Pamplona - Todo cambió aquel sábado 14 de marzo de 2020. El presidente del Gobierno español anunció el Estado de Alarma y el largo y duro proceso de confinamiento al que nos abocábamos. Un minúsculo virus se había expandido a nivel global, dejando innumerables pérdidas humanas y cambiando para siempre nuestros hábitos sanitarios. Una sociedad, la navarra, que si por algo se caracteriza es por su cercanía, carácter social y por ser acogedora, se vio obligada a alejarse de sus seres queridos, a quedarse en casa.Las noticias que aparecían en los medios auguraban un largo y duro periodo con consecuencias devastadoras, no solo en el ámbito sanitario, sino también en el económico. En plenas fechas vacacionales, como la Semana Santa, las procesiones fueron canceladas. La Feria de Abril de Sevilla también cayó a causa de la pandemia. Las fallas en Valencia no fueron menos y también quedaron suspendidas. Entonces, un escalofriante pensamiento recorrió la mente de pamploneses y navarros. ¿Qué ocurriría con nuestras fiestas, los Sanfermines?

Todo parecía indicar que correrían la misma suerte que las citas anteriormente mencionadas. Sería lo más responsable. Pero todos guardábamos la esperanza de que un milagro permitiese salir antes de la emergencia sanitaria y poder celebrar las mejores fiestas del mundo. Pero nada de esto ocurrió. El 21 de abril, la teniente alcalde del Ayuntamiento de Iruñea, Ana Elizalde, confirmó el peor presagio. Este año no habría Sanfermines. El anuncio cayó como un jarro de agua fría sobre todos nosotros. Este año no veremos encierros, ni txarangas. Tampoco saldremos a la calle con nuestros amigos a almorzar, ni a bailar. No veremos a los gigantes pasear por las calles de la vieja ciudad, ni se nos pondrán los pelos de punta al escuchar a los joteros.

Está claro que todos vamos a echar de menos esos momenticos que tanto ansiamos desde el 14 de julio de todos los años, cuando el Pobre de mí da por finalizados nueve días de fiesta ininterrumpida. La cuenta atrás que comenzó el 15 de julio de 2019 será más larga de lo habitual. Pero si alguien se ha visto afectado por la cancelación de los Sanfermines 2020, estos han sido los personajes, colectivos y organizaciones que están estrechamente vinculados a la celebración de estas fiestas sin igual.

Por este motivo, desde DIARIO DE NOTICIAS hemos agrupado a seis de los rostros que más participan en San Fermín, para que nos cuenten cómo van a vivir estas fechas marcadas en rojo en nuestro calendario. Se trata de Enaut Andueza, dantzari de la giganta Braulia; Fernando Muñoz y Daniela Garayoa, socios de la Peña El Bronce; Laly Jausoro, presidenta de la Asociación de la Jota Navarra; María Irisarri, miembro de la Peña Oberena; y Javier Bergasa, jefe de la sección de Fotografía de este periódico.

los Protagonistas

Emociones econcontradas

Enaut Andueza García es el dantzari de la giganta Braulia, una de las más aclamadas por los txikis. Enaut se junta todos los años con amigos y compañeros para comer y cenar por el centro de Pamplona, y aunque este año no haya fiestas, han mantenido la reserva que ya tenían hecha en diferentes restaurantes y acudirán. Eso sí, siempre cumpliendo con las normas sanitarias: "Hay que ser coherentes con la situación y si estamos como hay que estar, dudo que pase ningún problema. Espero que podamos disfrutar de los bares y restaurantes con responsabilidad y cabeza". Porque Enaut no se quiere olvidar de los hosteleros, que son parte de la fiesta y generan gran parte de sus ingresos en estas fechas: "Creemos que la pandemia no quita para que, con las personas de estos negocios (dueños, camareros€), que tan bien nos cuidan durante el año y San Fermín tras San Fermín, no vayamos a seguir disfrutando de ese cariño que mutuamente nos tenemos y seguir disfrutando de sus comidas, cenas, etc. Siempre siendo muy respetuosos con nosotros mismos y con todo el entorno", afirma, al mismo tiempo que detalla que "todos los años alquila un piso céntrico con amigos", pero este año "vivirá" del 6 al 14 en su domicilio de Burlada.

