El pato novato, el cuco dentro del armario, la oruga encelada o el efecto botones bien podrían ser los títulos de las últimas entregas del afamado programa El Escarabajo verde; o, incluso -y atendiendo al universo menudo-, las denominaciones con las que Alfaguara calificaría a algunas de sus colecciones destinadas al público infantil. Pero no es el caso.
Estas cuatro expresiones, más que al ámbito natural o literario, viven ligadas en Pamplona al mundo universitario. Más concretamente, a aquellos estudiantes de primer año que arriban cada curso a la capital navarra desde otros pueblos y comunidades para comenzar un nuevo reto académico en la Universidad de Navarra (UN) o en la Universidad Pública de Navarra (UPNA).
De hecho, son ellos mismos quienes durante varias jornadas se convierten en los patos novatos, cucos dentro del armario, orugas enceladas y botones sumisos. ¿El motivo? La ley del veterano -en versión light- continúa reinando cada septiembre en buena parte de las residencias y colegios mayores de la Comunidad Foral, y los inocentes novatos no tienen más remedio que sucumbir ante tal normativa suprema. Ya sea saltando a la pata coja (cual "ganso mareado"), subiendo las bolsas y maletas al más puro estilo recadero de hotel, rodando maniatados como un gusano por Pío XII, o cantando la hora desde un armario como el cuco de un reloj suizo.
una bienvenida "light" y en desuso
"Las novatadas de hoy no se asemejan, ni de lejos, a lo que representaban hace años"
Aunque muchos pamploneses viven ajenos a este tipo de fechorías, lo cierto es que estas bienvenidas sui generis todavía continúan vigentes en la capital navarra. Más aún en meses como el que acabamos de despedir. Septiembre "fue, es y continuará siendo el mes de las novatas, aunque en la actualidad éstas no se asemejan, ni de lejos, a la sombra de lo que representaban hace años", explica el estudiante de Medicina de la UN Antonio Sánchez (nombre ficticio que el protagonista ha escogido para preservar su identidad).
"Es cierto que este curso hemos invitado a los novatos a realizar prácticas como el pato novato, el cuco dentro del armario o a hacernos la cama durante la primera semana del mes, pero a nadie se le obliga a que las cumpla porque es tan solo un juego. Es decir, ningún estudiante recibe órdenes en contra de su voluntad. Sin embargo, hay que aclarar que las novatadas de este curso no se parecen para nada a las de hace cuatro años, cuando se colapsaba el tráfico en las cercanías de la Clínica Universidad de Navarra por la cantidad de gente que participaba en ellas, o cuando hubo algún que otro problema con los bancos por los desperfectos que varios estudiantes provocaron en la luna de una sucursal", recalca Sánchez, tras recordar que, ese mismo año, varios estudiantes de "Larraona lanzaron un colchón por la ventana del baño".
De hecho, y a consecuencia de estos sucesos, la UN prohibió totalmente en 2007 la realización de novatadas dentro del campus y de toda la órbita que engloba dicho centro educativo (residencias, colegios mayores, instituciones asociadas...). Algo que recuerda el estudiante de Comunicación Enrique Gozalo (también con nombre ficticio "para evitar problemas"). "Como la universidad amenaza ahora con expedientarte y expulsarte por animar a los novatos a participar en estas actividades, los veteranos nos hemos cortado mucho este año. Creo que la única novatada impactante que he visto ha sido la de unos chavales subidos a la jaula del patio de Larraona cantando a viva voz el tema Surfing USA de The Beach Boys", rememora Gozalo.
más que una faena, un gran apoyo
"Estas bromas sirven para que los novatos hagan piña, para que se conozcan entre ellos"
De todas formas, y a pesar de las duras críticas que los veteranos de los colegios mayores reciben por "obligar" a los nuevos alumnos a cumplir con esta tradición, Sánchez y Gozalo coinciden al afirmar que "las novatadas, más que una faena, sirven de impulso y apoyo para estos estudiantes".
"Aunque puede parecer algo forzado, la verdad es que las novatadas sirven para que los chavales de primer curso se conozcan, hagan piña y se adapten a un lugar al que acaban de aterrizar y en el que se encuentran muy perdidos", asegura el estudiante de Medicina. "Nosotros, que este año hemos ejercido de veteranos, pero también fuimos en su día novatos, podemos asegurar que, aunque pasas vergüenza, el recuerdo que permanece es muy bueno. Siempre, claro, que las novatadas no pequen de crueles", concluyen.