Las Ninyas del Corro abrieron la última noche de conciertos en la Plaza del Castillo con un espectáculo repleto de coreografías y muy visual. Tras ellas, actuó Foyone, quien con muchos fans incondicionales puso a la Plaza del Castillo vibrando al ritmo del rap.
Las Ninyas del Corro salieron al escenario con una energía positivísima, creando buen ambiente entre el público. Las tres primeras canciones fueron sin pausa, dándolo todo desde el inicio. Con Las Meninas, uno de sus temas más conocidos, destacaron por sus letras de crítica social. entendía bien el mensaje feminista y la plaza se llenaba de reivindicación con ellas. A pesar de que el rap suele tener mucha letra y a veces resulta imposible aprenderlas, la gente cantaba y coreaba el estribillo, siendo este más fácil.
“¡¿Qué pasa, Pamplona?!” gritaron al acabar el primer bloque de canciones. Ya con el público bien animado, se presentaron ante él, “Somos de unos barrios de la periferia de Barcelona”. Tras ello, dieron paso a la siguiente canción, mezclando inglés y castellano en sus letras, It’s time/ All my ladies just wanna have some fun. La gente bailaba al ritmo del rap, con las manos en alto de arriba a abajo.
El espectáculo de las jóvenes barcelonesas estaba muy bien acompañado por otras dos bailarinas que ofrecieron coreografías muy visuales. Con outfits increíbles y modernos, adaptados a San Fermín sin perder su esencia y con el pañuelico característico. Con Yucatán, la gente enloqueció. La colaboración con Cruz Cafuné hizo que la gente aplaudiera, silbara y coreara la letra, y ellas pudieron ofrecer una actuación increíble.
Entre canción y canción, Felinna Vallejo y Laüra Bonsai interactuaron con el público, “¿Cómo estáis todos y todas por ahí abajo? ¿Sobre todo todas? Chicas, ¿qué tal vais?”. Con el compromiso que las caracteriza, dijeron que si alguien tenía algún problema, levantara la mano; no iban a permitir que ninguna pasara por situaciones desagradables. Recordaron que las primeras filas de su concierto estaban reservadas para las chicas, asegurando que este era su momento y que entre hermanas hay que protegerse.
El cuerpo de baile lo estaba dando todo, y las voces de las Ninyas se compenetraban genial. Ofrecieron cambios de ritmo en su música y, con un background de luces de colores, ambientaron cada canción. Con Kids, las bailarinas se lucieron de manera extraordinaria. Al final, las Ninjas del Corro pidieron un fuerte aplauso para las bailarinas y la coreógrafa por su trabajo y esfuerzo, aplauso que el público correspondió por la satisfacción de ver ese show en vivo.
Las chicas se pusieron un poco nostálgicas con No disponible. No soy la mejor versión de mí, but... look at this, I’m awesome!, con esta frase, señalaron a la plaza en gesto de agradecimiento por reconocer su trabajo. El público estaba totalmente metido en la canción y había mucha energía en el ambiente. Varias mujeres que en principio no eran muy fans del rap se acercaron para verlas, ya que estaban ofreciendo un show muy dinámico.
Al final del concierto, Laüra Bonsai aprovechó para comunicarle al público que era el cumpleaños de Felinna y, junto con la plaza entera, cantó el Zorionak zuri para felicitar a su compañera. El concierto se hizo corto, y las chicas se despidieron con una última canción y una fuerte reivindicación que puso al público a gritar “¡Palestina libre!”.
Rap y reivindicación
Tras ellas, llegó Foyone, encargado de cerrar los conciertos de la noche del sábado. Alrededor de la 1 de la madrugada, con la plaza totalmente a oscuras y flashes de luz roja, el andaluz se presentó en la Plaza del Castillo, también con el pañuelo al cuello, llevando su esencia rapera a Pamplona.
“¡Viva San Fermín!” gritaba cada vez que tenía oportunidad, alabando una de las que considera las mejores fiestas del mundo. Al escuchar la intro de RSC14, el público comenzó a silbar y a aplaudir, anunciando así la llegada de un “temazo”, como decían los presentes. Con sus letras atrevidas y controvertidas, La vida lanza balas, pero las esquivé / Si sobreviví, tú lo puedes hacer, cantaba en su canción Smoker Freestyle haciendo que la gente estuviera entregada. Sin una puesta en escena destacada, consiguió que el público entrara en el rollo que él llevaba. El público, compuesto mayormente por hombres, interactuaba con el artista, quien decía cosas como, “Declaro estas fiestas como fiesta reptiliana”, y bendecía a los presentes para que los toros del último encierro de San Fermín no les tocaran.
A pesar de sus letras un poco violentas, la gente coreaba con fuerza, reforzando el mensaje. Con su acento andaluz, Foyone seguía insistiendo en que era un día para pasarlo bien. El cantante reconoció que Pamplona le hacía sentir como en casa y siguió coreando “Pamplona, Pamplona”, haciendo que el público gritara con él.
Aunque cantara su canción Nada que celebrar, el público disfrutaba, demostrando que sí había algo que celebrar: la cuenta atrás para el fin de las fiestas se acercaba y no se podía perder ni un momento de fiesta. Foyone se puso más sentimental con la balada rap de 3 segundos y luego con Chocolate. Con la característica letra del “jugo de niños”, empezó a avisar de que el concierto estaba por terminar.
Para el final del show, las Ninyas del Corro volvieron a salir para cantar una última canción junto a Foyone. Recibieron una gran ovación del público. Juntos cantaron Omnipresente y finalmente se despidieron de esta última noche de conciertos nocturnos de San Fermín con RSC50 dejando al público eufórico y con ganas de más.