En el caso de Fernando Muñoz Salvoch, socio de la peña El Bronce, el mero hecho de pensar en una Pamplona no vestida de blanco y rojo le da "muchísima pena". Por ello, cuando saltó el anuncio de la cancelación de los Sanfermines "mi mujer y yo decidimos irnos de vacaciones", explica. Todo lo contrario que Daniela Garayoa Martinez, socia también de la misma peña. "El 6 de julio es sagrado", por lo que permanecerá en la ciudad para almorzar con sus amigas, aunque asegura que no será igual. "Para mí los Sanfermines, además de ser una fiesta y una tradición popular, también es un recuerdo muy familiar y emotivo. Siempre he querido vivirlos de manera especial disfrutando de sus calles, sus gentes, sus colores blanco y rojo, sus jotas, su procesión, sus peñas, y por supuesto sus toros. Nada más hacerse oficial la noticia de la cancelación lo tenía muy claro, me despediré del Santo el día siete para marcharme al pueblo y vivir la pena desde allí", exclama con tristeza.

Para Laly Jausoro Buñuales, presidenta de la Asociación de la Jota Navarra-Navarjota, este año vivirá los no-Sanfermines "con mucha tristeza y rabia contenida". A pesar de la profunda pena que le genera el no poder realizar La Jota del Chupinazo, en la cual dedican unas composiciones a las personas o asociaciones que tienen el honor de tirar el famoso cohete, es consciente del reto al que nos enfrentamos: "Es lo que nos toca, ser responsables y colaborar. Entre todos, saldremos de esta". Echará mucho de menos, añade, las jotas que canta en la Capilla de San Fermín representando a las Cofradías de Navarra, así como la jota en el Día de la mujer, evento que realiza la Peña El Bronce. Eso sí, Laly tratará de hacer de tripas corazón para no pensar en los Sanfermines: "Alguna comidica o almuerzico habrá, pero con responsabilidad. Este año nos toca no vivirlas o vivirlas de otra manera, pero con la esperanza de que volveremos a vivirlas el año que viene, si cabe con más fuerza. Las valoraremos más", señala.

En la misma línea, María Irisarri, miembro de la Peña Oberena, asegura que vivirá estas fechas con mucha nostalgia: "Echaré mucho de menos nuestra peña, esas kalejiras con la txaranga hasta la Plaza de Toros, esos almuercicos con la familia y amigos, y estar en nuestro local". Al igual que el resto de entrevistados, subraya la responsabilidad con la que debemos actuar: "Los viviremos con tranquilidad. Lo primero es la salud, Sanfermines hay muchos, y vida y salud solo una. Esto pasará a la historia y jamás se nos olvidará, pero como siempre decimos... ¡Ya falta menos. Viva San Fermín!", concluye.

Javier Bergasa, nuestro último protagonista, gran fotógrafo y responsable desde hace años del departamento de Fotografía de DIARIO DE NOTICIAS, también convive estos días con ese flujo de sentimientos encontrados que recorren nuestros cuerpos. Lleva lustros cubriendo los aspectos más llamativos de la fiesta y, especialmente, el encierro. "Tengo sentimientos encontrados, pues me da pena no poder fotografiar este año la fiesta, porque es mi trabajo y me encanta. Pero trabajaré con otro ritmo, sin los madrugones para el encierro. Es una medida triste, pero necesaria. Tampoco tenemos que hacer una tragedia, sino actuar con responsabilidad. Lo que, sin duda, más me duele es que muchos compañeros, y otro sectores, no van a poder contar este 2020 con el empujón económico que les supone trabajar duro durante San Fermín", finaliza el fotógrafo.

Pena, rabia, tristeza y nostalgia son, sin duda, las sensaciones más comunes entre estos seis conocidos rostros de la fiesta y, seguramente, entre gran parte de la sociedad navarra. ¡Ya falta menos!