Uxue Barkos (Pamplona-Iruña, 1964) ha completado sus primeros 9 meses como senadora por Navarra. La dirigente de Geroa Bai analiza cuestiones concretas del contexto político en el Estado, de la estabilidad y los retos del Gobierno foral, de la articulación de la mayoría municipal en Iruña, y de las últimas elecciones europeas.

Termina el curso político en el Senado. ¿Cuál es su balance? 

–El Partido Popular ha decidido hacer del Senado su caja de resonancia. Estamos cansados de ver que con su mayoría absoluta arrastra cualquier iniciativa, pero por eso es especialmente importante mantener la fuerza del debate político y la confrontación leal. El PP ha concentrado aquí una estrategia que creo que tiene los días contados. Jugar al eterno apocalipsis no es constructivo. Estaba obligado a llegar un acuerdo en la renovación del CGPJ. Era una situación absolutamente insostenible y un descrédito absoluto para la política del Estado a nivel internacional.

¿Políticamente qué más percibe?

–Mi perspectiva y acción sigue siendo la política navarra. Hay marcos de pensamiento que se tienen que continuar defendiendo. Por ejemplo, las últimas declaraciones de la presidenta de Madrid delatan la ignorancia más absoluta y supina, y una enorme vanidad y exceso verbal de quien pontifica así sin tener ni idea, desde la atalaya de la presidencia de la Comunidad de Madrid. Es una falta de respeto primero a los propios madrileños, y escenifica la escasez argumental y política en esta materia de quien dirige la institución. Pero habla también de la búsqueda de una confrontación absolutamente gratuita y desde luego perniciosa, y creo que debiera ser respondida por su mismo partido.

¿Observa un conflicto interno en el PP entre Ayuso y Feijóo?

–No voy a entrar a valorar si existe. El Gobierno de Ayuso ha tenido actuaciones como la gestión de la pandemia, pero seguramente este es el momento institucional en el que la metedura de pata ha sido más profunda. La condecoración (a Milei) ha colocado a Isabel Díaz Ayuso al borde del ridículo institucional más importante que nunca he conocido.  

¿En la calle en Madrid se advierte esta deriva hacia la derecha?

–Madrid es una ciudad muy grande, pero el institucional vive muchas veces de espaldas al panorama político real del conjunto del Estado, y muy en desconocimiento; esto explica éxitos como el de Ayuso. 

Y actitudes como la del senador del PP por Burgos, Salvador de Foronda, sobre la Cámara de Comptos.

–De agresividad y matonismo político basado en la ignorancia absoluta, que acaba dando como resultado estas absolutamente inaceptables declaraciones de desprecio político. Creo que en el PPN debieran exigir unas disculpas públicas, y trabajar en un mínimo de pedagogía sobre la realidad navarra. Pero todo esto se produce por el intento de UPN en este caso de cuasi judicialización de un asunto que en el Parlamento de Navarra ha sido exhaustivamente controlado por todos los grupos y fiscalizado por la Cámara de Comptos, que ha señalado que no hay aquello que UPNpretende buscar. UPN ha llevado a la comisión del ‘Caso Koldo’, que no tiene nada que ver con el de las mascarillas de la CEN, y ha pedido la misma información que ya tiene. ¿Buscan rédito político exponiendo el buen nombre de las principales instituciones navarras? La gran mayoría de la sociedad, y por supuesto, de las instituciones navarras, no va a seguirles ese juego.

“No se puede pretender ser punta de lanza en el combate contra la ultraderecha si mantenemos vestigios como la Ley de Secretos Oficiales”

Esgrime la necesidad de reformar la Ley de Secretos Oficiales.

–Que retoma protagonismo porque Geroa Bai ha querido ponerlo en el calendario político. Algunas afirmaciones me dejan preocupada, como la del ministro Bolaños hace días, cuando dijo en el Senado a pregunta de Geroa Bai que la reforma de esta ley es un camino muy difícil. 

No se puede estar durante años mareando la perdiz. 

