Las playas de Guipúzcoa viven la aparición intermitente de la carabela portuguesa
Ocho personas han sido ingresadas en el hospital donostia por su picaduraEn el arenal de Zarautz se registraron ayer seis picaduras, dos de ellas acabaron en un traslado a un centro médico
Donostia. "La naturaleza no tiene reglas". Con esta frase Maximiliano Morello, responsable de la Cruz Roja en la playa de Zarautz, evidencia el carácter intermitente que tiene la aparición de la carabela portuguesa, de nombre científico physalia physalis, un animal marino que está apareciendo en las costas y en las playas guipuzcoanas.
Si bien es cierto que desde el pasado lunes ocho personas han sido ingresadas en el Hospital Donostia debido a la picadura de esta medusa, que acostumbra a ser más peligrosa que la común, la realidad es que su presencia en los arenales del territorio no se está produciendo de manera continuada.
Este tipo de medusa es un ser que casi no tiene capacidad de movimiento y es empujada tanto por el viento como por las corrientes marinas hacia las costas, lo que provoca que aparezca de manera irregular.
El pasado lunes, sin ir más lejos, Zarautz tuvo que cerrar su playa después de que los socorristas atendieran 25 picotazos de la physalis. Ayer, no obstante, sólo se registraron seis y, de ellos, según los socorristas, únicamente dos fueron motivo de traslado a un centro médico "por precaución", si bien su sintomatología no evidenciaba ningún problema serio.
Para advertir de la presencia de estos animales, se ha instalado, por primera vez en este municipio, la bandera con dos medusas, que ya se viene usando desde el verano pasado en la capital de Gipuzkoa, junto con las enseñas habituales de las playas. La Cruz Roja realiza cada cierto tiempo, a lo largo del día, un reconocimiento del mar para comprobar si hay aguamalas y dar la alerta para que se hice dicha bandera.
Morello, que lleva nueve años trabajando en el cuidado y rescate de los bañistas de Zarautz, aseguraque, desde hace tres años, se va percibiendo la presencia de la carabela portuguesa y que la gente lo que debe hacer "es concienciarse" al respecto. "Nos tenemos que adaptar a lo que nos va llegando", asegura el responsable.
En el arenal donostiarra de Ondarreta, por su parte, la presencia de las aguamalas tóxicas fue nula en la jornada de ayer. Así lo comenta el socorrista Francisco Mazzca, quien detalla que diariamente se hace un seguimiento de la presencia de las medusas desde la apertura de las playas. Para ello, se usa una zódiac y una piragua de la Cruz Roja, junto con una embarcación.
Mazzca explica que su presencia puede estar condicionada por factores tan diversos como su "tamaño", la "cantidad" del banco en que aparecen e incluso "la climatología". "Si hay viento sur, igual no vienen", aserta el vigilante.
En este sentido, comenta que el domingo él estuvo trabajando en la playa de la isla Santa Clara y viendo la limpieza del mar y lo "cristalina que estaba el agua", nadie hubiese esperado que el lunes por la mañana apareciese ninguna en la orilla de los arenales, no obstante, "allí estaban", junto con una gran cantidad de basura.
Mazcca hace hincapié en que, si en algún momento se ve flotando uno de estos seres, pese "a resultar muy atractivos" por sus vivos colores, hay que procurar no tocarlos. En el caso de hacerlo habrá que acudir a los puestos repartidos por los arenales de Gipuzkoa para que sean atendidos por los socorristas, ya que "habitualmente" con estos primeros cuidados suele ser bastante, aunque el vigilante de la playa de Ondarreta afirma que, a medida que pasa el tiempo, pueden llegar a aparecer otros síntomas, de variadas características. Por ello, Mazzca recomienda que se haga un seguimiento de la picadura tras el tratamiento realizado por los socorristas.
no abusar de las banderas El responsable de la playa de Ondarreta sostiene que no es conveniente "abusar" de las banderas para advertir de la presencia de las aguamalas. Según comenta, ha habido casos en los que, pese a no haber ninguna, el Ayuntamiento ha pedido que se coloque bandera amarilla, por si acaso. "Si cuando no hay ponemos bandera amarilla, cuando haya, ¿qué vamos a poner?", se pregunta Mazzca.
Asimismo, pide que se haga un poco más de caso a los vigilantes porque, según relata, muchos de los bañistas no lo hacen. Mazzca critica que algunas personas, haciendo caso omiso a las banderas y las recomendaciones de los vigilantes de la playa, se sumergen en la bahía sin valorar si corren algún peligro o no. "Nos preguntan si hay o no medusas y cuando les decimos que sí, se meten igual", critica el responsable.
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