El primer gran concierto de estos Sanfermines corre a cargo de una de las voces más importantes de la historia del pop nacional: Ana Torroja, la inolvidable voz de Mecano que sigue cosechando éxitos en solitario.

La gira que le trae a Pamplona se llama ‘Volver’, y lo cierto es que hace muchos años que no toca por aquí. Hubo un último concierto de Mecano en la plaza de toros en la gira de 1991, y no sé si en solitario ha llegado a actuar, pero, en cualquier caso, hace mucho que no nos visita.

–Sí, con Mecano fuimos varias veces. Recuerdo actuar una vez en un frontón hace un montón de años… En solitario también estuve, pero hace mucho tiempo, creo que en 2006. Así que lo que dices, hace muchísimo que no voy a Pamplona y tengo muchas ganas de volver.

Viene con un disco reciente, ‘Mil razones’, en el que ha querido experimentar con el sonido y ha trabajado con productores muy de actualidad, como El Guincho o Alizz, entre otros.

–Ha sido increíble, una aventura maravillosa que no quiero que termine. A mí no me gusta hacer las cosas que ya he hecho, por principios. No me gusta repetirme. Siempre estoy buscando nuevas fórmulas y dándole vueltas a la cabeza para encontrar algo nuevo y que me motive. Y que sea algo en lo que me pueda sentir cómoda, claro, porque eso no ocurre en todos los géneros. Me propusieron trabajar con gente como El Guincho, Alizz o Atica. Fue como ver la luz, encontré el camino. Ha sido como reencontrarme con mis inicios, pero después de muchos años y en el siglo XXI. Son grandes talentos, la gente más osada del panorama; tienen una forma de ver la música abierta, sin prejuicios ni fronteras. Me pareció una aventura increíble. Me fui a conocer a cada uno de ellos y nos pusimos a trabajar. Las canciones nacieron y se convirtieron en las canciones del disco, no hubo más. Todos los discos forman parte de un momento concreto de tu vida, pero este es uno de los que escucho y reescucho y me sigue sonando a gloria. 

¿Cómo han aceptado sus seguidores esta actualización del sonido? Supongo que muchos le pedirán que siga repitiendo las viejas fórmulas que tan bien le funcionaron en el pasado.

– No te creas. Igual es que los tengo bien acostumbrados, pero ya saben que voy a sorprenderles cada vez. A veces les gustará más y a veces menos, pero saben que siempre va a ser diferente, que voy a aparecer con algo que no esperaban. Están encantados con este trabajo. De hecho, en los conciertos me piden que cante más canciones del nuevo disco. Canto algunas, pero no todas. Al final de los conciertos suelo hacer una parte en la que el público me pide canciones, y a muchas veces ahí me piden canciones de este disco, lo que pasa es que son difíciles de cantar si no están arropadas con la parte musical.

“No me gusta hacer las cosas que ya he hecho, por principios. No me gusta repetirme. Siempre estoy buscando nuevas fórmulas”

Una de esas canciones, ‘Mil razones’, la escribió con Rosalía. Supongo que el nexo habría sido El Guincho, que también le produjo a ella, ¿no?

–Claro. Es que justo en aquel momento le estaba produciendo El mal querer. Estábamos un día trabajando en el estudio y apareció Rosalía para saludar. Nos conocimos y, de una forma muy natural, se puso a trabajar con nosotros. Estábamos atascados con una parte de la letra y ella participó. Grabó unas voces como muy andaluzas también, que luego procesamos. Fue una suerte trabajar con ella, precisamente en el momento en el que estaba grabando el disco que la hizo gigante.

¿Cómo valora el éxito tan global y tan bestial que están teniendo artistas como Rosalía o C. Tangana?

–Me parece maravilloso. Creo que hacen lo que sienten que tienen que hacer, ella lo ha dicho muchas veces. No le importa lo que diga la gente, si gusta más o menos. Ella es honesta con lo que hace y eso es lo que la hace creíble y lo que gusta a la gente. Imagino que el caso de C. Tangana será similar. El artista tiene necesidad de crear y cada momento es diferente. Lo que hiciste en el pasado no te funciona después, siempre hay algo nuevo, algo que crece. Esa honestidad y esa osadía me parece que es lo más maravilloso que le puede suceder a una persona que crea. No puedes ponerte límites. Las fusiones que se hacen hoy en día son increíbles, puedes utilizar lo que quieras, cualquier sonido, cualquier género.

Hay otra colaboración en la canción ‘Hora y cuarto’, que la canta con Alaska. Es curioso porque, no sé si lo sabe, pero Fangoria también va a actuar en los conciertos de San Fermín, dos días después de usted.