–Efectivamente, y sobre todo no se puede utilizar el combate democrático contra la ultraderecha y pretender protagonizar la punta de lanza si mantenemos vestigios franquistas de enorme importancia como la Ley de Secretos Oficiales en el siglo XXI. El Parlamento de Navarra, con prácticamente todos los grupos, ha solicitado al presidente Sánchez que entre las medidas de regeneración democrática anunciadas, se recoja la reforma de la Ley de Secretos Oficiales. Tenemos casos que claman al cielo, como el de Mikel Zabalza, Mikel Arregi, Sanfermines del 78... Desclasifiquen ya. Y mientras lo hacen, en Geroa Bai les retamos a desclasificar casos concretos, en un trabajo paralelo. 

Con franqueza, ¿confía en que ahora sí cristalice esa reforma?

–A mí nunca me ha podido la resignación, vamos a seguir exigiéndolo, y retratando a quien no lo haga. El Partido Socialista de Pedro Sánchez tiene una deuda doble, porque si no estará diciendo que sus argumentos de estos meses no eran verdad. 

Esa reforma supondría al PSOE abrir una crisis en canal interna y externa, con poderes fácticos. 

–Una democracia sólida mira al futuro de una sociedad que tiene que defenderse de la desmemoria. Uno de cada cinco escaños en el nuevo Parlamento Europeo son de ultraderecha. O se hace esto con honradez y acometiendo los difíciles trabajos que pueda haber, o se nos ha engañado. Yo no quiero creer esto último.

¿Cree que la amnistía va a materializarse finalmente?

–La ley de amnistía tiene muchas aristas. El preámbulo me pareció arduamente trabajado, buscando un sostén jurídico importante, que creo conseguido. Pero es una ley demonizada por el Partido Popular, que en otros momentos de responsabilidad por la vía de la amnistía o del indulto ha llevado a cabo actuaciones mucho más potentes. Políticamente también es cuestionada en algunos ámbitos del Partido Socialista. No olvidemos que la aplicación del 155 se llevó a cabo también con el voto a favor del PSOE. La ley permitiría superar y restañar la aplicación de un 155 que ojalá no se hubiera producido nunca. Tampoco hay paz al hacer una lectura en un sentido o en el contrario en la fiscalía y la judicatura. Veremos qué ocurre. En un Estado razonablemente democrático la discrepancia no implica la sublevación, sino el acatamiento de las normas.

Si hay repetición electoral en Catalunya, ¿da por descontado que vayamos a unas Generales?

–Aquí hay una cuestión clave, y es si habrá o no presupuestos para 2025. Va a ser muy difícil que el Gobierno pueda aguantar una segunda prórroga presupuestaria, y más cuando estamos en un delicadísimo momento, en el que Europa vuelve a aplicar las reglas fiscales. ¿Se puede llegar a esas cuentas o no? ¿Qué grupo asumiría la responsabilidad de que se produjese un adelanto electoral?

“Las últimas declaraciones de Ayuso delatan la ignorancia más absoluta y supina, y una enorme vanidad y exceso, pontificando sin tener ni idea”

Usted en 2019 apostó por resituar a Geroa Bai y apoyar un gobierno presidido por el PSN. ¿Eso lo entiende extrapolable en ERC con el PSC?

–Creo que no son situaciones análogas, a Geroa Bai la ciudadanía no le castigó. El voto se incrementó de manera importante. Para Esquerra sí ha habido un castigo. 

Por más motivo. 

–Creo que hay que mirar en el objetivo al país y en nuestro caso a Navarra. Defendí que podíamos seguir teniendo un Gobierno progresista y plural a pesar de que Uxue Barkos no tuviera la presidencia, porque entendimos y seguimos creyendo que era lo mejor para Navarra. En muchos aspectos no tiene la fuerza o ambición que creo que sí tuvo aquel Gobierno de 2015, pero es el camino iniciado entonces, de un cambio importante. La derecha de UPN tiene que empezar a pensar que quizás se equivocó en la exclusión de una parte importante de la sociedad. Lo estamos viendo ahora en gestos importantes en materia de políticas de memoria, por ejemplo. Ojalá lo veamos pronto en política lingüística, y también en el PSN, que creo que sigue siendo enormemente poco ambicioso para con la realidad de Navarra, su bien y su futuro. 

¿Cuál es entonces su balance del primer año de legislatura de Gobierno liderado por el PSN?

