El 40% de niños y niñas que tienen problemas de aprendizaje tienen alteraciones visuales. Así lo aseguran las oftalmólogas pediátricas del Instituto Clínico Quirúrgico de Oftalmología (ICQO), Nagore Urrestarazu y Miriam Folgado. 

Y es que alrededor del 20-25% de los niños y las niñas de entre 0 y 7 años sufre algún trastorno visual, como la miopía o hipermetropía, según sostienen las profesionales.

Sin embargo, no es el único problema de visión al que se enfrentan los menores en sus primeros años de vida. El ojo vago tiene su origen en la infancia, y es la principal causa de la mala visión en los niños y niñas, hasta el punto de que el 5% de la población escolar tiene ambliopía.

Así, como expone la oftalmóloga, el tratamiento es potencialmente curativo, y más efectivo cuanto más joven es el niño, por lo que "el diagnóstico precoz es de gran importancia", explica la doctora, que detalla que esta patología es un problema del cerebro visual "que no aprende a ver" y únicamente podemos "enseñar a ver" al cerebro durante la infancia.

En algunas ocasiones la ambliopía es fácil de identificar por los padres, profesores o cuidadores, ya que se puede observar un comportamiento visual anómalo en el niño: “no identifica de forma adecuada a los familiares en distancias largas, se acerca mucho los objetos, desvía un ojo, etc", tal y como explica la oftalmóloga pediátrica del ICQO.

Otros signos derivados de todo ello son el dolor de cabeza al leer o para mirar, parpadear constantemente, guiñar un ojo para ver, entrecerrar los ojos, acercarse mucho a las cosas, enrojecimiento ocular o dolor de cabeza a la salida del colegio.

Revisiones

Pero en otras ocasiones, si no hay un estrabismo que avise de la posibilidad de mala visión, "no hay ningún síntoma exterior y se detecta solo en los controles visuales". Y es que, en la mayoría de las ocasiones, al ver bien por uno de los ojos, el niño se desenvuelve con total normalidad y "no es detectada hasta que se acude a una revisión rutinaria en pediatría u oftalmología", de ahí la importancia de las revisiones, subraya Urrestarazu. Por eso, explica la doctora "podemos decir que se trata en muchos casos de una patología asintomática, es decir, que no da signos de alerta". 

Así, una vez detectado el trastorno, las oftalmólogos explican que en el caso del estrabismo, también es muy importante la detección precoz, "porque a partir de los cuatro años es más difícil remontar el ojo vago y llegar al 100% de agudeza visual en cada ojo, que se debería alcanzar a los 8 años”, explican las doctoras.