pamplona. La subida del precio de oro ha hecho proliferar los puestos de compraventa en la Comunidad Foral. Estos establecimientos ofrecen más dinero por las joyas que los montes de piedad, instituciones donde se pueden depositar sortijas, pendientes, relojes, cadenas, colgantes o cualquier joya o gema para obtener un préstamo inmediato a cambio de las alhajas que se dejan como garantía.

Los montes de piedad llevan más de 300 años funcionando en el Estado. Han sido, desde su nacimiento, una alternativa para quienes necesitan un préstamo en el que la joya tasada se queda como prenda. "Es un sistema arcaico, la gente ya no empeña el collar de la abuela para después recuperarlo, prefiere vender las joyas y obtener dinero en metálico por eso la actividad en el monte de piedad es irrelevante, aunque sigue existiendo", explican desde Banca Cívica.

Los montepíos, que traen reminiscencias de la posguerra, forman parte de la obra social de las cajas, aunque en el caso de Banca Cívica está ahora ligado a la actividad financiera. Normalmente suelen aceptar cualquier alhaja compuesta por un metal noble y piedras preciosas, aunque también pueden trabajar con obras de arte y relojes de valor, con el requisito de que se presente el título de propiedad correspondiente. Para depositar el resto de los objetos basta con mostrar el documento de identidad y firmar un documento que garantiza que se es el único propietario.

tasación El mecanismo de los montes de piedad es sencillo. Tras confirmar la propiedad, un tasador valorará las joyas. Con el documento de tasación se formaliza la póliza y se recibe el dinero. Para la tasación de las joyas se toman como parámetros de referencia los precios de mercado del oro, la plata, o el metal noble del que se trate. Sin embargo, la suma que se le conceda al dueño puede variar dependiendo del tasador y de la entidad de que se trate, ya que también se toma en cuenta el estado en el que se encuentran las piezas. Los establecimientos de compraventa en Navarra pagan en la actualidad unos 28 euros por el gramo de oro de 18 quilates, la aleación más frecuente, frente los 24 euros de las casas de empeño. El noble metal, que ha triplicado su precio en dos años y medio, se compraba hace doce meses a 19 euros.

Cuando se deja una joya o alhaja en garantía, esta se puede recuperar siempre que se pueda devolver el importe concedido por el monte de piedad más los intereses que este cobre por el préstamo en sí mismo -porcentaje que depende del valor de la pieza y la entidad- pero que oscila entre el 5% y el 10%.

Lo más habitual es que los préstamos se hagan a un año. Si no se puede pagar el crédito, las prendas entran en una subasta pública, donde el monte de piedad procura venderlas por encima del valor del préstamo. Pero este excedente no se lo queda la entidad, como puede suceder en el caso de las casas de empeño particulares, que llegan a cobrar unos intereses que en ocasiones rayan en la usura, sino que se le otorga al dueño de la pieza. En caso de que el objeto se venda a un precio inferior al del crédito otorgado, entonces será el prestatario el que deberá pagar la diferencia.

Si no se puede devolver el préstamo, según datos de la Comisión Nacional de Montes de Piedad, en el 90% de las ocasiones las personas recuperan el objeto empeñado pagando la cantidad del préstamo más los intereses que estipule la entidad, se pierde un bien ornamental, pero no se multiplica la deuda, como sucede en otros créditos.

La suma a la que ascienden los créditos que se otorgan habitualmente varía mucho, y puede ir desde los 50 euros hasta los 3.000 euros o más, dependiendo de las piezas que los avalen, aunque en la mayoría de casos no suelen superar los 600 euros. Son pequeños auxilios, un producto al que se puede acudir en caso de urgencia y de una manera muy puntual.

crédito más barato Antiguamente eran las amas de casa entre 35 y 50 años las que más acudían a los montes de piedad, constituían casi el 70% de la clientela de estas entidades, pero los inmigrantes contribuyeron a reactivar los montepíos en 2008 y 2009, aunque el tirón que supuso la inmigración y crisis para este tipo de actividad se frenó en 2010. La tendencia no está clara para este año. El colchón de ahorro de las familias va menguando y el paro sigue sin dar tregua, así que los 21 montes de piedad que existen repartidos por todo el Estado siguen siendo una alternativa para las personas que precisen dinero y tengan joyas o piedras preciosas en propiedad. No hay que olvidar que estos préstamos compiten con los créditos rápidos concedidos por teléfono o Internet a un tipo de interés que puede ser cinco veces más alto.

Desde Banca Cívica explican que las personas que en Navarra quieren acceder a su monte de piedad pueden solicitar información sobre cómo y dónde hacerlo en cualquiera de sus oficinas.