El 64% de las personas no comprende cómo funciona el mercado de la luz, por qué le puede subir la factura o de qué manera puede cambiar de contrato, según afirman en una encuesta encargada por la Asociación de Consumidores de Navarra Irache.
Como muestra de este desconocimiento, solo el 21% de los consumidores dice que ha cambiado o tiene pensado cambiar de compañía de la luz o de mercado regulado al libre o viceversa. "Por tanto, prácticamente ocho de cada diez no han sido conscientes de haber cambiado de empresa, lo hayan hecho o no", destaca la asociación en una nota de prensa.
Irache recomienda revisar las ofertas que ofrecen las compañías en el mercado libre, algunas de las cuales "están equiparando o incluso mejorando el precio de la tarifa regulada". No obstante, aconseja detenerse en las condiciones del contrato, especialmente en la potencia a contratar y en el precio por unidad de energía consumida.
Contratar una tarifa libre "puede asegurar un precio interesante para, al menos, el año siguiente, sin depender de las oscilaciones del mercado". Hay que prestar atención al acabar la anualidad de vigencia para que la compañía no comunique una subida de tarifas y suba el recibo; la compañía debe avisar con un mes de antelación. En ocasiones estos cambios "no se comunican con la suficiente transparencia: no hay constancia de esta información o se ha incluido en el último recibo, a través de un email que el consumidor no ha leído o el lenguaje de la carta es tan ambiguo que no se distinguen las subidas de precio", indica Irache.
En cualquier caso, si el consumidor recibe la información sobre cambio de tarifas y estas no le convencen, puede comunicar que no quiere seguir sin que le cobren ninguna penalización.
"Tras el apagón general de abril, algunas compañías anunciaron subidas de precios que, al parecer, tenían que ver con ajustes en el sistema para dar una mayor seguridad al proceso generador y distribuidor de energía. En los contratos libres con precio fijo de la energía, la Comisión Nacional del Mercado y la Competencia ya ha indicado que el traslado de posibles incrementos al consumidor de este término antes de la finalización o prórroga del contrato no es correcto", explica la asociación.
CONTRATACIONES TELEFÓNICAS
El desconocimiento del mercado eléctrico hace que contratar por teléfono "sea más arriesgado, ya que esta modalidad resulta más confusa para el consumidor, que en muchas ocasiones no comprende las condiciones que le han ofrecido", ha advertido la asociación, a lo que ha sumado que "los consumidores sufren la presión de algunos comerciales o les presentan ofertas más atractivas que las condiciones reales, que son las que constan en la grabación".
Al respecto, ha destacado que "algunos consumidores han llegado a hacer hasta tres cambios de compañía en apenas mes y medio. Todas las ofertas habían llegado a través de llamadas telefónicas".
Además, están llegando a Irache casos de "engaños telefónicos para contratar", en los que los agentes comerciales de otra comercializadora "se hacen pasar por empleados de su actual compañía para conseguir sus datos o que el consumidor acepte de forma verbal o de forma telemática la nueva contratación, en muchas ocasiones sin ser consciente de ello".
Otros clientes descubren que, con el suministro eléctrico, están pagando contratos vinculados, de mantenimiento, urgencias o protección de pagos. Además, cuando el consumidor solicita la baja del contrato de luz, "no es extraño que le sigan cobrando estos servicios vinculados al siguiente año o se lo carguen en forma de penalización".
Ha habido igualmente "numerosas atenciones" para asesorar sobre la forma de solicitar el bono social eléctrico, pensado para hogares con menos ingresos y que supone un ahorro en el recibo de la luz, "si bien este descuento ha bajado siete puntos y medio a partir de julio al irse retirando las medidas excepcionales adoptadas durante la crisis energética".