las vacunas han sido uno de los mayores avances en la historia de la medicina. A lo largo de los años, han salvado millones de vidas y han erradicado o controlado numerosas enfermedades mortales.

La historia de la vacunación se remonta a finales del siglo XVIII, cuando Edward Jenner, un médico británico, desarrolló la primera vacuna exitosa. Inspirado por la observación de que las personas expuestas al virus de la viruela bovina rara vez contraían viruela humana, Jenner desarrolló la primera vacuna contra la viruela. Esta innovación marcó el inicio de la era de las vacunas y allanó el camino para futuros avances.

El otro ejemplo histórico es el de la vacuna de la polio. Las epidemias de esta enfermedad impactaban socialmente por las graves secuelas de su forma paralítica, presentes en sus víctimas, mayoritariamente población infantil. Las imágenes más trágicas y conmovedoras de los efectos de la polio fueron las salas de pulmones de acero llenas de niños

El desarrollo de dos vacunas efectivas, la inyectable de Salk en 1955 y la oral de Sabin en 1961, supuso un avance sustancial en la prevención de esta enfermedad. La decisión de la OMS de asumir en 1988 como objetivo la erradicación de la polio y la creación de la asociación Iniciativa Global de Erradicación de la Polio (GPEI, por sus siglas en inglés) impulsó la vacunación de la población infantil a nivel mundial. 

Esta estrategia no exenta de dificultades ha permitido que la polio haya sido declarada erradicada en distintas regiones del mundo. La última, en agosto de 2020, ha sido la Región de África de la OMS. En 2021, la transmisión de la poliomielitis existe únicamente en Afganistán y Pakistán.

Nuevos avances

Entre los descubrimientos de las vacunas de la viruela y la polio tuvieron lugar otros muchos de gran importancia como, por ejemplo, la antirrábica, anticolérica, antidiftérica, antituberculosa, etc. Posteriormente, desde la década de 1960 el arsenal vacunal aumentó con la del sarampión, las paperas, la rubeola, la hepatitis B, la Haemophilus influenzae tipo b (Hib), así como vacunas combinadas, como la triple vírica.

Ahora bien, la historia muestra que una cuestión fundamental es el acceso a las vacunas y las estrategias elegidas para ello, como la implantación de los calendarios vacunales infantiles, su administración gratuita e insertada dentro del sistema sanitario público, que han tenido un papel clave en la prevención de enfermedades infectocontagiosas. 

¿Qué son las vacunas?

Una vacuna es cualquier preparación cuya función es la de generar del organismo inmunidad frente a una determinada enfermedad, estimulándolo para que produzca anticuerpos que luego actuarán protegiéndolo frente a futuras infecciones, ya que el sistema inmune podrá reconocer el agente infeccioso y lo destruirá. Se trata de un medicamento biológico constituido a partir de microorganismos (bacterias o virus), muertos o atenuados, o productos derivados de ellos.

Las vacunas tienen un papel fundamental en la protección de la salud, ya que engañan de manera ingeniosa al sistema inmunológico. Su función radica en hacer que el cuerpo crea que está siendo atacado por un agente infeccioso, lo que desencadena una respuesta defensiva. Lo notable es que los microorganismos representan presentes en las vacunas están muertos o debilitados (atenuados), lo que significa que no hay un riesgo para la salud.

En la actualidad, se han desarrollado vacunas combinadas, como la trivalente o la hexavalente, que permiten la inmunización simultánea contra múltiples enfermedades relevantes. Es relevante destacar que los efectos adversos de las vacunas son generalmente muy leves, como un ligero enrojecimiento y dolor en el lugar de la inyección, fiebre o dolores musculares. Los efectos graves son extremadamente raros.

La administración de las vacunas se realiza sustancialmente por vía intramuscular, aunque en algunos casos se aplica por vía oral. Por lo general, se requieren múltiples dosis a lo largo del tiempo para mantener una inmunidad efectiva. Por esta razón, es crucial seguir los calendarios de vacunación recomendados por la Asociación Española de Pediatría (AEP) y las autoridades sanitarias nacionales y regionales, ya que garantizan una protección efectiva a largo plazo.

Decálogo de la vacunación

  1. La vacunación te protege a ti y nos protege a todos. Es muy importante que haya mucha gente vacunada frente a cada enfermedad, pues el microorganismo que la causa circula mucho menos y así las personas que, por diversos motivos no se han vacunado, estarán protegidas también. Es lo que se llama inmunidad comunitaria.
  2. Salva vidas cada año.
  3. Ayuda a combatir enfermedades, haciendo posible su control, eliminación y hasta incluso su erradicación.
  4. La vacunación es importante a lo largo de toda la vida, no acaba en la infancia.
  5. Previene complicaciones de enfermedades infecciosas y algunos tipos de cáncer.
  6. Proporciona beneficios sociales y económicos.
  7. Es un derecho básico de los ciudadanos. El Sistema Nacional de Salud proporciona las vacunas incluidas en los calendarios vacunales oficiales de forma gratuita, en función de la edad y otras circunstancias individuales.
  8. Forma parte de un estilo de vida saludable.
  9. Las vacunas son seguras.
  10. Aproveche cualquier visita al Centro de Salud para comprobar si está bien vacunado.