Los cálculos renales es decir, las piedras en el riñón, son, como su nombre indica, pequeñas piedras formadas por la acumulación y concentración de sales y minerales en la orina. Por lo general, todas las personas pueden experimentar esta enfermedad en cualquier momento de sus vidas. Sin embargo, el verano es la época en la que nos convertimos en más propensos a sufrir este tipo de afecciones.

Tipos de cálculos renales

Las piedras en el riñón son una enfermedad crónica que, una vez que la hayamos experimentado, es probable que la volvamos a sufrir en un futuro. Según el urólogo del Hospital Gregorio Marañón, Igor Blaha, en Infosalus, hay tres grandes tipos de cálculos renales:

  • Piedras cálcicas. Son las más comunes y están formadas por un exceso de acumulación de calcio en el riñón o las vías urinarias. Esta sustancia se concentra en la orina hasta que se forma una pequeña piedra o cálculo.
  • Piedras de ácido úrico. Se producen cuando hay una excesiva cantidad de este material, que puede cristalizarse por sí mismo o en conjunto con el calcio.
  • Piedras infectivas. Estas son producto de una serie de infecciones que se han repetido en el aparato urinario.

Además, hay otros tipos de cálculos, menos frecuentes, que son los originados por nuestra predisposición genética, es decir, que familiares cercanos los hayan experimentado, y los ocasionados por fármacos, mucho menos comunes.

Síntomas de los cálculos renales

Los afectados por este problema pueden mostrar o no síntomas: mientras que algunas personas no notan su presencia, otras experimentan un intenso dolor, parecido a los cólicos. Este se localiza en la zona de la espalda, a la altura de las últimas costillas, y puede expandirse hacia la parte abdominal. Ese malestar suele comenzar de manera brusca y tiene una duración de entre 30 minutos y una hora. Además, puede derivar en náuseas, diarrea y vómitos y, al ser una aparición tan repentina, el diagnóstico llega una vez desencadenado el episodio.

Otros síntomas son dolor y necesidad constante de orinar, problemas para hacerlo y una orina maloliente y con color turbio.

Causas por las que las piedras en el riñón son más comunes en verano

1- Altas temperaturas. El calor en el ambiente hace que la pérdida de agua por transpiración sea mayor. Además, según datos del urólogo Bartolomé Lloret, del Hospital Vithas Medimar, en los empleos cuyas condiciones de trabajo impliquen temperaturas superiores a 30 grados, las posibilidades de sufrir piedras en el riñón es 3,5 veces mayor en relación a entornos situados entre los 20 y 25 grados.

2 - Falta de hidratación. Debido a ese aumento de transpiración, en verano se vuelve más importante incrementar la ingesta de agua para compensar la pérdida de líquidos a través de la sudoración. Cuando no bebemos la suficiente cantidad de agua dificultamos la capacidad de nuestro organismo para eliminar las sustancias innecesarias y provocamos que estas se concentren. Para conocer cuál es nuestro nivel de hidratación, es importante prestar atención a nuestra orina: esta tiene que ser amarillo pálido.

3 - Mayor movimiento. El incremento de la actividad física hace que los cálculos que se encuentran quietos en el riñón se desplacen a la vía urinaria, lo que causa fuertes dolores. Además, los esfuerzos físicos, especialmente en épocas calurosas, favorecen la deshidratación.

Una mujer acude a una consulta médica para tratar sus cálculos renales. Freepik

Consejos para prevenir los cálculos renales

1- Hidratación. Debido a que la falta de líquidos es una de las causas que favorecen la aparición de las piedras en el riñón, ingerir gran cantidad de agua es otra de las formas para prevenirlos.

Además, aumentar la ingesta de agua también nos puede ayudar a eliminar los cálculos renales pequeños, arrastrándolos, sin necesidad de otros tratamientos.

2- Alimentación equilibrada. Es aconsejable evitar una dieta con un exceso de calcio, proteína animal, vitamina C, carbohidratos y sodio, que favorecen la aparición de esta enfermedad. Por el contrario, alimentos como el café, el té o la cerveza, en cantidades también moderadas, ayudan a prevenir su aparición, según Clínica Excelan.

3- Cuidar los niveles de ácido úrico. En caso de que las piedras en el riñón estén originadas por esta sustancia, tendremos que reducir su presencia en nuestro organismo, por ejemplo, evitando alimentos como el marisco y algunas carnes.

4- Actividad física. El sobrepeso es otra causa que favorece esta enfermedad por lo que mantener un estilo de vida activo ayuda a evitar su aparición.

5- Evitar las bebidas azucaradas y las gaseosas.