Situado a poco más de 160 kilómetros de Pamplona está, nada más y nada menos que, el pueblo más bonito para viajar en noviembre. Así lo ha hecho saber la prestigiosa revista de turismo National Geographic. Un elección que responde a una práctica que vienen haciendo los profesionales de la publicación desde hace unos años en la que indica cuál es el pueblo más bonito para visitar cada mes.

Ochagavía, el pueblo más bonito para visitar en otoño

En octubre del pasado año fue el municipio de Ochagavía el elegido por la publicación como el pueblo más bonito para visitar en otoño. "A apenas 85 kilómetros de Pamplona, en el corazón del valle de Salazar, se encuentra Ochagavía-Otsagabia, un pequeño pueblo de casa de piedra atravesando por el río Anduña, en cuyas calles salpicadas de los pétalos de los geranios rojos que decoran los balcones parecen haber sido detenidas en el tiempo". Así era como desde National Geographic hablaban de la localidad navarra.

Este es el pueblo más bonito para viajar en noviembre

A poco más de dos horas en coche de Pamplona está el pueblo más bonito para viajar en noviembre según National Geographic. La elección de la publicación no es otro que el municipio de Frías, que cuenta con menos de 300 habitantes.

"Construida con la toba caliza típica de la zona, Frías guarda un esplendoroso pasado histórico que sintetiza visualmente con la fortaleza que la culmina, el Castillo de los Duques de Frías (o Castillo de Velasco). Una construcción del siglo XII que tuvo un gran valor estratégico. Levantada con el provecho del cerro de La Muela, fue ampliándose en los siglos posteriores hasta ser completada con una muralla que rodeaba la villa en lo alto y otra más baja que pasaba frente a las casas construidas en la roca. Unos vestigios que todavía se pueden apreciar en sus tres accesos: la Puerta de La Cadena, Medina y la del Postigo", relata el periodista José Alejandro Adamuz en la publicación.

"Pero Frías tiene muchos más atractivos, como las casas que se asoman al cortado de La Muela. La arquitectura de estas casas se adaptó al terreno para aprovechar el reducido espacio sobre el que se asienta la parte más alta de la villa. Muy cerca de allí, aguarda la iglesia de San Vicente Mártir. Interesante visita a pesar de que su excepcional pórtico románico se encuentre hoy expuesto en el Museo de Claustros de Nueva York. En su interior el templo esconde varias capillas de estilo gótico y renacentista y tres retablos, entre los cuales destaca uno del pintor Juan de Borgoña, realizado en el siglo XVI", se argumenta en la publicación.

Una descripción a la que Adamuz añade: "Bajo la colina espera el puente medieval de Frías, una de las joyas arquitectónicas de la provincia de Burgos. Construido en el siglo XII, esta portentosa pasarela se alza sobre el río Ebro y se compone de seis arcos de medio punto. Fue construido en piedra de sillería y es un ejemplo impresionante de la habilidad y la técnica de los antiguos constructores. Además de su valor histórico y arquitectónico, con un perfecto estado de conservación que demuestra que no solo se construyó bello, también estable".