Asegura Pablo Sánchez (Orihuela, Comunidad Valenciana, 1980) que en Pamplona se siente como en casa. El artista valenciano, regresa a la capital navarra con su banda Ciudad Jara para presentar su segundo disco, Cinema. Rock, pop, música de autor y poesía –mucha– se funden en las diez canciones que recoge el álbum y que sonarán este sábado en la Plaza de los Fueros. “Vamos con seis músicos y la banda eléctrica, creo que no dejará indiferente a nadie”, aventura el vocalista y compositor valenciano.

Regresas a Pamplona, una ciudad en la que siempre has parecido jugar en casa: primero, como vocalista y compositor de La Raíz, y ahora con Ciudad Jara, proyecto con el que agotasteis entradas en los dos conciertos del pasado año. ¿Cómo es tu relación con la capital de navarra? 

–Pamplona es nuestra casa. Como en muchos otros lugares a los que viajo, tengo la suerte de sentir que tengo multitud de familias nacidas de la musica.

Será, eso sí, tu primer concierto en Sanfermines. ¿Qué conoces de San Fermín, o qué te viene a la cabeza al hablar de las fiestas pamplonesas?

–Las desconozco por completo. Nunca he estado allí en esas fiestas. Será la primera vez. Ilusionado por tocar en Iruña una vez más. 

En la cita en la plaza de los Fueros presentarás tu segundo álbum, ‘Cinema’. Si este disco fuese una película que se proyectase en una sala de cine, ¿cuál sería su sinopsis?

–Un alma libre busca no perder el niño que lleva dentro. Es una historia de búsqueda y recuerdos. 

Según has apuntado, ‘Cinema’ es el paso definitivo hacia tu mundo más personal. ¿Por qué?

–Necesitaba mostrar cosas que nunca había mostrado y sobre todo sentir que era capaz de romper. 

¿Influyó la pandemia en que realizases esta mirada introspectiva?                                                            

–Muchísimo. Es un álbum totalmente permeado por esa situación excepcional. Si lo hubiera compuesto medio año más tarde sería otra la emoción. Pero es reconfortante pensar que he plasmado un capítulo de la historia en mi manera de expresarme.

“Fui mi peor enemigo por un sueño delirante del que no quiero salir”, defiendes en la canción ‘Maldito escritor’. ¿Hay que estar poco cuerdo a día de hoy para hacer de la cultura su profesión?

–Hay que ser valiente y ser paciente. Es un trabajo que no es fácil de conseguir, a pesar de que cada día está más democratizado y es más fácil mostrarse. 

‘Donde dicen que caí’ bien podría ser la crónica de una retirada. En este viaje donde a uno le han disparado por todos lados y como equipaje se llevan retales de revolución, ¿el “sálvese quien pueda” está casi cerca, o todavía queda gasolina y está lejos eso de a abortar la misión?

–Cuando acabo de publicar un disco siempre me siento más cerca del final. Pero al pasar los meses, por alguna curiosa razón, se llena el deposito de nuevo. Ya veremos qué pasa. Por lo pronto estoy tranquilo ya que este proyecto es totalmente personal, y no me debo a nadie más que a mí. 

Parafraseando el título de una de las canciones de este último disco, ¿a qué ha dicho ‘Adiós’ Ciudad Jara con la elaboración y publicación de este segundo trabajo?     

–A muchos miedos compositivos. Al miedo a innovar, a arriesgar…a pesar de que en el momento de la publicación aparecen todos los miedos de golpe.                           

                                                                                                                              

Y a día de hoy, ¿cómo es el presente artístico de Ciudad Jara?            

–Es un presente de conciertos y trabajos en el escenario… Es un tiempo de descanso compositivo. Pero va todo muy rápido. Dentro de dos meses no diré lo mismo.                                                     

Han pasado ya cuatro años desde que La Raíz, banda que capitaneaste durante más de una década, pero, de alguna manera, “el “ex vocalista de La Raíz” o “¿nos volveremos a ver?” se ha convertido en un sambenito para Pablo Sánchez?                              

–Cada vez menos. La raíz es un grupazo que nos dejó a todos huella. Pero hemos aprendido a verlo como eso, como una etapa guapísima, y no como una atadura. Al menos en mi caso no siento que tenga ninguna deuda con aquello. Todo lo contrario.                                                                           

El pasado año, Ciudad Jara actuó por primera vez en la Comunidad Foral, con dos conciertos en la sala Tótem. En Villava os presentasteis en un formato de cuatro músicos, con dos guitarras y piano. ¿Qué concierto veremos en la plaza de los Fueros?

–Esta vez vamos con los seis músicos de la banda eléctrica. Creo que, al igual que el de formato acústico, el concierto no dejará indiferente a nadie. Hemos hecho un repertorio donde mezclamos ambos discos. Cuidamos cada detalle en ese sentido. Hay sitio para muchas emociones distintas en el concierto.