Craig Venter y su equipo de científicos crean en Estados Unidos la primera célula artificial
podría usarse en la fabricación de nuevos ingredientes alimentarios, vacunas o limpieza de aguas
washington. Científicos estadounidenses anunciaron ayer que han creado por primera vez una célula controlada por un genoma sintético.
En un informe divulgado por la revista Science, los investigadores del Instituto Craig Venter señalan que esperan usar el método para estudiar la maquinaria biológica y crear bacterias diseñadas para resolver problemas ambientales y de energía.
El equipo científico, encabezado por el fundador del instituto, Craig Venter, ya había sintetizado un genoma bacteriano y lo había trasplantado de una bacteria a otra.
Para su investigación los científicos sintetizaron el genoma de la bacteria M. mycoides a la cual agregaron secuencias de ADN para distinguir ese genoma de uno natural.
Según el informe, los investigadores crearon lo que califican como una "célula sintética" aun cuando sólo el genoma es sintético.
"Esta es la primera célula sintética que se ha hecho y la llamamos sintética porque está totalmente derivada de un cromosoma sintético", manifestó Venter.
Agregó que se logró con cuatro tipos de sustancias en un sintetizador químico a partir de información proporcionada por un ordenador.
Sin embargo, los investigadores no lograron crear un organismo nuevo completo, ya que necesitaron para su trabajo al menos del genoma original de una bacteria y de la envoltura de una segunda bacteria.
procedimiento En primer lugar, los investigadores sintetizaron el genoma de la bacteria Mycoplasma mycoides en varias etapas.
Hasta ahora sólo es posible formar moléculas de genoma relativamente cortas. Por este motivo, los especialistas introdujeron los fragmentos cortos en células de levaduras, cuyas enzimas se encargaron de unirlas.
Las moléculas más grandes de ADN fueron introducidas en bacterias Escherichia coli y de nuevo en levaduras. De esta manera, se obtenían fragmentos más grandes aún.
Este procedimiento se repitió varias veces, hasta obtener el genoma completo formado por más de un millón de pares de bases.
Este genoma artificial, denominado M. mycoides JCVIsyn1.0, fue introducido luego en la bacteria Mycoplasma capricolum.
Según Venter, el genoma artificial desplazó al genoma natural de la bacteria y asumió el control de las células. Para asegurarse de que el genoma artificial era el que se estaba expresando y no el natural, los expertos habían introducido en el ADN sintético ciertas marcas.
En el genoma artificial quedaron interrumpidos o desaparecieron 14 genes. Pese a ello, las células sintéticas tenían la apariencia de la bacteria M. mycoides y también sintetizaron las proteínas de esta especie, indicó el equipo del Instituto Craig Venter. Asimismo, las células artificiales eran capaces de reproducirse por sí mismas.
El científico manifestó que el procedimiento puede ser un instrumento importante para manejar procesos biológicos. Con este método se proyecta diseñar algas que puedan atrapar el dióxido de carbono y producir otro tipo de hidrocarbonos de utilidad en refinerías. También podría usarse en la creación de nuevas sustancias o ingredientes alimentarios, la producción de vacunas y hasta en la limpieza del agua.
"Esto se convierte en una herramienta muy poderosa para tratar de diseñar lo que queremos que haga la biología. Tenemos una amplia gama de aplicaciones en mente", dijo el científico Craig Venter.