–Hay cosas que lógicamente se van perfeccionando. En la pasada legislatura creo que no funcionaron bien los elementos de control interno de seguimiento, y en esta hemos arrancado, teniendo que estirar, pero de una manera razonable. Es verdad que sigue faltando reconocimiento de la pluralidad real de Navarra, en materias que el Partido Socialista a veces pretende frenar, en euskera, por ejemplo, que no podemos admitir. Claro que no puede haber materias de imposición a la ciudadanía, que una sociedad no cambia por decreto, ni debe hacerlo, ni debemos intentarlo, pero no puede ser que los miedos políticos de algunas formaciones impidan a la sociedad progresar allá donde la sociedad pretende y desea, por ejemplo en Mañeru. 

En un partido, el PSN, con vocación general transformadora...

–En materia de euskera Geroa Bai y Bildu tenemos que ser elementos coadyuvantes de exigencia. Lo que no vale es exigir en una institución, Gobierno de Navarra, lo que no exigimos en algunos ayuntamientos. Por ejemplo en Pamplona. No voy a aceptar como Geroa Bai que se exija al Gobierno de Navarra lo que en una responsabilidad municipal no se está haciendo. Trabajemos juntos, pero juntos de verdad. 

Dice que la relación entre Geroa Bai y el PSN es razonable. María Chivite dijo hace días que va muy bien. ¿Peca de triunfalista?

–No lo sé, creo que hay diferencias sustanciales e importantes en el día a día, como en nuestros propios posicionamientos políticos.

Pero eso era consabido.

–Claro, ¿va muy bien? Desde luego con estabilidad en beneficio del conjunto de la ciudadanía. Con la ambición de dar el mejor servicio, pero con diferencias profundas que nosotros vamos a mantener. Es verdad que Geroa Bai no es una formación política que se haya distinguido precisamente por escenificar de una manera vocinglera sus diferencias. 

Desde 2019 EH Bildu ha aprobado todos los Presupuestos del Gobierno. ¿Eso le convierte en un competidor de Geroa Bai?

–A mí nunca me ha gustado aquello de pensar en ‘nuestros votos’.

Precisamente, porque cada vez son más mudables.

–Tenemos un escenario muy importante en Euskal Herria después de décadas de violencia. Todos los actores políticos son capaces de trabajar en colaboración y construyendo. Podremos hablar de mil déficits en torno a la memoria. Pero en estos momentos EH Bildu es un actor más en la política institucional con una importante fuerza política en la sociedad navarra, por centrarnos en casa. Su papel institucional arrancó en 2015 para el bien del conjunto de la ciudadanía. Bildu ya estaba en el Gobierno que presidió Geroa Bai, y conformó Presupuestos. En la medida en que son formaciones progresistas, tienen lindes de encuentro ideológico, también con el Partido Socialista o con Contigo-Zurekin. Pero desde 2015 la bisagra de ese cambio político y quien permite articular todas esas realidades se llama Geroa Bai. Lo digo con el orgullo y la humildad de nuestra dimensión; en Navarra es inapelable la importancia de Geroa Bai en los cambios políticos tan profundos en estos 9 años. Hay retos, como la política municipal, y en eso seguimos trabajando. Yo sigo pensando que es un espacio político imprescindible de una fuerza que ha sabido mirar a Navarra siempre con una enorme ambición.

“En materia de euskera Geroa Bai y Bildu tenemos que ser elementos coadyuvantes de exigencia. Trabajemos juntos, pero juntos de verdad”

¿Cuál es su análisis de los malos resultados del 9-J, donde Geroa Bai iba en la coalición de CEUS?

–Las votaciones han tenido una clave básicamente estatal. Lamento profundamente que no miremos a la política europea, tan importante y decisiva. Pero esta es una realidad inapelable. En Navarra hemos tenido elementos clarísimos de desafección a la votación, que seguramente parten de la crisis de UPN en su relación con el PP Y en formaciones de las que ha formado parte Geroa Bai se han vivido con enorme frialdad, por ese empeño en mirar al Parlamento Europeo como una confrontación entre el PP y el PSOE.

Mencionaba a Pamplona. ¿Qué análisis hace de este semestre?

