El Parlamento de Navarra ha aprobado este jueves una moción en la que solicita al Consejo de Asuntos Generales de la Unión Europea la oficialidad del euskera, el catalán y el gallego en las instituciones comunitarias, una iniciativa que se suma a los esfuerzos diplomáticos del Gobierno central, que desde hace meses promueve las lenguas minorizadas del Estado en el seno de las instituciones comunitarias.

Al texto, impulsado por Geroa Bai, se han sumado el PSN, EH Bildu y Contigo-Zurekin, que han sumado 29 votos a favor, mientras UPN se ha abstenido (15) y PPN, Vox y la parlamentaria no adscrita Maite Nosti han votado en contra (5).

El parlamentario de Geroa Bai Mikel Asiain ha defendido que la medida supone “un reconocimiento y un prestigio” para Navarra y ha insistido en que “esto no va de Sánchez ni de Puigdemont”, sino de “algo de interés para el euskera”. Asiain ha reclamado también la eliminación de la zonificación lingüística en Navarra, al considerar que “Europa ve la zonificación como el mayor obstáculo al euskera”. “Ojalá llegue el día en que por convicción de la amplia mayoría que hoy aprobamos esta moción, consigamos también que la zonificación desaparezca”, ha añadido.

Desde EH Bildu, Eneka Maiz ha afirmado que la oficialidad del euskera en la UE supondría “un impulso fundamental” para su normalización. “Es una lengua vulnerable y sin la supervivencia garantizada”, ha advertido. Maiz ha considerado que el reconocimiento europeo sería “una cuestión de justicia” y ha alertado de una “gran paradoja”: que el euskera “pueda ser oficial en Madrid o en Bruselas, pero no en toda Navarra”.

El socialista Javier Lecumberri ha valorado el paso dado por el Ejecutivo central para lograr la oficialidad de las lenguas cooficiales en Europa como parte de un “acuerdo político legítimo”. “Merece la pena resaltar el reconocimiento a unas lenguas que aportan riqueza y diversidad a la sociedad española y europea”, ha dicho. Asimismo, ha defendido “el modelo de una España plurinacional y solidaria”, y ha señalado que la zonificación del euskera no fue planteada por quienes hoy la critican cuando estaban en el Gobierno foral.

Por parte de Contigo-Zurekin, Carlos Guzmán ha instado a dejar a un lado “el partidismo y el electoralismo”, asegurando que esta cuestión debería ser “de Estado”. En su intervención, ha criticado la “excusa burda” de quienes, a su juicio, usan los pactos como pretexto para “negar la existencia de la pluralidad lingüística”. Guzmán ha reclamado que “el fortalecimiento y ampliación de los derechos lingüísticos” sea “una obligación política” de todas las instituciones.

Desde UPN, Isabel Olave ha mostrado su respaldo a la oficialidad del euskera en Europa, pero ha manifestado su rechazo a la política lingüística del Gobierno. “Navarra no es euskarafoba, ese es un mensaje que se ha difundido contra quienes estamos en contra de determinadas políticas”, ha indicado. Ha afirmado que “el euskera no es el problema”, pero ha advertido de que “las desconfianzas surgen cuando se utiliza como instrumento de ingeniería social”. En su opinión, esta moción es el resultado “del chantaje político de Pedro Sánchez para su supervivencia en el Gobierno”.

El rechazo ha llegado desde el PPN y Vox. La popular Irene Royo ha defendido que “la protección de una lengua propia es una obligación de cualquier Gobierno”, pero ha sostenido que esta iniciativa “va de cesiones, no de lenguas”. “Es un pacto entre el PSOE y Junts”, ha afirmado, y ha criticado que “quienes prohíben la libertad lingüística en Cataluña ahora la pidan en Europa”.

En la misma línea, el ultraderechista Emilio Jiménez ha tachado la propuesta de “capricho de Puigdemont”, a quien ha calificado de “fugado delincuente que sostiene a Sánchez en el Gobierno”.