecinos de Donibane, uno de los barrios más atravesados por la violencia policial en la historia reciente de Pamplona, aprovecharon el homenaje para insistir en que no descansarán hasta que se haga justicia por la muerte de Angel “y hasta que todas las víctimas de la violencia policial reciban el reconocimiento y la reparación que merecen”.

Sobre todo si, como constató Aitziber Berrueta, hija de Angel, después de 20 años la situación sigue sin reconocimiento oficial de ningún tipo. Este año, el homenaje organizado por la plataforma Angel Gogoan llegó justo cuando el Gobierno de Navarra tiene casi listos los primeros reconocimientos oficiales a las víctimas de violencia policial y ultra que hará públicos a lo largo de este año el departamento de Memoria, dirigido por la consejera Ana Ollo, que ya cuenta con una partida de casi un millón de euros para las primeras indemnizaciones, en los mismos términos que para las víctimas de ETA.

Víctimas dobles 

Seis de esos casos que ya trabaja el Ejecutivo foral son los de Berrueta y varios de sus familiares. La viuda, los hijos y la hija fueron víctimas dobles: al asesinato del padre sumaron insultos, vejaciones y un maltrato generalizado a lo largo de un proceso mediático cruel y una investigación judicial por momentos surrealista, en la que algunas instancias llegaron a calificar el asesinato poco menos que como una riña entre vecinos.

Aurresku en homenaje a Kontxi Sanchiz y Angel Berrueta, ayer en Donibane. Javier Bergasa

De ahí los bertsos que sirvieron de arranque para el homenaje, aquellos en los que se habló de las balas que mataron a Angel, y también de las “balas de la mentira” que fueron lanzadas entonces y después durante muchos años.

El “germen” del asesinato 

El acto empezó a las seis y media frente a la antigua lechería de Berrueta. Joaldunak como previa y dos grandes fotos para presidir la tarde: la de Berrueta y la de Kontxi Sanchiz, la vecina de Hernani que murió tras una carga policial que reprimió, precisamente, una concentración en protesta por el asesinato del comerciante de Donibane.

La primera intervención fue la de la hija de Berrueta, Aitziber, que lo primero que hizo fue mandar un recuerdo para las 192 víctimas de los atentados del 11-M. Después, apenas unas pocas frases, emocionadísimas, de agradecimiento a quienes mantienen la memoria de su padre. También a sus hermanos y a su madre. Lo peor, dijo, es que veinte años después no hay reconocimiento oficial de ningún tipo.

Homenaje a las familias. A la derecha, Aitziber Berrueta. Javier Bergasa

Después fue el turno de Gurasoak, plataforma donde Berrueta tenía muchos amigos, José Miguel Olza exigió en otro discurso emocionado “compromiso” para que “todas las víctimas” –y subrayó lo de “todas”– tengan “el mismo tratamiento”. “Solo así conseguiremos vivir en un pueblo en paz basado en la justicia, que es lo que todos queremos”.

También intervino la portavoz de Egiari Zor, Ainara Gorostiaga, una de las plataformas que más está ayudando a las víctimas de violencia policial a la hora de presentar sus expedientes ante la comisión del Gobierno de Navarra que decide quién accede a la condición de víctima. Gorostiaga lamentó que “hasta el momento nadie ha asumido responsabilidades políticas de la falaz versión oficial” y que fue “el Gobierno del PP”, con sus mentiras sobre “la autoría de los atentados”, el que plantó “el germen del asesinato de Angel”.

Joxe Abaurrea, Joseba Asiron y Garbiñe Bueno, ayer en Donibane. Javier Bergasa

Para Egiari Zor, la comisión de reconocimiento puede ser una oportunidad para que tanto el asesinato de Angel como las “amenazas y hostigamientos” sufridos por su familia “tengan el reconocimiento que merecen”.