Este año están celebrando el 25º aniversario de Kaotiko. ¿Cómo está yendo?
–Estamos inmersos en la gira. Hemos hecho la primera parte, con un montón de salas, completando el aforo en casi todas partes, hemos hecho algún gran festival también, y ahora vamos con las fechas de verano. Después empezaremos la tercera parte de la gira, para finiquitar este año de aniversario. Estamos muy bien, muy contentos. Dedicaremos todo este año al aniversario, igual se alarga hasta parte del que viene.
Además de los conciertos, publicaron un disco en que volvían a grabar canciones de todas sus épocas. ¿Qué tal ha funcionado? Muchas veces el público es reacio a las nuevas versiones de canciones que ya tiene muy interiorizadas.
–El disco ha gustado, sí. Tienes razón en que a veces es peor intentar arreglar lo que está bien, pero no ha sido un cambio drástico. Hemos conseguido dar el sonido actual de Kaotiko, pero respetando las canciones. Nosotros no hemos cambiado mucho de estilo y la voz de Jony tampoco ha cambiado tanto en estos veinticinco años. Hemos mantenido la esencia del grupo, pero con un sonido bastante más actual. A la gente le ha gustado mucho y lo valora. Ha sido una cosa que pensábamos que podía ser arriesgada, pero ha valido la pena intentarlo.
Van a tocar en festivales, y hace unas semanas publicaron un comunicado en el que anunciaban que no iban a tocar en aquellos que estuvieran relacionados con lo que está sucediendo en Palestina…
–Sí. La prensa destapó quién está detrás de algunos festivales del estado español, el fondo de inversión KKR, que financia un genocidio activo y en directo. En cuanto nos enteramos, decidimos que no queríamos participar en eventos de ese tipo, por lo menos mientras se den estas circunstancias. Esta de Palestina es una, pero hay otras, como algunos festivales que tienen que mejorar el trato a sus trabajadores y trabajadoras. Este tipo de cosas son difíciles, siempre puedes caer en algún renuncio, pero nosotros, con lo que cantamos y el mensaje que lanzamos, no podíamos fallar en este punto. Nuestra postura es clara, no vamos a volver a actuar en ningún festival que tenga nada que ver con el fondo de inversión KKR ni con nada que pueda estar subvencionando un genocidio.
Al margen de eso, ¿se afronta igual un concierto en una sala que uno en un festival, donde habrá personas que no sigan al grupo?
–La forma de afrontarlos es la misma. Somos un grupo que nos gusta darlo todo en directo y siempre vamos al 100%. Es verdad que, cuando el concierto es de pago, sabes que la gente va a verte a ti, exclusivamente. En festivales te encuentras con gente que te conoce, pero que igual no te sigue. Y en fiestas de los pueblos te encuentras con mucha gente que no te conoce y está ahí a ver qué pasa. Es distinto, pero nosotros los preparamos todos igual. Intentamos que los que nos conocen se diviertan con nosotros una vez más, y que los que no nos conocen se vayan con ganas de volver a vernos.
Es una oportunidad de conquistar públicos con otros gustos y, también, a gente muy joven que, por edad, igual no pueden ir a verlos en una sala.
–Eso es verdad. Esos conciertos pueden ser una buena oportunidad para la gente muy joven, menores que igual no pueden entrar en una sala sin permiso de adultos, es estos conciertos tienen oportunidad para vernos. Que haya gente joven que quiera vernos es algo que nos encanta. Vamos cumpliendo años, pero estamos contentos porque congregamos público de varias generaciones. Nos mantenemos porque estamos rejuveneciendo nuestro público, estamos llegando a una tercera generación.
El concierto de Pamplona le vendrá bien a la gente que no pudo entrar a Zentral, en febrero, porque se agotaron las entradas. En la Plaza del Castillo no habrá problemas de aforo…
–No creemos que esta vez haya problemas de aforo, no… (risas). Estamos deseando que se llene hasta los topes la Plaza del Castillo, pero no va a haber problema. Es verdad que, como en Zentral se agotaron muy pronto, va a haber gente que no pudo vernos y que ahora va a tener otra oportunidad. Hay quien prefiere los espacios pequeños para los conciertos, pero bueno, seguro que algo más sale en Iruña o en sus cercanías para este año o el que viene.
En Kaotiko hay miembros alaveses y navarros; entiendo que tocar en San Fermín, en el escenario principal y en el día grande, será especial para el grupo.
–Tocar en Iruña para mí, que soy de Etxarri… es muy especial. El grupo es medio navarro, medio alavés, estamos todos mezclados, pero es cierto que todos tenemos una ilusión especial por Iruña. Los miembros que son de Álava también están muy vinculados a Iruña y a Nafarroa. Tenemos muchas ganas de ese bolo desde hace tiempo, tiene todo lo que podemos pedir.
¿Y cómo van a llegar al concierto? ¿Saldrán el día 6 o se van a cuidar?
–Tenemos que cuidarnos, ya tenemos una edad (risas). Yo soy de los que siempre van al Chupinazo a almorzar, pero este año lo voy a tener que dejar, porque aparte del cansancio de estar todo el día por ahí, si te pasas un poco ya sabes cómo vas a estar al día siguiente. Iremos el 7 a tocar y ahí se verá que estamos en plena forma y con todas las ganas para ofrecer otros tantos años de Kaotiko.
¿Y esta formalidad ha estado siempre ahí o ha llegado con el tiempo? Si este concierto fuese hace 25 años, ¿la actitud sería la misma?
–Ha venido con los años, ha venido con los años… (risas). No es lo mismo tener 20 o 30 que haber cumplido ya los 45. Esa formalidad, que es un poco obligatoria porque te la pide el cuerpo, también es necesaria para dar una actuación como se merece el público. La gente tiene que ver algo digno, no a unos tipos que parezcan un muermo o estén hechos unos capullos. Hemos asumido que esto es un trabajo. Es un hobby que se ha convertido en un trabajo y tenemos que hacer las cosas bien.
Eso antes. ¿Y después? ¿Se quedarán a disfrutar de las fiestas?
–Habrá gente que se marche porque tiene responsabilidades, y otros que se queden, y yo me incluyo en ese segundo grupo (risas).
Si alguien que no conozca los Sanfermines viene a Pamplona para ver el concierto de Kaotiko, ¿qué le recomendaría para disfrutar las fiestas?
–Yo recomendaría el ambiente del Alde Zaharra, todo lo que hay durante todo el día. Hay que vivir el ambiente de la calle. En Iruña, lo que mola es estar de día, porque de noche ya sabemos todos lo que hay. Lo bonito es que durante el día tienes infinidad de cosas que hacer. Hay que vivir la fiesta en la calle, y con eso no estoy diciendo que haya que hacer boicot a los bares, pero lo bonito de Pamplona es eso. Esperemos que no tengamos que lamentar ninguna agresión de ningún tipo. Por desgracia, pasa mucho, pero intentaremos dar voz a estas cosas para que la gente tome conciencia.