“Hay que enganchar al toro con todo el cuerpo y con el vuelo por adelante para que los animales se sientan sometidos”

Está usted -le dice al torero José Ramón Romero, director de Carrusel taurino- dando un paso más en su Tauromaquia. Muestra una madurez que parece no tener techo ¿cómo metaboliza esto?

-Intento buscar cosas nuevas, profundizando en mi concepto del toreo. La ilusión de conseguirlo es el motor que me mueve. Esa ilusión se traduce en esa búsqueda.

Su toro tiene una carga de autenticidad brutal, como se pudo ver en algunos derechazos en Madrid en la pasada feria de San Isidro.

-Es mi forma de interpretar el toreo. Lo que intento es imponer a los animales, de los que llevo años aprendiendo y entendiendo sus embestidas, sus reacciones. Es lo que me va dando confianza y lo voy viendo mejor en mayor número de toros.

La verdad es que se le ve con mayor regularidad, pero sin perder su concepto. 

-Mira, me acuerdo mucho del ganadero Ramón Sorando, donde me crié taurinamente desde niño, que me decía ‘cuando estás como tu eres, eres el mejor, pero cuando no lo estás, pareces la tía Teresa’. Se me quedó grabado. Así, que cuando puedo estar como me decía, lo hago y cuando no, mejor no estar como la tía Teresa.

Eso es una muestra de humildad.

-Uno no puede ser torpe en esto. Tengo claro que siempre es bueno ayudar al animal y abrirle los caminos, pero el límite está en el momento que yo tenga que perder mi forma.

¿El secreto de su capote dónde está?

-Con el capote y en todo el toreo todo comienza por la colocación. Hay que ir con todo el cuerpo porque cuando te alivias los toros aprietan mucho. Hay que enganchar con el vuelo adelante para que las animales se sientan dominados. Cuando te pones lateral, a un lado, los animales te lo ponen más difícil.

Se dice que se torea como se es ¿para usted es así? 

-Sí, totalmente. En cómo toreas influye la vida, el día a día, aunque a mí me gustaría que no fuera así. Me gustaría que al levantarme cada día de corrida me pudiera librar de todas las circunstancias que me rodean. Pero es algo que no puedo. Es una forma de ser y te mueres con ella.

Es importante, pues, estar bien rodeado por personas que le entiendan como persona y como torero al mismo tiempo

-Todas las personas de mi entorno saben como soy y no me han intentado cambiar nunca. Se preocupan por mi tanto como persona como por el torero.

Hay personas que no lo saben disociar.

-En esto he tenido mucha suerte. En un apoderado es fundamental el que te conozca en ambos sentidos y tiene que tener el tacto de saber si el torero está o no está. Apretar o no y saber buscar el origen de ello.

El resultadismo y el sólo buscar cómo fabricar billetes hace que se pierdan tesoros.

-Así es.

Juan, encantado de hablar con usted.

-Igualmente.