Hay personas a quienes las escaleras les suponen un terrible obstáculo diario en sus viviendas, ya que les impide desplazarse con comodidad y seguridad. Para ellos puede ser incluso un riesgo por el peligro a sufrir una caída
Para ganar calidad de vida y evitar esa inseguridad, lo más conveniente es plantearse la instalación de un ascensor unifamiliar o una silla salvaescaleras. Ambas soluciones suponen una inversión en tranquilidad y confort, ya que nos permiten sentirnos más cómodos y seguros.
Sillas salvaescaleras
Sin duda, uno de los productos estrella de Imcalift son las sillas salvaescaleras, ya que son una solución práctica, confortable y muy económica, que puede instalarse en cualquier tipo de escalera, por compleja que sea. Su instalación es muy rápida y limpia. Pueden quedar listas para su uso en una sola mañana, al no requerir la realización de obras.
Hay varios modelos y existen soluciones con precios para todos los bolsillos. Además, nuestros técnicos le ayudarán a gestionar las subvenciones, en caso de que pueda acogerse a ellas. Actualmente, las ayudas ofrecidas por las Oficinas de Rehabilitación de Viviendas y Edificios (ORVE) pueden suponer hasta un 45% del importe total. En Imcalift recibirá un asesoramiento personalizado y le ayudarán con la gestión de la subvención.
Imcalift, expertos en accesibilidad
Si acude a Imcalift, en su sede en el polígono Mutilva (calle F, nº12), o les llama al teléfono 948 23 59 74, le asesorarán sin ningún compromiso, le confirmarán si en su caso cumple los requisitos para solicitar las ayudas y qué pasos se deben seguir.
Iker Pérez, historia de superación
Cada silla salvaescaleras instalada por Imcalift es testigo de historias de vida que son ejemplos de retos, superación y esfuerzo.
En el caso de Roberto Pérez Jordán, la idea de convertir su hogar en un espacio más accesible vino motivada por dar respuesta a las necesidades de su hijo Iker, de 25 años, con discapacidad intelectual.
Iker camina con cierta dificultad pero se desenvuelve bien cuando está acompañado. Su dormitorio se encuentra en el piso superior, por lo que le toca subir y bajar las escaleras todos los días. Por la mañana esta tarea le cuesta un poquito más y a medida que iba haciéndose mayor vieron necesario adaptar sus necesidades en el hogar y solventar esta limitación diaria.
Aunque Iker no habla con palabras, su gran sonrisa y su tierna mirada reflejan el amor, el apoyo y el cuidado que recibe de su familia.
Roberto, su padre, le canta una canción mientras él va subiendo en la silla hacia su habitación. Iker va montado en el “Dragón Khan”. Así, con el simpático nombre de una montaña rusa, es como han bautizado en casa a la silla salvaescaleras.
En un primer momento, barajaron la idea de instalar un ascensor en la vivienda, pero ante la imposibilidad, por falta de espacio, contemplaron la idea de colocar una silla salvaescaleras de Imcalift que les permitiera acompañar a su hijo al subir y bajar las escaleras con comodidad y sin riesgo a sufrir una caída.
Roberto es un defensor incansable de los derechos, oportunidades y bienestar de su hijo. Su dedicación y amor incondicional, unido al de su mujer y su otra hija, les impulsa a encontrar las herramientas y los recursos necesarios para ayudar a Iker a superar cualquier obstáculo que se presente en su camino., como en este caso el que suponía la escalera. Nadie sabe más de discapacidad, lo que es y lo que implica, que quienes lo viven diariamente, como es el caso de la familia de Iker.
Ahora, gracias a la silla salvaescaleras, también las abuelas de Iker, cuando están de visita, pueden subir a las habitaciones, ya que el hogar ahora es más accesible, seguro y acogedor para todos sus habitantes y les da la oportunidad de moverse sin restricciones por todas las plantas de la vivienda.