–¡Ah, no lo sabía! Nos vamos siguiendo (risas).

Digo que es curioso porque ustedes son las dos grandes musas de los ochenta, los dos grandes referentes musicales femeninos, y tantos años después, siguen vigentes.

–Sí, la verdad es que sí. Somos más o menos de la misma quinta, yo un poquito mayor. La veo tan vigente, siempre tan polifacética, haciendo cosas tan diversas… Me encanta. La admiro mucho desde siempre. Y la quiero mucho, también. Nos vemos poco por lo que te digo, parece que nos seguimos porque nunca coincidimos. Este año vamos a estar juntas en Sevilla, por fin podremos repetir el dúo en directo. La canción llegó de pronto, la escribió Varry Brava, y en cuanto escuché aquel sonido tan ochentero, apareció en mi cabeza Alaska y vi que era la canción que siempre queríamos haber hecho juntas y nunca habíamos podido. Se la enseñé y no lo dudó. Fue muy divertido hacerla y grabar el vídeo, nos lo pasamos muy bien.

“En La Movida nos decían que éramos los pijos, y parecía imposible que encajáramos con los más rockeros, pero eso no era cierto”

Es bonito escucharle hablar así de ella, porque se decía que había cierta rivalidad y cierta tensión entre Mecano y Pegamoides o Dinarama. ¿Era una leyenda urbana?

–Es cierto que se decía. Yo creo que fue por lo que pasaba en la época de La Movida, que había gente que venía más del underground y nosotros o los Hombres G, que teníamos otro background. A nosotros nos decían que éramos los pijos, y parecía imposible que encajáramos con los más rockeros, pero eso no era cierto. De hecho, yo era muy amiga de Javier Canut, hermano de Nacho, que lleva toda la vida con Alaska en Pegamoides, Dinarama y Fangoria. Iban al colegio de José Mª Cano, salíamos en la misma pandilla. El mundo es muy pequeño. Nos conocíamos y nos llevábamos bien desde el principio. Alaska y yo decimos, medio en broma medio en serio, que teníamos que vernos a escondidas, porque no se podía saber que nos llevábamos bien. 

Otro que estuvo en Pamplona hace poco, aunque de una forma más modesta, fue Carlos Chaouen, autor de una canción que usted grabó con mucho éxito, ‘No me canso’. Él está haciendo una gira de despedida y queda cierto desencanto, porque da la sensación de que no ha llegado al lugar que merecía. ¿El exceso de información que tenemos hace que nos estemos perdiendo mucho talento?

–No sabía lo de Carlos. Pero sí, es lo que dices: hay tanta información que no da tiempo a asimilarla. En todos los ámbitos, también en el de la música. Las canciones de Carlos necesitan su tiempo para asentarse y para quedarse, y hoy no se les da tiempo a las canciones, va todo demasiado rápido. A mí eso me da mucha pena porque es lo que has dicho tú, la gente se pierde cosas maravillosas. Y me da mucha más pena todavía saber que Carlos se retira, pero bueno, sus canciones siempre estarán ahí. Yo sigo cantándolas, no en todos los conciertos, porque voy cambiando el repertorio. En la parte en la que me hacen peticiones, por ejemplo, me la piden mucho. Pero es una pena, sí, porque hay canciones que pasan sin pena ni gloria, que mueren antes de lo previsto porque alguien les da una patada y viene detrás otra. Eso me da mucha pena.

Ya que habla del repertorio de los conciertos, ¿cómo lo hace? Porque imagino que será difícil que las canciones nuevas encajen junto a tantos himnos de Mecano, que los conoce todo el mundo.

–Se adaptan muy bien. Lo que hago es traer las canciones viejas al sonido actual, al del disco. En este concierto tiene mucha presencia la música electrónica, aunque también está la parte orgánica de los músicos. Las canciones antiguas las llevamos al terrenos de Mil razones, y como casi todas nacieron con un sonido electrónico, encajan muy bien. Se llevan muy bien unas con otras. 

Y esas canciones antiguas de Mecano que lleva tantos años cantando, ¿llega una a cansarse de ellas? 

–Esas canciones, para mí, están tan vivas como cuando nacieron. Las canto con la misma emoción. Es verdad que hay canciones que ya no siento, pero que están ahí y que la gente quiere escucharlas; que sé yo, El blues del esclavo, por ejemplo. A veces aparece en el momento de las peticiones y la canto, no hay problema. Trato de hacer un set list bastante equilibrado, con los éxitos de Mecano y mis éxitos en solitario, con las canciones que realmente me gusta seguir cantando, las que me siguen emocionando y sigo sintiendo mías.