Resulta curioso cómo, tras el shock por la pérdida de la figura de José Antonio Ardanza, se simultanean las glosas y reconocimientos de todas las sensibilidades a su talla política y legado institucional para pasar de inmediato a arremeter contra el modelo de páis, que ayudó a construir. Es fácil tratar de separar el respeto debido del interés partidista. El primero , nobleza obliga, conduce al aplauso ante la evidencia de lo logrado y las condiciones de vida construidas en torno a un modelo de país que es denostado ahora porque no satisface expectativas infladas. No, ni entonces ni ahora existe el gratis total ni el rendimiento sin esfuerzo ni el bienestar sin sacrificios.

Una campaña electoral es prestidigitación. Se trata de hacer aparecer de la nada las soluciones mágicas a las preocupaciones porque a nadie le gusta que le digan cuánto va a tener que empujar en primera persona para mover las piedras que le impiden avanzar. Y, si se puede avanzar por el camino ya trillado por otro, mucho mejor. Ayer en Sumar hicieron lo propio, una vez abierto días atrás el camino de la gestión de la transferencia de cercanías ferroviarias el jeltzale Pradales –tras obtener el PNV la transferencia– pero ahora a improvisa nuevas líneas en territorio alavés. Hasta Miranda de Ebro quiere llevar las cercanías vascas Sumar. Digo yo que algo tendrá que decir la Junta de Castilla y León para que no se lo lleven gratis. O que lo diga Sumar en Burgos.

El caso es que en breve asistiremos a un listado de ofertas a los donostiarras y gasteiztarras porque también esa puerta la ha abierto entre lunes y martes Pradales concretando iniciativas en ambas capitales: ayer, diez compromisos concretos con Gasteiz. Mientras alguien a su alrededor reacciona también a estas, Pello Otxandiano está haciendo el esfuerzo de buscar mayorías que le apoyen desde fuera de EH Bildu, consciente de que con las fuerzas propias no le da. Pide “acuerdos de mínimos entre diferentes” pero está por ver si durarán lo mismo que el que en primer persona decidió romper en torno a la Ley de Educación con razones improvisadas que no existían hasta que se tocó aprobarla... y también ser candidato.

Entre las constantes argumentales de Podemos está la vivienda. Gorrotxategi insistía ayer en que la ley estatal es el maná pero no aclaró cómo esa ley da amparo a su deseo de hacerse con “todas las viviendas deshabitadas”; tampoco hubo mensaje para los 330.000 hipotecados privilegiados por Hacienda en su IRPF, según la percepcion que comparte con Bildu.

El problema de la vivienda lo resuelve el PP con más construcción. Javier de Andrés y Muriel Larrea lo dijeron ayer: suelo más barato para promoción privada y más facilidades al sector. Facilidades no querrá decir modificar usos de suelo no acorde a la edificación ni concesión de licencias exprés que relajen el control administrativo preceptivo. O sí, vaya a saber.

Mientras, en el PSE, Eneko Andueza ha descubierto el marco vasco de relaciones laborales y aboga por un salario mínimo específico de Euskadi. Pues apriete en Madrid a los suyos, que en la reclamación de ese marco laboral, también está más solo que la una el PNV. Lo que ya no debe preocuparnos es la asistencia primaria en Osakidetza. Dijo ayer Denis Itxaso que hay que poner un médico por cada 1.500 pacientes y un pediatra por cada 1.000 niños. “Hay que” es una buena fórmula de encarar cosas. Por cierto, dice el Ministerio de Sanidad que hay 1.538 pacientes por médico en Euskadi y 1.587 en el Estado. Así que, habrá que...