Caminos vecinales, que superaban las dificultades de vivir entre montañas, caídos en el olvido y la soledad. Solitarios y envueltos de hayas, hoy son una excelente manera de adentrarse en Irati por uno de los desfiladeros más desconocidos. Con laderas de bosque cerrándose sobre él, lo muestran casi inaccesible a primera vista. Es un reto situado en las inmediaciones de Orbaitzeta y que sin embargo permanece oculto y entre los caminos más solitarios a pesar de estar en las cercanías del embalse de Irabia, esa famosa lámina de agua rodeada por el más admirado hayedo abetal de Europa.

Sentir el placer de la exploración en la naturaleza en este viejo sendero por el barranco labrado con perfiles agrestes con la fuerza del arroyo Berrendi, y que tiene su inicio junto al lugar en que rinde sus aguas al Irati, es una buena terapia natural. No hay nada más sencillo para iniciar la senda que situarse junto a la orilla del Irati, apenas un kilómetro después de haber sobrepasado la localidad de Orbaitzeta. Es donde se inicia una pista por la que se empieza a caminar para alcanzar la zona baja del barranco y tomar la senda solitaria barranco arriba.

Para llegar hasta ella hay que caminar tres kilómetros y mojarse los pies vadeando el río gracias a que un paso de hormigón de la pista lo atraviesa. Hasta aquí se han recorrido 2.250 metros con vistas a un Irati joven pero cargado de agua, en los mejores momentos del año, y orlado de un buen bosque de galería.

La notable variedad de plantas del borde del camino y los espléndidos helechos harán las delicias del tramo que hay que recorrer hasta alcanzar el punto de cruce del río. Una vez traspasado, hará falta caminar otros 750 metros por la orilla opuesta, siguiendo la pista, para, en una curva pronunciada a la derecha, buscar el sendero, casi un sencillo paso de animales, por el que desviarse. 

Si nos pasamos de largo, la pista, cruzando sobre el arroyo, no sólo mostrará un bonito panorama en verde del barranco con sus aguas cantarinas, sino que confirmará nuestro error. Al volver la vista atrás veremos que, en unos cien metros, tenemos que regresar hacia la curva y buscar el pequeño acceso por el que apenas cabe el paso individual para tomar la senda que se encamina a remontar el desfiladero

El hayedo se impone en el paisaje de Aezkoa. JUAN CARLOS MUÑOZ

Los helechos y zarzas tienden a cerrar el estrecho sendero, pero arrimándose hacia los avellanos se logran atravesar los escasos metros que separan del ancho camino que asciende, eso sí mejor con pantalón largo para evitar arañazos innecesarios. Empedrado y de buena dimensión para el paso de animales domésticos confirma el hollar en la senda adecuada. Es momento de dar las primeras zancadas con la vista puesta en el arroyo y las rocas cubiertas de musgo por la constante humedad presente, pues en breve irá quedando perdido al fondo mientras el río se hace rumor frente a las esbeltas hayas y la senda en pendiente, que impulsa a avanzar admirando el panorama alrededor.

El desnivel se suaviza a medida que ascendemos y el camino se vuelve a acercar al cauce permitiendo vistas encantadoras del arroyo saltando entre rocas y de una antigua esclusa para aprovechar el caudal hídrico y realizar la saca de madera hasta el río Irati. 

Atravesamos el arroyo varias veces y lo remontamos por las rocas para continuar por la margen izquierda. Tras superar un bonito paso de escalones tallados en la roca, hecho por los vecinos aezkoanos para alcanzar la cabecera del barranco, y pasar una alambrada, llegamos a un hayedo espectacular donde los árboles alcanzan buenas proporciones y sus ramas creciendo en la vertical hablan de su pasado ligado al hombre para la obtención de madera.

El sendero lo atraviesa para desembocar en las praderías de la borda Kondderen y después en la de Landa. El camino prosigue para enlazar con la pista que hacia la derecha alcanza el collado de Zelane, lugar de acceso a la ruta al monte Berrendi. Si siguiéramos la misma dirección por la pista, acabaríamos regresando a Orbaitzeta.

El itinerario prosigue, sin embargo, hacia la izquierda para entre hayas alcanzar el gran abrevadero de Iturrixetakoiturria (1.063 m). Es el punto donde comienza propiamente el barranco de Berrendipea y el indicativo para iniciar el regreso, bien atajando hasta la senda traída o desandando desde este punto para disfrutar de una perspectiva diferente del desfiladero durante un tranquilo descenso.

Ficha práctica:

  • Tipo de recorrido. Ida y vuelta, de dificultad media con 437 metros de desnivel.
  • Punto de partida. Pista a un kilómetro del pueblo de Orbaitzeta.
  • Distancia. 15 km.
  • Tiempo. 5 h.

No te puedes perder. Los bellos paisajes rurales entre las grandes manchas de bosque, sobre todo de hayedo, que caracterizan el territorio de Aezkoa. Es además territorio donde buscar las huellas de los primeros pobladores de Euskal Herria, ya que abundan los restos megalíticos como cromlechs, dólmenes y túmulos.

La fábrica de municiones y la explotación minera junto a la saca de madera de los montes, llevada aguas abajo gracias a las almadias, marcan la historia de Orbaitzeta. También el aprovechamiento hidroeléctrico del embalse de Irabia, finalizado en 1946, un magnífico espejo del mejor hayedo abetal del continente situado entre los valles de Aezkoa y Zaraitzu [Salazar]. Existen visitas guiadas de las ruinas de la fábrica de armas que, durante el siglo XVIII, fue crucial para la historia de la localidad.

RUTAS POR EUSKAL HERRIA

NAVARRA Berrenpidea

Del libro Rutas a foces, gargantas y desfiladeros de Juan Carlos Muñoz y Mar Ramírez

Editorial: Sua Edizioak