Los tuppers de plástico ocupan desde hace años un hueco en los armarios de muchas cocinas y deben su nombre a Earl Silas Tupper, el inventor de estos útiles recipientes para conservar alimentos.

Este empresario estadounidense fundó la compañía Tupperware en 1938 y sacó a la venta las primeras unidades en 1946. El producto se popularizó gracias a un plan de marketing que incluía, como recordarán los que tengan ya una edad, las demostraciones en los hogares.

Actualmente vivimos deprisa y estos recipientes nos echan una mano en la organización del día a día. Nos sirven tanto para llevar la comida al trabajo o al colegio como para guardar los alimentos que nos sobran a diario. También son muy prácticos para conservar en el frigorífico o en el congelador los menús elaborados durante el fin de semana para ser consumidos a lo largo de los siguientes días.  

Aunque se trata de una forma de almacenaje barata, ligera y cómoda, no todos los alimentos deberían ser guardados en este tipo de contenedores. Los expertos recomiendan usar siempre que se pueda recipientes de cristal en los cuales la migración de materiales del contenedor a la comida es mucho menor.

Tuppers de cristal apilados y llenos de comida. Freepik

No todo vale

Los expertos sostienen que no todos los alimentos son aptos para ser metidos en los tuppers de plástico, ya que pueden perder sus propiedades e incluso ser peligrosos para la salud. Algunos de los alimentos que debes evitar guardar en este tipo de recipientes son:

1- Huevo crudo. El huevo sin cocinar y sus derivados, como la mahonesa o una tortilla, pueden contaminarse con bacterias como el ecoli o la salmonella, microorganismos que se transmiten fácilmente a través de estos alimentos y que al contacto con el plástico se disparan. Sí podrías incluirlos si colocas el tupper en un envase térmico con hielo.

2- Carnes procesadas. Carne en salsa o marinada, filetes rebozados o carne picada pierden su textura y sus propiedades nutricionales, pueden sufrir cambios de sabor y se descomponen en poco tiempo en este tipo de recipientes.

3- Guisos y sopas. Si depositamos estos alimentos calientes en los tuppers se pueden ver modificadas sus propiedades, su sabor y su textura debido al vapor que van a desprender al contacto con el plástico. Déjalos enfriar antes de almacenarlos; así también evitarás el riesgo de que se desprendan aditivos del plástico.

4- Ensaladas aliñadas. Guardar la ensalada ya compuesta en el tupper de plástico hará que pierda su frescura, su textura crujiente, su calidad nutricional y su sabor. Un tupper de cristal la aislará mejor del calor exterior y conservará las propiedades de las hojas. En cualquier caso, lo mejor es aliñar la ensalada en el mismo momento de consumirla. 

Una mujer distribuye la comida en tuppers. Freepik

5- Queso. La transpiración de este alimento dentro del recipiente aumenta el riesgo de moho o de bacterias que podrían contaminarlo y causar molestias digestivas. 

6- Leche, café o infusiones. Durante su transporte en un tupper de plástico para bebidas (con rosca), la leche puede cortarse por el cambio de temperatura y causar problemas estomacales. En el caso del café, el té o las infusiones no deben verterse en ellos muy calientes para evitar el riesgo de la proliferación de bacterias o la contaminación de la bebida con el plástico.

7- Fruta. Meter las piezas de fruta en recipientes de plástico hará que estas se ablanden y pierdan sus vitaminas y sus propiedades nutricionales.

Si pese a todo no puedes pasar sin ellos, elígelos que estén elaborados con un plástico de calidad y fíjate bien que cumplan con la normativa de la Unión Europea para el uso alimentario: el tupper debe tener grabado en su base un dibujo de una copa y un tenedor.