lescun/pamplona. Los montañeros navarros Armando Nieto Lacunza y Alfonso González Rey dejaron el domingo dentro de su coche los equipos de localización ARVA, el sistema que facilita el hallazgo de personas sepultadas por avalanchas, una circunstancia que dificultará su rastreo en caso de que se confirme que fueron sepultados por un alud.
Este extremo pudo ser comprobado por los familiares y amigos de los dos deportistas pamploneses, una vez que revisaron el interior de la monovolumen Citroen C8 de la empresa de ambos desaparecidos. Este vehículo permanecía ayer estacionado en un aparcamiento situado en la pista que une Lescun con la falda del pico Le Billare, a unos 5 kilómetros del casco urbano de la citada localidad.
En Navarra y Aragón también estuvieron durante el día de ayer activos los operativos de rescate y de intervención en zonas de montaña, que andan alerta ante la posibilidad de que Francia pueda solicitar ayuda para colaborar en la búsqueda. En el caso navarro, un helicóptero del Gobierno foral que albergaba a cuatro efectivos del GREIM de la Guardia Civil se encargó de sobrevolar en territorio foral los picos de la Mesa de los Tres Reyes, el Petrechema y las Agujas de Ansabere. Salieron a las 10.00 horas y se tuvieron que dar la vuelta hora y media después debido a la escasa visibilidad por las nubes bajas que había en la zona.
Tras haber sobrevolado el paraje, Francisco Valero, subteniente jefe del GREIM de Pamplona, informó de que "la cara norte del Lescun acumula mucha nieve. Tanto el domingo como el lunes la Agencia de Meteorología de Francia colocaba en la zona el nivel 3 de riesgo de aludes (sobre un total de cinco), por lo que el riesgo que existía no era desechable y es suficiente para que las placas de nieve se muevan por el peso de una persona. E0l Billare no es un pico especialmente complicado, pero si hay nieve y la pendiente es importante, el riesgo crece".
Valero conoció que los montañeros no disponían en el momento de desaparecer del ARVA (Aparato de Rescate de Víctimas de Aludes), que se dejaron en el coche. "Es una pena, el ARVA es un seguro de vida", lamentó. El ARVA se trata de un sistema que emite ondas electromagnéticas, similar a un GPS y que, con un aparato receptor, puede ofrecer en un radio de 60 metros las coordenadas exactas y la profundidad de la persona que ha sido víctima de un alud. Ante ese gran inconveniente, sólo podemos confiar en los perros de búsqueda y en las sondas, unas varas flexibles de acero, que pueden tener cuatro metros de longitud, y que los especialistas adentran en la avalancha de nieve hasta que tocan un cuerpo. "Es una sensación al tacto y, en cuanto la notas, hay que palear alderededor y hacer escalones".