La anaconda no se comió vivo al aventurero Paul Rosolie
El polémico documental en el que un hombre se dejaba devorar por la enorme serpiente resultó ser un fracaso
BILBAO. Paul Rosolie no pudo completar del todo su hazaña para un documental de Discovery Channel. Tras anunciar este espeluznante reto, con el nombre de ‘Comido vivo’, el aventurero no fue totalmente devorado por una anaconda, tal y como recoge que.es.
El desafío ‘Eating Alive’ no pudo completarse, ya que unos segundos después de empezar, tuvo que avisar a los miembros del equipo de producción para que le pudieran rescatar.En un primer momento, la anaconda de cinco metros abre su enorme mandíbula y empieza a tragarse al aventurero.
Sin embargo, éste rapidamente se da cuenta de que no va a poder conseguir lo que pretendía. La constricción empezó a hacer su efecto y tuvo que pedir auxilio para evitar lesiones de gravedad.
“¡No siento mis brazos, esto se va romper!”, gritaba el aventurero, haciendo referencia al traje especial que portaba. Luego les pidió de nuevo, insistentemente: “¡Os estoy llamando! ¡Necesito ayuda!”, replicaba, una vez tras otra.
Los ácidos del estómago de la serpiente estuvieron a punto de hacer estallar el traje especial que lucía Rosolie, formado por fibra de carbono y sangre de cerdo. Por fortuna, no hay que lamentar ninguna lesión del intrépido aventurero ni deformación del animal.
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