Este jueves llega la hora de la verdad, pero llega con cierto suspense. Todo apunta a que el Parlamento Vasco hincará el diente al debate del blindaje del euskera como requisito en las ofertas públicas de empleo, pero queda por concretar con qué apoyos lo hará. La Cámara tiene que votar si toma en consideración una, las dos o, si hubiera un giro rocambolesco, ninguna de las propuestas que han registrado PNV y EH Bildu por separado y con distintos objetivos. A falta de unas horas para que se produzca el debate en el pleno ordinario, no hay un acuerdo entre los dos partidos que gobiernan en coalición, PNV y PSE, y tampoco parece que lo haya entre PNV y EH Bildu, aunque todavía queda tiempo por delante y siempre existe la posibilidad de que se permita por la vía de la abstención de varios grupos que el debate siga y se abra el periodo de enmiendas.
Todo este tiempo, como mínimo desde el 14 de mayo, los jeltzales han mantenido abierta como vía prioritaria la negociación con sus aliados socialistas. Hay una discrepancia incluso en el diagnóstico, ya que el PSE no tiene claro que se esté produciendo una ofensiva judicial para tumbar los perfiles lingüísticos, e interpreta que los jueces están ponderando otros criterios como los derechos laborales de las personas que se presentan a las oposiciones para ser policía municipal o realizar labores de cuidados. A mediados de junio, el PNV dio un paso adelante en solitario y registró una proposición de ley que, no obstante, es quirúrgica y trata de preservar el grueso de los consensos de las últimas décadas: plantea una modificación de un solo punto en la Ley de Empleo Público para que, en lugar de establecer un índice general obligatorio de plazas con perfil lingüístico, cada administración tenga autonomía para fijar su porcentaje de plazas en función de su realidad social, “con el máximo rigor” y con “proporcionalidad”. Este espíritu diferencia la propuesta jeltzale de la presentada por EH Bildu, que propone dar la vuelta al sistema, eliminar el índice, y fijar una exigencia general de euskera para, a partir de ahí, concretar excepciones muy tasadas. El PNV, además, aclaró que iba a seguir negociando con los socialistas.
Fuentes del PSE consultadas por Grupo Noticias aseguran que todavía quedan unos días por delante y no concretan su sentido de voto pero, en cualquier caso, añaden que su posición es “clara”. Se remiten a las palabras de su secretario general, Eneko Andueza, en el pleno de política general, donde consideró que la propuesta del PNV es “un error” y “se encamina a romper los consensos” sobre política lingüística. También rechaza la de EH Bildu, que va más lejos. El PSE insiste en una aplicación “flexible” de las exigencias lingüísticas y en defender la libertad de elección de la ciudadanía a la hora de comunicarse con la administración, pero también unas sentencias que tienen “el propósito” de no vulnerar derechos laborales.
¿Podría suceder que el PSE se abstuviera para permitir el debate? El Consejo de Gobierno ya emitió un criterio favorable a tramitar la propuesta del PNV y rechazó la de EH Bildu con la abstención de los consejeros socialistas, que dijeron por boca de Mikel Torres que no querían obstaculizar el debate. Pero la abstención del PSE no bastaría si EH Bildu votara en contra, ya que el grupo de Pello Otxandiano está empatado a 27 escaños con el PNV, y los votos negativos del PP y Vox a cualquiera de las dos iniciativas se dan por descontados. En cualquier caso, hay que tener en cuenta que, en el orden del día, aparece primero la propuesta del PNV y después la de EH Bildu, de manera que podría resultar un tanto chocante que la sesión arrancara con un portazo de EH Bildu. Además, Josu Aztiria dijo en junio que iban a analizar “con mucho mimo” la iniciativa del PNV.
Las próximas horas servirán para despejar si el PSE decide dar sus votos a favor al PNV para que el voto de EH Bildu se vuelva intrascendente, para sumar mayoría absoluta y cortar de raíz un eventual entendimiento entre las dos fuerzas abertzales sobre esta cuestión.
Consensos
El PNV pretende cubrir el hueco por el cual algunos tribunales interpretan que el índice general es un tope máximo. Esas sentencias imponen un corsé a los municipios más euskaldunizados. En su reciente entrevista con Grupo Noticias, el portavoz del PNV en el Parlamento, Joseba Díez Antxustegi, ponía en valor que PNV y PSE han estado en los consensos sobre el euskera desde 1982 y que el mero hecho de tener una discrepancia en “un momento concreto” no quería decir que esos consensos desaparecieran. De todos modos, repitió que las conversaciones iban a seguir y que, “pase lo que pase, PNV y PSE van a seguir siendo unos actores muy relevantes en los consensos sobre el euskera”.