El profesor de la UPV/EHU participará el próximo día 9 en una mesa redonda sobre Inteligencia Artificial (IA) y salud en un ciclo organizado por la Sociedad Bascongada de Amigos del País sobre riesgos y oportunidades de esta herramienta llamada a revolucionar la medicina.  

La IA está contribuyendo a mejorar los diagnósticos en el sector de la salud. Ayuda a los profesionales a tomar decisiones ¿verdad?

Ayuda tremendamente. Porque recoge un montón de datos, los procesa informáticamente, los trata como si fuese un cerebro y te aporta todas las opciones. Para el diagnóstico, facilita enormemente la interpretación, en el campo de la radiología, escáneres y demás. No va a tomar decisiones finales pero, por supuesto, que ayuda.

Pero no sustituye al médico sino que lo empodera.

Es una herramienta fundamental que va a apoyar muchísimo, pero el profesional siempre será el que tome la decisión médica. 

En el análisis de imágenes tiene un recorrido tremendo con todas las pruebas actuales por tomografía computada, resonancia magnética, ultrasonido, etcétera... 

Es fundamental porque incluso ha habido pruebas a la hora de determinar quién lo hacía mejor si un especialista o la inteligencia artificial en la interpretación de la imagen, no en la patología que sufría el paciente. Y los informes sobre la interpretación de la imagen, eran más acertados los de la IA. Pero a la máquina hay que darle de comer, es decir, hay que introducir los datos de forma correcta. Y ella también se autoentrena, hace pruebas de error  y si detecta fallos, se va corrigiendo. Evalúa los síntomas, analiza los parámetros, y puede determinar qué importancia tiene cada uno de ellos y se va modulando hasta que consigue más aciertos.

"La Inteligencia Artificial ayuda tremendamente a interpretar los datos, pero el profesional será siempre el que tome la decisión médica"

¿Y en su especialidad, como otorrino, qué puede aportar?

Pues cantidad de cosas. Puede aportar que yo le entregue los datos de una audiometría y me establezca qué tipo de hipoacusia padeces, o qué tipo de vértigo sufres. O por ejemplo, con gente que padece nódulos, pólipos, o cáncer de cuerdas vocales..., ella analiza la voz, y te dice esta voz es compatible con que este paciente tenga un nódulo, o un cáncer.

Pero no es ciencia ficción, esto ya se hace ahora.

No, para nada. Son aplicaciones que se hacen hoy en día. Cuando te miran cómo está el tímpano, la lA también analiza la imagen, al igual que cuando, por ejemplo, analiza los melanomas de la piel. También se puede aplicar en los hospitales, en los suministros... En Medicina, las aplicaciones son todas.

Además se pueden optimizar los tiempos y la sanidad puede llegar a reducir costes.

Sí. Hace mucho más efectivos los tiempos. Por ejemplo en temas de estocaje, de programación de quirófanos... porque lo que hace sobre todo es prever. La Inteligencia Artificial puede ayudar a aliviar la saturación que sufren frecuentemente los servicios de emergencia de los hospitales. Imagínate que eres capaz de prever la afluencia que va a tener un hospital en un determinado momento. Ya tiene la experiencia del calendario previo, cuando llueve detecta que hay más accidentes, si es fin de semana, sabe que hay más movimientos... y te dice que en Urgencias necesitas 3 traumatólogos. Datos que al gestor del hospital se le pueden escapar.

¿Sería capaz de predecir la respuesta a un fármaco?

Personaliza el fármaco incluso en función de tus datos personales. Rastrea el historial clínico del paciente, y por eso es de gran ayuda en la investigación.

Resulta muy prometedora, pero también presenta retos importantes, por ejemplo, la recopilación no ética de datos, las amenazas a la ciberseguridad...

Obviamente los inconvenientes y las limitaciones que tiene son muchos. La primera, el tema de la utilización de datos de la gente. El paciente debe dar siempre permiso y hay que tener mucho cuidado en ver cómo se obtienen. Las redes ya los manejan para bombardearnos con publicidad y detectar a la gente más influenciable. Y luego otra parte tremenda es lo que se denomina caja negra que es que en esos cambios que va haciendo para ajustarse, no sabemos cómo los hace. Y luego depende quién meta los datos y con qué criterios. Pero toda herramienta es susceptible de utilizarse fatalmente. Cualquier medicamento lo puedes convertir en un veneno. Y aquí ocurre lo mismo. Tiene problemas importantes sobre la privacidad, sobre la responsabilidad legal...

Y no está regulada.

Evidentemente, un drama grande es que no existe legislación porque va por delante. Nos jugamos el futuro y esto hay que regularlo.

"Tiene problemas sobre la privacidad, la responsabilidad legal... Es como cualquier medicamento, que lo puedes convertir en un veneno"

Los robots que se utilizan muchas veces en las cirugías son también IA. El Da Vinci, por ejemplo.

Sí también. La parte robótica es muy importante. Se va a terminar usando en casi todo. En la docencia también hay que enseñar a utilizarla, aunque todavía no tenemos en la facultad ninguna asignatura de este tema en el grado de Medicina, y es importante que no sea algo extraño para los alumnos.

La gente lo ve con miedo y recelo pero hay que sacudirse esos temores. ¿No?

Por supuesto. Es que parece que la IA va a pensar por nosotros y eso no es así. No es que vayas a pasar por un arco, como en el aeropuerto, y te va a decir usted tiene piedras en el riñón, o va a terminar desarrollando Alzheimer... La IA va a ser para cosas muy concretas, Determinar lesiones de la piel, determinar si la audiometría que yo le doy es de este tipo, o de este o aquel. La capacidad de nuestro cerebro es espectacular, pero, de momento, la IA es para cosas muy específicas. 

No se corre el riesgo de que vaya a sustituir la relación médico-paciente.

El médico es el que va a acotar todos los diagnósticos y además te va a dar más tiempo para relacionarte con el paciente porque no vas tener que andar escribiendo todo en la historia clínica. Eso no lo va a sustituir ninguna máquina. En Medicina cura mucho la confianza y la relación que tienes con el enfermo... que te den la mano, que te llamen por tu nombre, que te hablen en tu idioma y todo eso nunca lo va a conseguir una máquina.