"La hipnosis no es nada recomendable. Dejé el tabaco pero la encontré demasiado agresiva"
pamplona. J.E.F. fue uno de los pioneros que en la Comunidad Foral se lanzaron a probar el, por entonces, innovador tratamiento de la hipnosis. Una sesión recibida en la localidad de Arbizu, que le costó en torno a 300 euros hace ya cinco años, fue su primera toma de contacto con esta experiencia de la que, aunque resultó exitosa, no guarda muy buen recuerdo.
¿Cómo calificaría el tratamiento?
No es nada recomendable. Aunque dejé de fumar lo encontré demasiado agresivo.
¿En que consistía?
La cura se conoce como método HESA y dura una semana. Cuando llegábamos allí te sentaban en un sofá, te ponían unas gafas con luces y, durante una media hora, te contaban una historia acerca del cáncer y lo que te podía pasar. Después te hacían fumarte un cigarro, pero de un modo diferente al habitual. Le dabas una calada y aguantabas el humo durante cinco segundos. Aún sin expulsar el humo del primer tiro, le dabas otra calada y, ahora sí, expulsabas a la vez el humo de ambas. Debías terminar el pitillo siguiendo este procedimiento lo más rápido posible.
¿Y después?
A lo largo de la semana tenías que fumarte tres cigarros de esa manera con un intervalo de tres horas entre ellos. Los dos últimos días reducías la cantidad a uno diario y, tras eso, dejé de fumar.
¿Por qué dice que no es recomendable?
Porque aunque fue efectivo, te dan arcadas y vómitos y resulta desagradable el proceso.
¿Tuvo algún efecto secundario?
No. Ni trastornos del sueño, ni insomnio ni nada. No me entraban ganas de fumar en casi ningún momento, excepto cuando estaba de fiesta. Tampoco engordé ni sufrí ninguno de los efectos habituales, pero si noté que, durante los primeros meses, el alcohol me hacía mucho más efecto.
¿En qué inciden para convencer a la gente de que deje de fumar?
Intentan cambiar la perspectiva que tienes del tabaco. Verlo como algo malo y no como una cosa positiva. El hecho de tener que aguantar el humo de dos caladas juntas, hacen que tus últimos cigarros te sepan fatal y no guardes buen recuerdo de ellos. Aunque una vez que vuelves a probarlo te engancha de nuevo rápidamente.
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