Han tocado en numerosas ocasiones en Pamplona, pero nunca en Sanfermines: La Oreja de Van Gogh debutará mañana domingo a la noche en las fiestas pamplonesas, en uno de sus primeros conciertos en la península tras su gira por Chile y Argentina. Y a sus más de veinte años de trayectoria, la banda asegura estar en un gran momento y que lejos de marcarse objetivos, prefieren “disfrutar del camino y de cada concierto”, defiende su baterista, Haritz Garde.

Tras el doblete que disteis en Baluarte el pasado año, os tenemos de vuelta por Pamplona.

–Va a ser nuestra primera vez en Sanfermines. En Pamplona hemos tocado muchísimas veces y en muchos sitios, pero nunca en fiestas. Pamplona es muy especial, todos tenemos familia navarra y hemos estado ahí muchas veces, también nos hemos escapado a San Fermín… Es una ciudad que la sentimos nuestra y muy cerca. Siempre que hemos ido a tocar nos hemos sentido como en casa.

Y en esta ocasión, tras pasar la pandemia, será una cita en un lugar como la Plaza de los Fueros, con capacidad de aforo para miles de personas...

–Sí, es especial, porque la última vez que tocamos en Baluarte era con la gente separada, no se podía poner de pie, estaban las mascarillas... Tenías que guiarte por los gestos de los ojos prácticamente. Y ahora, saber que ya se van a poder saltar, bailar, cantar… Va a ser emocionante el reencuentro. vamos con muchas ganas.

Han pasado ya más de veinticinco años desde que La Oreja de Van Gogh dio sus primeros pasos, allá por 1996. Cuando uno mira atrás y ve todo lo recorrido, con centenares de conciertos y con más de diez discos publicados, ¿qué le viene a uno a la cabeza?

–La verdad que miras hacia atrás y no te lo crees. Ha sido y está siendo un camino súper bonito y una historia de música y de amistad, de más de 25 años de vivir experiencias juntos e impresionantes, inolvidables y a cada cual mejor. Estamos muy orgullosos de todo lo que hemos hecho y de todo lo que hemos conseguido, nos sentimos unos privilegiados y afortunados. Cada vez disfrutamos más del camino, de cada concierto y de cada canción que componemos. Sabemos que esto es muy difícil y conseguir lo que hemos conseguido es complicado, entonces seguir disfrutando de ello nos hace sentirnos muy afortunados. Por eso queremos aprovechar y seguir disfrutando de cada acorde y de cada nota. De todo. Ya no tenemos objetivos de conseguir nada, sólo queremos disfrutar del camino y de cada concierto.

Como dices, la música es un mundo difícil en el que mantenerse y que, además, ha ido cambiando a lo largo de estos años. ¿Cuál es el secreto del cancionero de La Oreja de Van Gogh para llegar a convertirse en 2017 en la banda nacional con más discos vendidos en el siglo XXI?

–Sí, la verdad que nosotros estas cosas todavía no nos las creemos. Madre mía, casi lo vemos desde fuera... Es impresionante ver los números y saber que eres parte de eso es increíble. Como dices, la música va cambiando y los tiempos también, mantenerse es muy complicado y mucha gente joven ahora escucha otras cosas y que hagan un huequito para escuchar nuestra música, la verdad que es impresionante. No sabemos el por qué, es difícil saberlo. Nosotros hemos seguido siendo fieles a nosotros mismos, contando las cosas que nos pasan, normales y corrientes, e intentar ser cercanos con la gente. La gente ha recibido estas historias como suyas y eso puede ser una de las claves: la cercanía y que son historias que le pueden pasar a cualquiera.

La gente ha hecho suyas las canciones hasta el punto de que, por ejemplo, el ‘20 de enero’ suena a La Oreja de Van Gogh y su música es ya banda sonora de muchas generaciones.

–Sí, nos lo dice mucha gente y es un honor y orgullo, te motiva un montón. Saber que la gente echa la vista atrás y le pone tu música a sus recuerdos es impresionante. Esperamos seguir más años para seguir poniendo música a la vida de la gente.

¿Y qué queda de aquella banda que en 1998 publicó su primer disco, ‘Dile al sol’?

–Queremos creer que mucho. Sobre todo lo que nos unió, que es la amistad, sigue intacta y cada vez más fuerte. También sigue la admiración mutua, la pasión por la música, las ganas de crecer juntos y al mismo ritmo… Es verdad que cada vez es más difícil hacer canciones porque pierdes un poco esa frescura que teníamos al principio, ahora te paras más en cada detalle y te parece que ya las has hecho más veces y cuesta más, pero también cada canción tiene una profundidad y dimensión que antes no tenían por esa rapidez y frescura. Pierdes una cosa y ganas otra. Ahora nos preocupa buscar el equilibrio y no perder toda la frescura y dejarte llevar a veces, pero también que se note en las canciones todo lo que has aprendido y evolucionado.

Mirando al presente, ¿en qué momento está la banda, hay planes de volver a grabar nuevos temas?

–Sí. Acabamos de estar en Argentina y Chile y ahora nos queda todo el verano por delante en España. Y, a partir de final de año, nos empezaremos a sentar en el local de ensayo y a empezar a componer y a sacar ideas que hay por ahí.

Un título, el de ‘Un susurro de la tormenta’, que bien podría ser premonitorio viendo la pandemia mundial que se ha pasado.

–Sí sí, el disco estaba de antes pero parecía que estaba hecho durante la pandemia, lo grabamos en enero. Casi fue premonitorio, si lo hubiéramos sabido, no acertamos tanto (risas). El título se refería a otra tormenta, al ritmo que llevamos todos y a la sociedad, a los tiempos que tiene la música también… Y queríamos aportar esos susurros dentro de esa vorágine, parar un poquito, frenar, escuchar una canción…

De cara a la cita de este sábado, ¿este último disco será protagonista, o qué tipo de repertorio han preparado para el concierto?

–Habrá canciones de este último disco y será protagonista, pero tampoco nos olvidamos de temas que sabemos que la gente va a querer escuchar. Va a ser un concierto para todos y no sólo para los ultrafans, todos los que se quieran acercar van a ser bienvenidos porque va a haber canciones de todas nuestras etapas, o sea que seguro que alguna les va a sonar. Además, que en Navarra tendréis muchas ganas de unos Sanfermines normales, que ha sido larga la espera así que merecidos ya este año.