–Para Geroa Bai la conformación de un ayuntamiento progresista debía haber sido desde junio de 2023. El haber perdido este tiempo es responsabilidad del PSN, que decidió tomar este camino para terminar en un acuerdo y una moción de censura . Joseba Asiron hoy es alcalde de Pamplona por derecho democrático. Digo esto porque UPN a veces olvida la realidad de las cosas. Joseba Asiron hoy tiene más fuerza y estabilidad de los que nunca ha tenido Cristina Ibarrola. No comparto la teoría de que su inacción, a la que tanto ha aludido el PSN, es lo que explica la moción de censura. Pero el alcalde tiene en estos momentos una mayoría estable, y eso en términos democráticos es algo muy a tener en cuenta, de legitimidad política clara. 

Y a partir de ahí...

–Lo que me preocupa, y no le engaño, es si existe algún acuerdo al margen del resto de socios. La portavoz municipal del PSN (Marina Curiel) señaló que hay acuerdos previos del Partido Socialista con el candidato (de la moción de censura). Cualquier acuerdo debe ser siempre claro y transparente. Si no es así, nosotros ni lo conocimos ni lo compartimos. Nuestro compromiso con el Ayuntamiento de Pamplona queda perfectamente definido en el acuerdo que Geroa Bai firmó con Euskal Herria Bildu, PSN y Contigo-Zurekin, y en el trabajo en el seno del Gobierno municipal.  

Se ha archivado el caso Davalor. ¿Cuál es su valoración?

–Esto no era más que un empeño una vez más de UPN para judicializar la política y atacar a Geroa Bai por donde no ven mayor resquicio. Es la peor de las estrategias políticas. Que no se agarren al defecto de forma, que deviene de que no había nada. Se traspasan todos los límites porque se busca lo que no existe. No solo lo sostiene Geroa Bai, sino también la Cámara de Comptos.

“Tenemos que cambiar la Lorafna con ambición”

¿Usted que haría con los Caídos?

–Un edificio de esas características no tiene ningún sentido. Comparto la posición de quienes están por el derribo, pero entiendo que quien tiene la responsabilidad municipal debe hacerlo con los medios necesarios y con la alternativa para ese solar con un proyecto en tiempo y forma.

El PSN no parece por la labor.

–Esa es una decisión que debe liderar un alcalde y compartir el proyecto con la ciudadanía. Este edificio a muchas pamplonesas y pamploneses les duele y les sobra. Mi pregunta es por qué no se acomete este debate. ¿Porque el Partido Socialista ha decidido que no? Cuando hablamos del derribo desde luego yo no estoy pensando en una voladura, sino en terminar con un edificio así, y hay muchas maneras de hacerlo.

No reformulándolo...

–La resignificación es otra de las fórmulas. En este momento no la veo, pero tenemos que pararnos a llevar a cabo un debate. La pregunta es si alguien ha vetado que se pueda terminar con el edificio. No puede ser que la postura de ningún partido, tan legítima como la contraria, decida en solitario. 

Dijo María Chivite que el PSN no piensa en un referéndum sobre la reforma del Amejoramiento. Si es así, ¿nacería coja? 

–Geroa Bai se posiciona por una Lorafna que se adecúe al siglo XXI. Es del 82, han pasado 42 años. El mundo es otro en materia de energía, industria, relaciones con Europa y el Estado. Nuestra ley de Convenio tiene mirar de qué manera modular nuevos tipos impositivos y para eso necesitamos un frontispicio. Se ha cuestionado si la Lorafna daba cobertura a la transferencia de tráfico y hemos tenido que ir a una reforma exprés. Es evidente que tenemos que cambiar esa ley con una ambición progresista y de reconocimiento de la pluralidad de nuestra comunidad y nuestra ciudadanía. Y ahí el Partido Socialista siempre se queda corto. Claro que tendríamos que ir a una reforma ambiciosa, sin miedo, serena, pero ahí el PSN siempre juega un poco a amagar y no dar. Pero Geroa Bai va a seguir empeñado en una reforma que mire los retos del siglo XXI, también en el orden socioeconómico, de la convivencia y la memoria. Ahí Navarra es uno de los ejemplos en el ámbito estatal. Hay que ser ambicioso y perder miedos. Yo sí veo a veces mucho miedo por la parte socialista del Gobierno, y ninguno, le aseguro, por la parte de Geroa Bai. De UPN o del PP ya ni hablamos.