pamplona. La unidad realizó el pasado año 272 ciclos que se tradujeron en 102 embarazos, es decir, una tasa del 37,5% en los casos con trasferencia de embriones, lo que supone un 4,5% más que el promedio. "Estos datos están muy bien y proporcionan la tranquilidad de saber que funcionamos a un estándar normal, incluso por encima de la medida, desde el primer año, cuando los resultados suelen ser más inciertos porque se está en fase de rodaje. Lo normal, ademas, es que las cifras vayan mejorando", explica el responsable de la unidad, Jesús Zabaleta Jurío.
Por otra parte, el tiempo que las parejas permanecen a la espera de someterse a esta técnica ha disminuido de dos años a uno y el número de ellas oscila entre 250 y 300. La finalización del concierto con la Clínica Quirón, oficialmente el pasado diciembre aunque en la práctica no se envían parejas a este centro privado desde septiembre, ha supuesto un aumento del trabajo en la unidad, sobre todo en lo que a consultas médicas se refiere. "La Clínica Quirón ayudó a aligerar la espera porque se llevaron seis meses de lista, pero nos la han devuelto, así que hemos decidido sobrecitar para no acumular a estas parejas otra vez en la lista", explica Zabaleta. La unidad programa a la semana 10 ciclos, pero tras el cierre anticipado del concierto, ha subido a 15. "Estamos trabajando por encima del ritmo normal. El volumen de consultas es gigante para los médicos", destaca.
dinero Al problema de la finalización del concierto se suma el aumento de parejas que recurren a la FIV en la sanidad pública. La crisis ha provocado un trasvase desde los centros privados al Servicio Navarro de Salud-Osasunbidea. "Antes, cuando hablabas con las parejas, algunas se planteaban hacer los ciclos en centros privados porque la lista de espera era de dos años y disponían de dinero, un ciclo cuesta unos 6.000 euros, pero ahora se quedan en la sanidad pública", apunta Zabaleta.
La Unidad de Reproducción, que arrancó a finales de febrero del pasado año en su nueva ubicación, en el hospital materno-infantil, cuenta desde este mes con una nueva oferta: la preservación de la fertilidad masculina a través del banco de semen y tejido testicular, y de la femenina, mediante la congelación de óvulos.
Hasta ahora los hombres que se sometían a un tratamiento que podía conllevar la esterilidad tenían la opción de que su semen fuera congelado y mantenerlo en reserva en los bancos de la Clínica Quirón en San Sebastián y Pamplona, pero con la finalización del convenio todas las muestras serán almacenadas en el de la Unidad de Reproducción, que alberga ya más de 300 muestras, 250 de ellas procedentes de San Sebastián, y está pendiente de recibir una veintena que todavía se encuentran en la clínica en Pamplona.
El banco de la Unidad de Reproducción dispone de tres tanques de nitrógeno y desde este mes contará con un tanque seco. Este recipiente posibilita más volumen de almacenamiento, hasta 600 muestras, es más seguro y permite congelar a la vez muestras diversas, incluso de pacientes infecciosos, como las personas seropositivas o con hepatitis B y C. Hasta ahora estas muestras se mantenían congeladas en tanques pequeños específicos para evitar contaminaciones. "Un tanque convencional está lleno de nitrógeno, dentro se sumerge lo que se quiere conservar como si fuera aceite hirviendo pero en frío, a unos 200º bajo cero, si se produce un escape, puede contaminarse el nitrógeno y éste, a su vez, las muestras, además las quemaduras son frecuentes. En un tanque seco, el nitrógeno circula por la pared por eso el riesgo de contaminación y accidentes es menor", dice.
Por su parte, las mujeres con cáncer tienen dos opciones: congelar embriones tras un proceso de fecundación in vitro u ovocitos, es decir, óvulos sin fecundar, aunque esta segunda opción es la mayoritaria. "Congelar embriones implica comprometer a la pareja porque los embriones son de los dos. Pasan entre 5 y 7 años hasta que se utilizan y cabe que en ese tiempo la pareja ya se haya separado o que la paciente haya muerto, pero con los ovocitos no se necesita pareja para tomar la decisión y se pueden utilizar con una nueva pareja", aclara. Hasta ahora, la sanidad pública no ofertaba ni siquiera de forma concertada a las mujeres la posibilidad de vitrificar sus óvulos para conservar su fertilidad. Aunque este proceso ha iniciado su presentación formal ante oncólogos, ginecólogos y hematólogos, Zabaleta destaca que el número de casos aún es pequeño. "Es el peor momento para plantearte si quieres ser madre, pero las mujeres agradecen tener esta opción", expone.