Dos buenos novillos utreros de José Antonio Baigorri de Luis abrieron con muy buen tono por su nobleza y clase el abono taurino de San Fermín. Fue un coitus interruptus provocado por una tormenta que obligó a suspender el festejo. Además, con el regusto de la clasificación de la Selección española de fútbol para las semifinales de la Eurocopa 2024 de Alemania, conquista que retrasó a bastantes parroquianos. La salida del segundo, Sonámbulo, coincidió con el gol del pamplonés Mikel Merino. Ya empezaba a llover algo, haciendo que aparecieran los paraguas en el tendido descubierto.

Jarocho perdió una, incluso dos orejas, por un muy deficiente uso de la espada. El utrero Pícaro fue al caballo tres veces, dos al de guardia y prestó un porrón de nobleza y buena clase en la rivalidad en quites entre Jarocho Chicharro. Y en la muleta, el torico lodosano se prestó hasta a hacer de avión. Templado, despegadillo, Jarocho. Novillo de dos orejas; una hubiera merecido del burgalés si mata bien. En el arrastre, Pícaro se llevó antes de la del gol, otra ovación merecida por su sobresaliente condición.

Sobre ya una intensa lluvia, Chicharro se vio rivalizado también en quites con Navalón. Faena iniciada de hinojos en los medios. Desarme. Plus de agua. Dos tandas, arrimón, voltereta, desplante, bernardinas con péndulo y... pinchazo. Ovación de ánimo porque, además del agua, Chicharro caló entre el personal. Estocada trasera y caída; una pena. Dos descabellos y ovación a la entrega. El de Pincha, Sonámbulo, cumplió de sobra, humillando y con buena movilidad, pero con menos clase que el abreplaza.

El mal de espadas para con la fiesta y el triunfo quedó en nada cuando el que llueve bastante fue pasando a pertinaz lluvia y hasta llegar al diluvio universal. Aún así, Navalón reclamó al presidente del Club Taurino, palquero mayor como mandan los cánones pamploneses, que diera suelta a Ofuscado, un tercero que consta que viene de una de las mejores reatas del campo lodosano del Ontanal. A las 9 y 1 minuto de la noche los luminosos de la plaza anunciaron la suspensión de la función para preservar la seguridad de los novilleros y cuadrillas actuantes. Ponía suspensión de la corrida, aunque en realidad era novillada.

Los chavales, Jarocho, Alejandro Chicharro y, especialmente, el valenciano Samuel Navalón, que quedó inédito, se dejaron ver en el ruedo comprobando el piso y haciéndose cómplices de una grada cubierta repleta, que pasaba de cantar en Riau Riau, a aplaudir o a pitar lo de la suspensión a tresbolillo, sin parar.

Prometía muy mucho la novillada de Pincha, pero un malaje de jarro de agua lo jodió. Podrían lidiarse los otros cuatro otro día ¿Por qué no? Igual en una mañana que quede libre entre recortes, toros en familia y anillas. O en septiembre por San Fermín Txikito. José Antonio Baigorri, su esfuerzo de años y la calidad de su materia prima lo merecerían.

En cualquier caso Pícaro y Sonámbulo fueron un corto trago, pero de agua brava.

Como caiga una de estas mañana en el Txupinazo, Santo Domingo se convierte en un Aqua Park hasta la Rotxapea.

LOS NOVILLOS

Ganadería de Pincha. Dos novillos en tipo, de buenas hechuras, Ovacionado el 1º, de brava y enclasada movilidad. Noble, manejable, humillando el 2º.

LOS TOREROS

Jarocho. De azul cielo y oro. En el 1º, dos pinchazos, estocada atravesada y pinchazo (silencio).

Alejandro Chicharro. De azul marino y oro. En el 2º, pinchazo, estocada muy trasera y caída y dos descabellos. (silencio).

Samuel Navalón. De frambuesa y oro. Quedó inédito.

LAS GRADAS

Presidencia. Bien a cargo de José Mª Sevilla.

Ambiente. Dos tercios. Suspensión por un gran aguacero tras el 2º. Mucho público se refugió en gradas y andanadas.