Aunque a veces se vea como una amenaza, la Inteligencia Artificial (IA) es la gran aliada de la Medicina porque está revolucionando el sector de la salud con modos y maneras que antes parecían imposibles. Desde la detección temprana de enfermedades hasta la mejora de la atención al paciente, la IA ofrece una amplia gama de beneficios. Una de las ventajas más importantes es la capacidad de mejorar la precisión de los diagnósticos. La inteligencia artificial puede analizar grandes cantidades de datos médicos y utilizar algoritmos avanzados para identificar patrones que los médicos podrían pasar por alto. Los profesionales ya están comenzando a apoyarse en el aprendizaje automático y en el Big Data con el objetivo de mejorar el diagnóstico médico y la toma de decisiones clínicas.

En la detección y prevención de determinadas enfermedades ya juega un papel fundamental. Además, se han creado sistemas informáticos que llegan a ser capaces de diagnosticar diferentes tipos de cáncer (útero, próstata…) e incluso programas inteligentes para, por ejemplo, en el ámbito de la cardiología, detectar cardiopatías que de otra manera podrían quedarse ocultas.

La lista de ejemplos es larga. La IA avanza muy rápido y los profesionales sanitarios se están formando continuamente en este herramienta para ir al mismo ritmo que avanza esta nueva tecnología. Lo reconocía abiertamente hace pocos días la consejera vasca de Salud, Gotzone Sagardui. “La Inteligencia artificial va a suponer una revolución también en la salud, va a simplificar procesos, va a facilitar interpretaciones diagnósticas, proponer tratamientos, evaluar resultados... La IA supondrá un salto exponencial pero nunca sustituirá a la relación personal profesional-paciente”, aseguró en un encuentro con la ciudadanía vasca.

Es destacable su aportación en la radiología ya que reduce la variabilidad en la interpretación de imágenes y perfecciona el diagnóstico.

Numerosas ventajas

Y es que las ventajas son innegables. Mejora la eficacia de los tratamientos al perfeccionar la capacidad del diagnóstico. Ayuda en la toma de decisiones clínicas. Complementa la experiencia formativa de los profesionales. Reduce los tiempos de investigación. Asiste en la detección temprana de enfermedades. Y, en definitiva, aumenta la calidad de vida de los pacientes.

Así, por ejemplo, un estudio realizado con más de 80.000 mujeres en Suecia revela que el cribado con inteligencia artificial detecta un 20% más de cánceres de mama en comparación con la doble lectura rutinaria de las mamografías por dos radiólogos.

El ensayo aleatorio, publicado en The Lancet Oncology, subraya el potencial de la inteligencia artificial para hacer más preciso y eficaz el cribado de mama y constata que este es seguro y reduce casi a la mitad la carga de trabajo de los expertos en radiología.

Su capacidad para analizar volúmenes gigantes de datos y encontrar patrones complejos llevará a mejoras en la atención médica.

“El análisis de mamografías con ayuda de inteligencia artificial es tan bueno como el de dos radiólogos trabajando juntos para detectar el cáncer de mama, sin aumentar los falsos positivos y reduciendo casi a la mitad la carga de trabajo de lectura de las mamografías (44%)”, resumen los investigadores. 

Entre las muchas aplicaciones puestas ya en marcha, científicos de la Facultad de Ingeniería e Informática de Florida también han creado una herramienta de diagnóstico del cáncer mediante inteligencia artificial.