Es el momento que más ansían miles de turistas que visitan los Sanfermines cada año y por el que pagan entre 100 y 250 euros: ver desde un balcón pasar los toros y los mozos bajo sus pies, en la alocada carrera matutina que da la vuelta al mundo. 

Cada mañana, unas 8.000 personas presencian el encierro desde alguna de las viviendas situadas en el recorrido y pagan por ello. En un mundo cada vez más globalizado, varias empresas locales navarras resisten frente a compañías estadounidenses, que van comiendo terreno en un negocio que presume de salud después de la pandemia.

“El sector turístico local y tradicional gestionamos a unas 300-400 personas clientes al día en los balcones”, apunta Mikel Ollo, coordinador de guías turísticos de Destino Navarra, empresa fundada en 2010, comenzó a trabajar en 1995 esta vertiente turística. “Estaba haciendo de guía para una familia americana y me dijeron que querían ver el encierro. Entonces se me ocurrió proponerle a una amiga de mi madre poder hacerlo desde el balcón de su casa”, recuerda. “Es verdad que siempre había habido gente en los balcones, pero era muy raro plantearlo como un negocio, parecíamos marcianos”.

Carolina Paton, dueña de la empresa Erreka-Incoming Navarra, fundada en 1995, también lleva más de 25 años gestionando el alquiler de balcones en Sanfermines. “Empezamos con muy poquitos clientes de agencias de viajes. Tampoco había tanto turismo, tantos grupos”, señala.

“Aunque advertimos previamente a los clientes, siempre les parece muy rápido”

CAROLINA PATON - Erreka-Iconming Navarra

Además de recalcar que tanto los propietarios de las viviendas, como las empresas turísticas locales tienen que declarar el IVA en ambos casos, y el IRPF y el impuesto de sociedades, respectivamente, tanto Mikel como Carolina ponen en valor el servicio personalizado que supone para los clientes que sea una empresa local del guías la que está detrás del alquiler de los balcones. “Por supuesto que un particular puede alquilar su balcón a un turista, pero nosotros al ser guías podemos aportar un plus de información, un servicio más completo a los turistas, a los que además de contarles información sobre el encierro, les vamos a poder exponer otras facetas de los Sanfermines que habitualmente desconocen”, indica Carolina, que añade que “los propietarios de los balcones se tienen que dar de alta en el Impuesto de Actividades Económicas (IAE) del Ayuntamiento”.

El uso del balcón se suele prolongar entre las 6.45 y las 8.30 horas. “Citamos a los clientes antes y accedemos al recorrido del encierro antes de que lo cierren. Tenemos casas con balcones para 24 personas, para 14, para 8... Siempre en la primera o en la segunda planta, que son las más demandadas”, recalca Mikel. En algunos casos, “los propietarios de las viviendas permanecen en las viviendas durante el encierro. En otros, nos dan las llaves porque se van todos los Sanfermines y nosotros nos encargamos”, apunta Carolina. Ambas empresas siempre destinan a sus guías a acompañar a los clientes.

Antes de llegar al balcón, existe un trabajo previo de gestión por parte de las empresas con el propietario del balcón y con los clientes, que en algunos casos pueda dar lugar a cadenas de 40 correos electrónicos. “Son trámites laboriosos, que dan mucho trabajo, porque la gente viene con muchísima ilusión y están muy preocupados por que toda salga bien”, señala Carolina, que destaca que “somos empresas pequeñas, cuya actividad principal es la de guías en Pamplona y Navarra, y los balcones de Sanfermines nos compensan la temporada baja de turistas que se registra en invierno”.

“No hay un precio fijo, es fluctuante, y oscilan entre los 100 y los 220-250 euros por persona y día”

Mikel Ollo - Destino Navarra

En cuanto a las tarifas, “no hay un precio fijo, ya que es fluctuante en base a la ocupación. Es lo mismo que ocurre con los hoteles, pero los precios oscilan entre los 100 y los 220-250 euros por persona y día”, explica Mikel. “Solo trabajamos primeros y segundos pisos, acompañados por guías, con posibilidad de contratar el desayuno y vista”, añade Carolina, quien subraya que “la gente demanda principalmente balcones en la calle Estafeta, si bien también tenemos en Mercaderes. Nosotros estamos cobrando 170 euros por persona con el IVA incluido, pero hay ofertas a 120 euros”.

Un gran mayoría de los clientes son anglosajones, sobre todo estadounidenses, y en menor medida, asiáticos. “Después de la pandemia aumentó mucho el cliente nacional, español”, indica Carolina, que incide en que “intentamos que disfruten del encierro, que es lo más llamativo, lo que más conocen. Pero que se den cuenta de que los Sanfermines son mucho más. Queremos que tengan una experiencia más completa”.

La reacción general de los clientes que “se les queda muy corto. Es un subidón de adrenalina y sienten mucha emoción”, afirma Mikel. “Aunque se lo advertimos previamente, que el encierro es corto, siempre les parece que es muy rápido. La gente se queda muy contenta y nadie ha quedado decepcionado”, ratifica Carolina, que agrega que “cuando les explicas que los toros tardan dos minutos en correr todo el recorrido, se sorprenden. Tampoco saben que los matan por la tarde y creen todos los días son los mismos toros. O se creen que solo hay un encierro en todas las fiestas”.