pamplona. Un informe sobre la trata de mujeres en la Comunidad foral revela que el número de clubes de alterne van disminuyendo, se van cerrando los pequeños locales sobre todo en Pamplona y Comarca, mientras aumenta el número de mujeres que trabajan en pisos, con un porcentaje muy alto de jóvenes de procedencia brasileña, admiten las entidades asistenciales que cifran en unas 700 las mujeres prostituidas en Navarra y que apuntan a una mayor presencia de mujeres autóctonas (de todo el Estado) como consecuencia de la crisis y a un rebrote en inmigrantes que ya habían abandonado la profesión. La explotación sexual en la calle es más "residual" y marginal, ejercida por extranjeras, la mayoría nigerianas en situación irregular.
La consejera de Asuntos Sociales Maribel García Malo presentó ayer este primer diagnóstico en el que han colaborado las entidades, así como las propuestas de trabajo, ante el foro navarro constituido el pasado mes de enero por las instituciones y agentes sociales.
Que haya más pisos donde se ofrecen servicios sexuales no significa de ningún modo que el trabajo sea voluntario. En Navarra se detecta que en el 66% de los casos de prostitución es "incuestionable" la intermediación de terceros -indicador "homogéneo" de este negocio- y cerca de un 34% es "muy probable" esa presencia. Mediación que se produce en el momento de "la financiación del viaje, captación, transporte, recepción y al contraer una deuda la cual varía según la procedencia de las mujeres, su itinerario y las dificultades de entrada en los países de destino". "En unos casos lo son por la coacción directa de los tratantes y en otros por el sometimiento a las condiciones impuestas para la salida de su país y llegada a España", matiza el informe. En 2010, Abiatze contabilizó 32 pisos donde se ejerce la prostitución en Navarra. En ese mismo año, atendió a 55 mujeres "de calle", 318 "de clubes" y 159 "de pisos". Itxaropen Gune informa de que, entre las mujeres atendidas en ese periodo, eran nuevas o atendidas por primera vez, el 75% de las que actuaban en la calle, el 80,92% de los clubes y el 75 % de pisos, lo que da idea de la rotación de estas mujeres.
Las mujeres de la calle, en su mayoría del África Subsahariana y Nigeria, y en situación de trata, son las que más dificultades presentan para integrarse socialmente (mayores niveles de exclusión por causa de la etnia, idioma, situación administrativa irregular, deuda y la presión de los tratantes), y las brasileñas, que ocupan clubes y pisos, y que sufren toxicomanías debido a que muchas veces demandan los propios clientes o ellas mismas se narcotizan para sobrevivir en estas condiciones, lo que deriva en problemas de salud mental. Las medidas de actuación que apunta el informe pasan por "la prevención, no sólo a las personas que ejercen la prostitución sino también a los clientes", indicó García Malo que habló también de recursos específicos para atender a las mujeres que quieran salir de esta situación. Se aboga también por una mayor coordinación entre las propias entidades sociales, pero también entre éstas y la Administración. Por otro lado, las entidades sociales apuntan la necesidad de centrarse en el "daño psicológico y la detección de patologías mentales y uso/abuso de sustancias tóxicas".