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Una madre da a luz atendida por su marido en la escalera de su casa en la calle San Antón de Pamplona

la mujer se puso de parto en su hogar y su pareja pudo sacar al niño sin ayuda médicaLander Jurek Olaiz pesó 3,300 kilos y se encuentra en perfecto estado de salud, al igual que su madre, de 33 años

Una madre da a luz atendida por su marido en la escalera de su casa en la calle San Antón de Pamplona

pamplona. Lander vio ayer la luz en las escaleras de casa de sus padres, a toda prisa, vino sin apenas avisar, se le esperaba para el 1 de marzo pero nació en un parto fulgurante y en el que su madre Idoia, de 33 años, y su padre Martin, de 27, ante la inmediatez del alumbramiento, se vieron obligados a plantarse en el rellano y que la naturaleza hiciera su parte.

Corrían las 13.05 horas en el portal 42 de la pamplonesa calle San Antón y el jaleo en las entreplantas no era el de un día cualquiera. Según cuenta Martin Jurek, el padre y a su vez quien tuvo que ejercer de médico y comadrona en el parto de su chiquillo, "mi mujer ha empezado con molestias desde la mañana. Al principio eran contracciones pequeñas y, como teníamos la experiencia del primer parto (tienen otro niño, Alain, de 3 años), pensábamos que no iba a ser todo tan rápido".

Sin embargo, para cuando la pareja quiso reaccionar y acudir al hospital, ya todo era demasiado tarde: Lander estaba ya en camino. "Las contracciones empezaron a ser más fuertes y más rápidas y veíamos que no llegábamos al coche. Así que mi mujer se tumbó en las escaleras y yo saqué al niño, le cogí la cabeza y lo tenía en los brazos enseguida", prosigue Martin, nacido en Polonia y que llegó a Pamplona hace unos cinco años. El padre confiesa que la experiencia "para mí ha sido bastante fuerte", pero no parece que le temblara el pulso en ningún momento: "Asistí al parto de nuestro primer hijo, intenté ocuparme de todo y estuve con las matronas, así que el tema no me asustaba". Martin ayudó a su mujer, Idoia Olaiz, en todo en cuanto estaba a su alcance. A la emergencia también acudieron varios vecinos del portal que proporcionaron toallas a la pareja y les echaron una mano. Una vez que se oía el primer llanto de Lander, solicitaron a la sala de SOS Navarra-112 una ambulancia para poder trasladar a la mujer y al pequeño Lander hasta el hospital Virgen del Camino, donde ahora descansan. Su padre reconocía que el pequeño, por la primera impresión, "creo que se parece más a mí". En la báscula dio un peso de 3,300 kilos.

Una ambulancia medicalizada de los bomberos del parque central de Cordovilla acudió hasta el lugar para hacerse cargo del traslado. En esta ocasión, la parturienta no necesitó la colaboración del médico. Su marido se bastó para atenderla, animarla, para que respirara con suficiencia y que no se apurara. Una y otro, Idoia y Martin, lo hicieron a las mil maravillas para que Lander viniera al mundo.

La hermana de Martin, Dorothea, tía de Lander, reconocía también que el pequeño Lander no se había hecho esperar. "Yo estaba en casa hacia el mediodía y mi cuñada ya tenía dolores. Habían pensado acudir al hospital por la tarde pero no les ha dado tiempo. Ha tenido que ser todo muy rápido, porque yo me he marchado de casa media hora y en ese tiempo ha ocurrido todo. Ha dado a luz en las escaleras y ha sido casi como un película", comentaba Dorothea, que reside cerca de su hermano Martin y su cuñada, también en el casco viejo de Pamplona, donde vive con su hermano mayor.