En lo peor de la pandemia, hace ya casi cuatro años, todos los países se lanzaron a comprar medicación contra el covid. El problema es que desde hace un tiempo, con menos enfermos y afecciones, los almacenes de los hospitales están llenos de antivirales no administrados que han agotado su vida útil y que deben ser desechados. Ha sucedido, por ejemplo, con el Paxlovid, un antiviral que evitaba el 90% de los casos de covid grave. También ha sido una práctica habitual con las vacunas. De hecho, según los datos de 2022, hubo que hacer otra limpia considerable de sueros anticovid, y España tuvo que tirar 14 millones de dosis caducadas, un 5% de las recibidas.

Porque era tal la escasez y la necesidad que los gobiernos se dedicaron a reservar medicación, y ahora se acumulan millones de dosis totalmente inservibles. De hecho, más de 1,5 millones de dosis de Paxlovid, fabricado por Pfizer, caducaron en la Unión Europea y Reino Unido a final de noviembre, lo que deja unas pérdidas valoradas en miles de millones de euros. Así se recoge en un análisis de la consultora Airfinity, organismo que audita a las farmacias, que prevé que esta cifra alcance los 3,1 millones de dosis caducadas a finales de febrero de 2024, con un valor de 2.000 millones. Reino Unido es el país con más existencias sin utilizar, con un millón de dosis caducadas. 

Dada su baja prescripción en el país, 2,2 millones de dosis podrían quedar sin utilizar a finales de junio de 2024, con lo que el valor total del medicamento desperdiciado en el Reino Unido ascendería a 1.368 millones de euros. Pero también en España, junto con Alemania, Francia o Italia se ha desperdiciado el producto, ya que la prescripción y el consumo del medicamento han sido mucho menores de lo esperado.

La principal ventaja de este antiviral residía en su forma de administración que, al ser por vía oral, permite realizar un tratamiento ambulatorio de los pacientes leves con factores de riesgo para progresión a covid grave. “Los gobiernos estaban deseosos de comprar el antiviral de gran eficacia y se enfrentaban al difícil reto de estimar la demanda en una fase crítica de la pandemia. Ahora la drástica reducción de casos ha frustrado la demanda”, declara el analista de Airfinity, Marco Gallotta. Otro factor es la disminución de la carga de morbilidad en 2023, que implica menor demanda de tratamientos. “Esto significa que los países no han podido administrar todas sus reservas antes de que caduquen”.

En el caso concreto de España, el Gobierno destinó, en febrero de 2022, un crédito extraordinario de 253 millones para la compra de este antiviral, adquiriendo un total de 344.000 tratamientos. Pese a estos esfuerzos, ha resultado ser el país europeo que menos lo ha utilizado, pues solo se ha dado salida a 130.000 dosis, habiendo caducado en noviembre un total de 214.000. Es decir, han prescrito más dosis de las que se han usado. En términos económicos, estas cifras se traducen en unas pérdidas de unos 160 millones.

"Los gobiernos se vieron obligados a estimar la demanda en una fase crítica de la pandemia"

Marco Gallotta - Analista de Airfinity

Reducción del 90%

A nivel global, este fármaco se comercializó por primera vez a principios de 2022 como una herramienta fundamental contra el SARS-CoV-2, especialmente para pacientes en estado crítico e inmunodeprimidos, ya que los datos mostraban una reducción cercana al 90% del riesgo de enfermedad grave.

Al igual que España, muchos países se apresuraron a adquirir la medicina justo cuando apareció la variante ómicron que disparó las infecciones. En palabras de la entonces ministra de Sanidad en España, Carolina Darias, era un medicamento que se incorporaría al Sistema Nacional de Salud “para seguir salvando vidas”. En total, Paxlovid generó unas ventas de 17.300 millones en 2022, pero estas han caído en picado.

En octubre, Pfizer dijo que los ingresos serían de aproximadamente 900 millones este año, un 95% menos que en 2022. Este descenso se habría visto agravado por la devolución de existencias no utilizadas por parte de Estados Unidos. A pesar de ser el país con el mayor consumo del fármaco, el gobierno estadounidense renegoció su acuerdo con Pfizer en octubre para devolver sus existencias de 7,9 millones de dosis.