Con la bandera de Palestina de fondo, las guitarras de Tatxers comenzaron a sonar para avisar a los rezagados de que comenzaba la sesión de rock en Pamplona. Los grupos de amigos que aguardaban sentados se fueron levantando al escuchar las primeras notas de “Audio Luze Bat”, el primer tema que Tatxers tocó, y la Plaza del Castillo se fue llenando. El grupo hizo un repaso de sus canciones más míticas, desde uno de los álbumes de sus inicios, Chaos in Basque Country, con “Audio Luze Bat” y “Bihotz Motel”, hasta Tatxers, un álbum más reciente y lleno de éxitos como “Nik nahi dudana”, “Red Sun Rise” y “Paperezko Tigrea”, una de las canciones más coreadas.

Cuando el concierto ya había cogido ritmo y el público estaba totalmente dentro de la atmósfera que Tatxers había creado con sus ritmos y sus letras en euskera, el grupo hizo un parón en seco. En el público se miraban unos a otros sin entender lo que ocurría. “Será una broma”, se escuchaba. El cantante del trío originario de Iruña cogió el micrófono y resolvió las dudas. “Necesitamos una ambulancia”, exclamó. El grupo permaneció en silencio hasta que los efectivos de emergencias llegaron y los espectadores aguardaron pacientemente, esperando lo mejor para el hombre desmayado entre el público.

Después de la parada y con un sabor de boca algo amargo, el grupo se sacó de debajo de la manga algunas de sus canciones más icónicas y especiales para remontar el ambiente. El concierto concluyó con “Goizean Oskorri”, aparentemente, la canción favorita del público, como Claudia, una joven de Pamplona, fiel seguidora de la banda, que contó que lleva viendo a Tatxers mucho tiempo “en muchos pueblos y ciudades diferentes”.

Multitud de bengalas tiñeron de rojo la Plaza del Castillo durante el concierto de Kaotiko. Jon Urriza Guillen

‘OTRA NOCHE’ con lluvia

En su veinticinco aniversario, Kaotiko ofreció al público de Pamplona un absoluto deleite de rock and roll de lo más apasionado. La primera de las muchas bengalas que se encendieron durante el concierto pilló de sorpresa a Jony, el vocalista de la banda, que la confundió con un toro de fuego. “Pensaba que me iba a pillar el toro”, bromeó. Entre “Adrenalina” y “Juerga”, dos títulos que definen de maravilla la noche de ayer —“una noche de rock”, como dijo Jony—, la banda aprovechó para agradecer la oportunidad de tocar, por fin, en Pamplona; un hito especialmente emotivo para Aguayiko, guitarrista del grupo y originario de tierras navarras.

El clima, como no podría ser de otra manera en esta ciudad, se puso en contra de Kaotiko y del público. Comenzó a llover —porque, aunque todo el mundo trataba de convencerse de que estaba chispeando, eso era lluvia—. Sin embargo, el agua no hizo otra cosa sino convertir el concierto en un evento aún más épico y cargado de frenesí. Y así lo expresó Jony: “¡Parece que vamos en patines!”

La locura y el desenfreno hicieron un hueco a la emoción con “Mi Mejor Colega”, un tema de la época en la que Kaotiko se llamaba Kaos Etílico, que va dedicado a todos aquellos amigos que no pudieron estar presentes allí porque, lamentablemente, se quedaron por el camino. La banda aprovechó este inciso de emoción para dar voz y mostrar su compromiso con la situación de las mil familias afectadas por el cierre de BSH.

“Agur”, dijo Jony sin dar más explicaciones ni extenderse en su despedida. Así, sin más, dejando con la miel en los labios a un público que esperaba excitado los dos grandes éxitos del grupo. Esta vez sí resultó ser una broma, y Kaotiko se despidió de los Sanfermines por lo más alto, con una Pamplona que se dejó la voz en corear “Rico Deprimido” y, por supuesto, “Otra Noche”.